Acceder al mercado laboral no es tarea fácil, pero el cometido se convierte prácticamente en misión imposible para las personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA) o Síndrome de Asperger (SA). Las cifras así lo muestran. De las 450.000 personas con autismo en España, se calcula que el 80% en edad de trabajar están desempleadas.
No importa el nivel de estudios o idiomas que tengan, lo primero que se les evalúa en una entrevista de trabajo es su discapacidad. "Hay muchos mitos alrededor del autismo. Se nos confunde con personas peligrosas o problemáticas, pero nada más lejos de la realidad, somos fáciles de tratar", explica Darko Díaz, un madrileño de 26 años con SA, licenciado en Historia por la Universidad de Alcalá de Henares, quien asegura no haber podido trabajar dentro de su sector. "Me encantaría trabajar como profesor algún día, pero mientras llega la oportunidad trabajo como recepcionista para clientes business del aeropuerto de Barajas", manifiesta.
Toda empresa mayor de 50 trabajadores está obligada a contratar a un 2% de personas con discapacidad
Darko es uno de los pocos que ha conseguido dejar a un lado el paro y pasarse al otro lado de la estadística. Una oferta laboral dirigida específicamente a discapacitados fue su suerte. Y es que toda empresa mayor de 50 trabajadores está obligada a contratar a un 2% de personas con discapacidad. Sin embargo, estas obligaciones no se cumplen. "Recurren a medidas alternativas, como aportar dinero a las fundaciones, que viene muy bien pero estaría mejor que contrataran a los chavales", apunta Natalia Hernando, psicóloga y preparadora laboral de ADISGUA (Asociación de Personas con Discapacidad del Guadarrama).
A esta traba se le une otra: la mejor aceptación social a las discapacidades físicas. "La sociedad, por ignorancia o discriminación, prefiere a las personas con discapacidades físicas porque las mentales les hacen sentirse inseguros", comenta Cristina Paredero, autista de 26 años y en búsqueda activa de empleo pese a contar con un grado en secretariado y un buen nivel de inglés. En la misma situación se pronuncia Nicolás Serra, de 22 años y sin trabajo, quien reflexiona: "Las empresas deberían luchar por la mayor igualdad posible a la hora de ofrecer puestos de trabajo".
Aumento de la ratio de personas con TEA
En la actualidad, el autismo es una realidad que afecta a 1 de cada 100 niños en Europa y a 1 de cada 68 en Estados Unidos, según las últimas estadísticas. Se trata de un número que ha ido in crescendo significativamente en los últimos cuarenta años sin que todavía se sepan las causas. Desde la Confederación Autismo España explican que es posible que este aumento se deba a "una mayor precisión en los diagnósticos y un mayor conocimiento por parte de los profesionales".
Lo cierto es que, dadas las características de la enfermedad, las personas con SA y/o TEA pueden mostrar aptitudes muy positivas para el desempeño laboral como puede ser "la puntualidad, la atención a los detalles y la persistencia en la realización de tareas", enumeran desde la Fundación Ángel Rivière, donde cuentan en plantilla con un joven con SA, Miguel Aulló, de 29 años y licenciado en Psicología por la Complutense. "Se tiene una concepción muy errónea sobre la incapacidad del autismo. Está demostrado que podemos integrarnos perfectamente en un empleo", comenta.
Tanto es así que en España hay una consultora informática de origen danés, Specialisterne, cuya plantilla está compuesta 100% por personal con Síndrome de Asperger. "Son personas con mucha tenacidad, memoria y competencia visual. Muy perfeccionistas en su trabajo, convirtiéndose en verdaderos especialistas de la materia que traten. Para todos los trabajos de software, tratamiento de datos y documentación, estas capacidades hacen que su rendimiento sea superior a la media del resto de la población", afirman.
Las personas autistas solo necesitan un 'coach' laboral una hora a la semana para superar las barreras de comunicación en un puesto de trabajo
La única diferencia es que estos empleados necesitan de un coach laboral que les ayude a ir superando ciertas dificultades en la comunicación y la interacción social. "Solo necesitan una hora a la semana de soporte", concluyen. Guillermo García, valenciano de 29 años, es uno de los 57 trabajadores de Specialisterne. Al terminar sus estudios de Informática, decidió trasladarse a vivir a Madrid para encontrar un empleo. Ahora lleva un año y medio en la empresa y está "muy contento". Su compañero en la empresa recién llegado, Francisco Cámara (en la imagen de arriba), de 23 años, y con un grado medio en Sistemas microinformáticos y redes indica: "Discapacitados o no, todos debemos de tener una oportunidad laboral".
Macarena Barba (en la imagen de abajo), de 26 años, la encontró en una empresa de grabación de datos en la que lleva un par de años, pero a ella lo que le gustaría es trabajar en una editorial, que es por lo que estudió un módulo superior de Diseño Gráfico y Producción Editorial. "En las entrevistas, cada vez que les contaba mi discapacidad me miraban de reojo como si me estuvieran examinando con lupa", recuerda. En la misma línea se pronuncia Cristina: "Yo decidí quitar de mi currículum mi grado de discapacidad por miedo al rechazo".
Asociaciones y organizaciones coinciden en lo mismo: es necesaria una mayor concienciación social acerca del autismo. "Rompamos juntos barreras por el autismo. Hagamos una sociedad accesible", es el eslógan que este domingo 2 de abril abandera el Día Mundial del Autismo.