El primer recibo eléctrico del año provocará desagradables sorpresas entre aquellos consumidores que lo comparen con el de 12 meses atrás. No podrá ser de otra manera dado que los precios que está registrando el mercado eléctrico mayorista en los primeros días del nuevo ejercicio multiplican por más de dos los que se dieron en las mismas fechas de 2016. La factura que llegará a los hogares no sufrirá el mismo incremento, toda vez que el comportamiento del denominado ‘pool’ eléctrico es solo una parte de la metodología para fijar el precio minorista. Pero el hecho de que el Gobierno haya congelado los llamados ‘peajes’, es decir, la parte regulada del recibo, no será suficiente para evitar que la trayectoria alcista del mercado encarezca notablemente la luz en términos interanuales.
Durante los primeros días de 2016, el precio medio registrado en el mercado mayorista español, es decir, en el que se cruzan oferta y demanda de generadores y comercializadores, no superó en ningún caso los 31 euros por megavatio/hora y registró un mínimo de 18,48 en el primer domingo del año. Doce meses después, ese mínimo correspondiente al primer domingo ha sido de 51,09 euros, es decir, 2,7 veces más. En el resto de días, el precio medio ha superado en todos los casos la cota de 60 euros.
El notable incremento experimentado por el mercado mayorista no es nuevo. En el comienzo del año se han mantenido las cifras que se venían registrando durante las últimas semanas, por lo que el consumidor no apreciará una sustancial diferencia con los últimos recibos eléctricos. Sin embargo, el citado brutal incremento interanual de los precios mayoristas hará que las diferencias entre las facturas de enero sean sustanciales.
El comportamiento del mercado viene motivado por diversos factores. Uno de los más influyentes ha sido el de la crisis nuclear que padece Francia debido al parón de más de una decena de centrales por distintas circunstancias. Este hecho ha provocado que el peso de la energía nuclear (una de las más baratas) en el ‘pool’ haya disminuido considerablemente debido a la notable reducción de la oferta.
Factores climatológicos
Otra derivada del parón nuclear en Francia ha sido el incremento de la demanda de energía procedente del país galo a través de la interconexión con España toda vez que Francia es notablemente dependiente de la nuclear. Hasta el punto de que, a lo largo de 2016, España ha pasado de ser importadora neta a exportadora neta de energía respecto a su vecino del norte. Una circunstancia que, igualmente, contribuye a subir los precios de la electricidad.
También ha influido el factor climatológico. La ausencia de viento en los últimos meses ha reducido el peso de la energía eólica, que también es de las más económicas, en el ‘pool’. Precisamente, la circunstancia contraria que se dio en los primeros meses de 2016 llevó al mercado mayorista a registrar precios anormalmente bajos al inicio de la pasada primavera.
La pluviometría tampoco está jugando a favor de la moderación de los precios. Los expertos consideran que, aunque no ha sido un otoño especialmente seco, no ha llovido lo suficiente para hacer que las cuencas funcionen a pleno rendimiento.
El Gobierno, al quite
Al consumidor le queda el consuelo de que la subida desbocada del mercado mayorista no se trasladará tal cual a la factura porque su aportación a la composición del precio de la luz viene a ser de un 40% aproximadamente. El resto depende de los peajes, la parte del recibo que depende del Gobierno, con la que sufraga los costes regulados y el déficit de tarifa. El ministro de Energía, Álvaro Nadal, anunció antes de que finalizara el año que los peajes se mantendrían congelados durante 2017, lo que minimizara la subida del recibo.
Precisamente, esta circunstancia hace que la luz sea uno de los elementos que figuran en la lista de apartados que no suben de precio al inicio del año, ya que no se verá gravada con mayores impuestos. Sin embargo, el consumidor no tendrá precisamente esa sensación. Ocurrirá exactamente lo mismo con las gasolinas. El Gobierno no ha subido, por ahora, los tributos de los hidrocarburos pero las notables subidas experimentadas por el barril de petróleo en los mercados de materias primas ya están elevando de forma notable el coste de llenar el depósito.
Además, la subida tanto del petróleo como del gas también están contribuyendo a que los precios del mercado eléctrico mayorista se mantengan elevados, toda vez que la escasa oferta de energías como la nuclear y la eólica está siendo compensada la producción de centrales de ciclo combinado.