La campeona belga Marieke Vervoort competirá en sus últimos Juegos Paralímpicos en Río de Janeiro. Tras ello ya no podrá seguir disputando pruebas deportivas debido al avance de su enfermedad degenerativa, lo que le ha conducido a una dolorosa decisión, la de plantearse el suicidio asistido. En Bélgica la eutanasia es legal desde 2002 para enfermos crónicos e incurables, algo a lo que Vervoort pretende acogerse. Según declaraciones de la propia atleta, en Río "hay posibilidad de medalla, pero será difícil porque la competencia es muy fuerte. Estoy entrenando muy duro, luchando día y noche con mi enfermedad. Espero terminar mi carrera en un podio".
La máxima favorita para reeditar su oro paralímpico ha declarado que "todo el mundo me ve reír con mi medalla de oro, pero nadie ve el lado oscuro. Es inútil quejarse. Río es mi último deseo, espero acabar mi carrera con un podio. Comienzo a pensar en eutanasia". La atleta incluso se atrevió a bromear sobre su funeral: "quiero que todos tengan una copa de champán en la mano y un pensamiento feliz para mí". Marieke Vervoort sufre muchos dolores por las noches que ni siquiera le dejan conciliar el sueño y, según ella, el deporte es su única razón para vivir. El agravamiento de su enfermedad es lo que le hace pensar en un triste final tras Río.
Un palmarés dorado
Marieke Vervoort tuvo que competir en la modalidad paralímpica después de que en 2008 una enfermedad degenerativa la postrase en una silla de ruedas. Tras un fuerte entrenamiento la belga arrasó en los Juegos Paralímpicos de Londres, donde consiguió la medalla de oro en los 100 metros y la medalla de plata en los 200 y 400 metros. En 2015 se proclamó campeona del mundo en Doha y rompió récords mundiales en 400, 800, 1500 y 5000 metros. A los 37 años, cada día le resulta más difícil combatir la enfermedad ya que el deterioro físico no le deja seguir entrenando.
