La zona euro acumula ya varios años de políticas de expansión monetaria y bajos tipos de interés fomentadas por el Banco Central Europeo, que han ocasionado en los bancos españoles (y de todo el continente) caídas en los márgenes y verdaderos problemas relacionados con su rentabilidad y sus modelos de negocio. Este balance negativo para el sector financiero, sin embargo, ha tenido un contrapunto nétamente positivo en la economía real, en la medida que las empresas han mejorado en su acceso a la financiación, de forma que acceden al crédito en condiciones comparables a las que existían antes del inicio de la crisis.
En los últimos cuatro años, el coste de la financiación bancaria para las empresas se ha abaratado en un 45% (y un 18% en el último año), según cálculos reflejados en un reciente informe del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie) y de la Fundación BBVA. "El coste medio de la financiación bancaria alcanzó un máximo del 3,95% a finales de 2011(...). Desde entonces se inició una senda descendente hasta situarlo, en mayo de 2016, en el 2,18%, un nivel similar al existente antes del estallido de la crisis de la deuda soberana", según reflejan los autores del documento.
Esta caída de los tipos medios cobrados a las empresas de la zona euro ha sido aún más acusada en el caso de las compañías españolas, según destacan en el citado informe, lo que ha posibilitado que la brecha histórica que existía se haya reducido notablemente (ver gráfico inferior). Así, frente a los 88 puntos básicos de más que pagaba el empresariado español en 2013, se ha pasado a apenas 27 puntos básicos de la actualidad. Es decir, que en apenas tres años se ha reducido el margen en más de medio punto porcentual.
A pesar de esta caída media, el abaratamiento del crédito a empresas ha mostrado fuertes diferencias en función del tamaño de las mismas. Así, según los cálculos de los investigadores del Ivie, el sobrecoste se ha reducido de forma más acentuada entre las empresas pequeñas y medianas (con créditos por debajo del millón de euros) que entre las empresas grandes. En el caso de las primeras "el coste se ha reducido en un 48% hasta situarse en el 2,8%, por lo que la brecha con la eurozona se ha reducido a más de la quinta parte", señalan, al tiempo que constatan que la diferencia no se ha reducido tanto en el caso de las grandes firmas.
"El tamaño empresarial es determinante del coste de la financiación bancaria y, tanto en España como en la eurozona, las empresas de mayor tamaño se benefician de menores tipos de interés. El sobrecoste de las pymes en relación a las grandes empresas llegó a alcanzar en España un importe muy superior al que soportan sus homólogas en la eurozona, situándose en 288 puntos básicos en agosto de 2012, más de 100 p.b. por encima del sobrecoste de la media de la eurozona. Desde entonces el diferencial se ha reducido a menos de la mitad (109 puntos básicos) y en la actualidad es similar al de las empresas de la eurozona (119 p.b.)", detallan los autores del informe.
Este mejor comportamiento relativo de los bancos españoles respecto de los del conjunto europeo se justifica, según el Ivie, no solo por las políticas expansivas del BCE, la vuelta de la demanda solvente de crédito y el avance de la unión bancaria, sino además por los procesos de saneamiento y reestructuración del sector financiero en España.
El crédito empresarial deja de crecer
El año 2015 fue el del cambio de tendencia en el mercado del crédito a empresas, y registró por primera vez desde el inicio de la crisis una tasa de crecimiento en las nuevas operaciones de financiación. Sin embargo, esta tendencia positiva se ha visto brúscamente truncada en lo que va de 2016, debido a los programas de compra de activos del BCE (ver gráfico inferior).
"La caída se explica por los efectos de la extensión del programa de compra de activos del BCE incluyendo deuda corporativa. Al ser este tipo de empresas grandes las que acceden en general a los mercados para captar financiación, han aprovechado el incentivo que supone la medida del BCE para sustituir financiación bancaria por financiación directa en los mercados mediante la emisión de bonos", destacan desde el Ivie, que inciden en que esto no supone en ningún caso un "empeoramiento" en el acceso al crédito.