El Banco de España ha actualizado sus previsiones económicas y las ha mejorado ligeramente. Espera ahora que el PIB crezca un 2,8% este año, aunque sigue insistiendo en que la economía se irá ralentizando según vayan disipándose los efectos de las caídas de los precios del petróleo y los tipos de interés y con el cambio de política fiscal que acabrá llegando.
Por eso, el PIB crecerá solo un 2,3% en 2018 y bajará al 2,1% en 2019. En cualquier caso, todas estas cifras mejoran las últimas presentadas por el organismo que dirige Luis María Linde. ¿A qué se debe esta mejora? A que la economía se ha comportado en el arranque del 2017 mejor de lo que se esperaba, y la actividad y el comercio global también están experimentando un mejor comportamiento.
En cuanto al mercado de trabajo, el supervisor espera que se mantengan ritmos elevados de creación de empleo y nuevos descensos de la tasa de paro. De hecho, bajaría hasta el entorno del 14% en 2019. El pasado viernes, el ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, dijo que solo en 2017 se volverán a crear 500.000 empleos y el paro acabará el año por debajo del 17%.
Sobre el déficit, el Banco de España vaticina que España no llegará este año al 3,1% pactado con Bruselas, sino que se quedará en el 3,3%. Eso sí, hay que reconocer que estas previsiones no incorporan los Presupuestos aprobados el viernes pasado y tienen en cuenta variables fiscales obsoletas. De hecho, se acualizarán en el mes de junio incorporando todas las medidas de las cuentas públicas.
Moderación salarial y de márgenes empresariales
La inflación, por su parte, cerrará el 2017 en el 2,2%, pero bajará al 1.4% en 2018 y al 1,6% en 2019. Por eso, desde la institución señalan la importancia de evitar que los puntuales repuntes del inicio del año se trasladen a precios y salarios y evitar así posibles efectos de segunda ronda.
De hecho, el Banco de España espera que solo un tercio de los salarios, los que dependen de convenios pendientes de revisar, empiecen a incorporar importantes mejoras salariales. Esto, unido al repunte temporal de la inflación, hará que los salarios reales pierdan poder adquisitivo este año y registren un efecto nulo en 2018 y 2019.
La falta de mayoría, un riesgo importante para la economía española
En cualquier caso, el Banco de España reconoce que estas previsiones no extán exentas de riesgos a nivel externo e interno. Por ejemplo, subsisten algunas incertidumbres sobre el curso de las políticas económicas, tanto en lo que se refiere a la consolidación fiscal como a las reformas estructurales por la ausencia de mayoría parlamentaria.
En este contexto, resalta la importancia de retomar la senda de consolidación fiscal aprovechando el crecimiento y los bajos tipos de interés. El objetivo debe ser moderar los costes financieros de la deuda pública, reducir la vulnerabilidad de la economía por si se vuelven a endurecer las condiciones de financiación y restablecer cierta capacidad de maniobra en la política fiscal.