El paro bajó a su nivel más bajo en siete años en 2017. Se quedó en el 18,63%. Pero no quiere decir ni mucho menos que se haya resuelto el problema del mercado laboral. Aún hay millones de parados en España y, según un estudio de Fedea y Accenture, unos 4,2 millones de personas son especialmente vulnerables ante el empleo. ¿Qué significa eso? Que corren un "alto riesgo" de no llegar a unos ingresos mínimos al año y viven en hogares de baja intensidad laboral.
No todos son parados. Algunos son directamente inactivos o tienen empleo, pero cobran salarios extremadamente bajos. De hecho, el estudio asegura que 1,8 millones están en paro actualmente y no parece que vayan a encontrar empleo en 2017 y 2,4 millones de personas pueden sufrir pobreza en el trabajo por los bajos salarios que perciben.
El estudio hace un análisis pormenorizado de este colectivo. Asegura que un 5,4% de las personas en especial situación de vulnerabilidad ante el empleo se encontraba en situación de inactividad a finales de 2016 por desánimo y un 5,7% por otros motivos, esencialmente impedimentos físicos o de dependencia; el 36,6% eran parados de larga duración y un 26,8% de corta duración. El resto, un 25,5%, se encontraba en situación de precariedad laboral.
Más de la mitad de personas que se encuentran en esta situación son mujeres
Si analizamos al colectivo por sexo, podemos ver que más de la mitad de las personas que se encuentran en esta situación, son mujeres. El 57,8% del total. Y los grupos de edad más numerosos son los de 45 a 54 años y de 35 a 44 años, un 26,2% y un 24,6%, respectivamente.
Por niveles educativos, las personas con estudios primarios o incluso con un nivel más bajo, son las que tienen más vulnerabilidad al empleo: un 24,5% del total. Aunque casi un 20% tienen una titulación equivalente a la ESO y un 6,5% han recibido educación superior.
Un problema de todos
Por comunidades autónomas, las tasas más altas las encontramos en Extremadura, Andalucía y Melilla,con cifras de entre el 20% y el 25%. Bajan un poco en Canarias, Ceuta, la Comunidad Valenciana y Castilla-La Mancha, donde se quedan entre el 15% y el 20%. En Murcia, Galicia, Castilla y León y Asturias se queda entre el 10% y el 15% y en el resto de comunidades baja del 10%.
En este contexto, el informe concluye que la recuperación económica se está produciendo de forma bastante desigual y que la magnitud del problema hace necesario fijarlo como prioridad en todas las agendas. "El reto es muy importante y para tener éxito no podemos abordarlo de forma individual o aislada, hay que hacerlo aunando esfuerzos entre los diferentes actores implicados y aplicando los esfuerzos en la misma dirección", sostiene.