E temor a que las máquinas destruyan puestos de trabajo no es algo nuevo. Históricamente, la revolución industrial supuso un gran cambio respecto a la mecanización de muchos trabajos manuales y ahora, la revolución digital está haciendo a muchos temblar ante la perspectiva de que desaparezcan sus trabajos. El verano pasado, el mismo presidente del Banco Mundial, Jim Yong Kim, proclamó que la inteligencia artificial echaría a perder más de la mitad de los trabajos que existen en los países emergentes.
“La inteligencia artificial va a eliminar entre el 50% y el 65% de todos los trabajos existentes en los países en vía de desarrollo”, expuso en el debate ‘Invirtiendo en los empleos del futuro’ en Buenos Aires el pasado mes de agosto. Sin embargo, el director del Yong Kim no es del todo pesimista, ya que reconoce que la IA también generará nuevos empleos con exigencias diferentes a las actuales.
El problema recae, como siempre, en las personas con menos formación o dedicadas a labores más tradicionales. Teniendo en cuenta esta realidad, el antiguo jefe de inteligencia artificial de Baidu, el buscador chino de internet, y creador del proyecto Brain de aprendizaje profundo de Google, Andrew Ng, ha propuesto una posible solución a la que ha llamado ‘New Deal’.
El New Deal ya se empleó en la era de la Gran Depresión estadounidense de finales de los años 20 a través de un conjunto de medidas económicas para reintegrar a los desempleados en el mundo laboral
El New Deal ya se empleó en la era de la Gran Depresión estadounidense de finales de los años 20 a través de un conjunto de medidas económicas para reintegrar a los desempleados en el mundo laboral, entre los que se aplicaban prestaciones a los parados para que adquirieran nuevos conocimientos con los que adaptarse al mercado.
Esto es justo lo que Ng propone para el reto actual, un aprendizaje supervisado para que los desempleados, fomentado por los Estados. Durante su charla en la conferencia anual EmTech MIT del Mit Technology Review est mes, ha explicado que ya ha visitado algunos de los llamados ‘call center’, o empresas de teleoperadores, donde prevé que la ingeniería acabará supliendo muchas de estas funciones por softwares automáticos para algunas tareas.
Ante esta situación, extrapolable a múltiples ámbitos, incide en la formación subvencionada para prevenir futuras crisis. Incluso ya está trabajando en ello, a través de una startup donde trabaja, llamada Deeplearning.ai, que ayuda a capacitar a las personas en tecnologías de aprendizaje profundo como el Big Data o la Inteligencia Artificial.
Los avances tecnológicos, concluye, son imparables: “Aunque ahora mismo dejáramos de escribir artículos de investigación, tendríamos lo suficiente para transformar la industria. Las futuras oleadas de innovación traerán cambios aún más profundos en los mercados de trabajo, y necesitamos una forma de seguir adaptándonos a ellos”.
Más empleo, pero distinto
La suya es tan sólo una postura. La consultora Gartner, que acaba de celebrar en Barcelona su simposio de tecnología mundial, se muestra más optimista. Es consciente de que habrá pérdidas de empleo; en concreto, estima que se destruirán 1,8 millones para 2020. Sin embargo, considera que en este tiempo se crearán 2,3 millones de trabajos, más de los que se destruirán.
El estudio en el que se basa la consultora detalla, además, que en este tiempo se generarán 500.000 puestos de trabajo y que la inteligencia artificial habrá generado para entonces 2,9 billones de dólares.
Para finalizar, Gartner tranquilizaba a los asistentes: “La inteligencia artificial no puede sustituir al 100% las actividades de un sector. Si hablamos de la sanidad, no puede ser que, al final, nadie acuda a los hospitales y confíe todo a un programa informático. Debemos encontrar en cada negocio un punto de equilibrio.