El balance de las tres primeras jornadas de huelga de la estiba que publicó el Ministerio de Fomento afloró pérdidas de 36 millones de euros pero, además, un dato quizá más preocupante: Maersk, la mayor naviera del mundo, ha programado un desvío de 150.000 movimientos anuales hacia el puerto de Tánger Med en detrimento del de Algeciras, donde controla una de sus terminales a través de APM Terminals. El sector apunta con preocupación el precedente del puerto sueco de Gotemburgo, en el que el Maersk ha tomado la decisión de cerrar temporalmente una de sus terminales tras cerca de un año de conflicto con los estibadores.
En la nota remitida el pasado viernes, Fomento aseguraba que la decisión de Maersk respecto al puerto de Algeciras suponía que la infraestructura cerraría el año con medio millón de movimientos menos de los previstos, lo que supondría un descenso en el entorno del 20%. La evolución es preocupante toda vez que en 2016 Algeciras aportó una quinta parte del tráfico total de los puertos españoles.
Sin embargo, las cosas podrían ir a peor. En Suecia, Maersk decidió cortar por lo sano tras una dura batalla con los sindicatos locales de la estiba que se prolonga por algo más de un año. A mediados del pasado mes, la compañía decidía el cierre temporal de la terminal el puerto de Gotemburgo controlada por APM Terminals, que forma parte del grupo empresarial de la naviera. Un cierre patronal que se extenderá hasta el próximo 30 de junio y que supondrá el desvío de todos los buques hacia el cercano puerto alemán de Bremerhaven.
Un problema enquistado
El caso presenta ciertas diferencias con el español, toda vez que en Suecia no se da un problema global como en España, con todo el sector de la estiba levantado en armas debido a la reforma del sistema que aprobó el Gobierno y convalidó posteriormente el Parlamento. Se trata de un problema entre la filial sueca de APM Terminals y los sindicatos locales de la estiba, que se ha enquistado en el tiempo, hasta el punto de que ha requerido la intervención de federaciones internacionales de sindicatos del sector sin que el problema haya sido resuelto.
La decisión de Maersk en Gotemburgo vino dada por los notables descensos en los rendimientos que se venían observando en la terminal del puerto, lo que la compañía achacó a la puesta en marcha de una huelga de celo por parte de los estibadores, que se intensificó a medida que el conflicto con la empresa iba subiendo de tono.
Precisamente, durante el mes de mayo los operadores de los puertos españoles también han denunciado huelgas encubiertas por parte de los estibadores que han provocado descensos en las cifras de tráficos que parecían haber experimentado una cierta recuperación durante el mes de abril. El inicio de año fue preocupante, especialmente en los dos puertos españoles con mayor volumen de tráfico: Algeciras y Valencia.
Retomar las negociaciones
Para este martes está previsto que se retomen las conversaciones entre la patronal y los sindicatos de la estiba para tratar de llegar a un acuerdo sobre cómo desarrollar en el plano de la negociación colectiva la reforma del sistema recientemente aprobada. El diálogo quedó roto el pasado 1 de junio, cuando Anesco se negó a aceptar las últimas propuestas de los representantes de los trabajadores, que se basaban en que las empresas deberían asumir la subrogación de los trabajadores procedentes de las Sagep pero también a futuro.
Los trabajadores denunciaron una falta de voluntad negociadora por parte de la patronal después de haber mostrado su disposición de rebajar los salarios una media del 10%. Anesco aseguró durante la reunión que necesitaba tiempo para estudiar la subrogación en cada puerto y con cada empresa aunque posteriormente se mostró dispuesta a aceptarla por completo, aunque nunca a futuro.
En cualquier caso, ambas partes (en el caso de la patronal incluso de forma pública) han solicitado al Gobierno que se implique en las negociaciones para tratar de poner fin al conflicto cuanto antes y evitar más pérdidas o posibles medidas como la de Maersk.