El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) vive en una situación de cierto esperpento porque tiene a un grupo de técnicos trabajando en el cierre definitivo de la central nuclear de Garoña y, al mismo tiempo, cuenta con otro grupo interno que se dedica a preparar el informe que servirá de base para llevar al Pleno la propuesta de renovación de la explotación de la planta burgalesa.
Fuentes internas del organismo confirman el caos en el que trabaja el cuerpo técnico, no sólo por trabajar en proyectos completamente contradictorios sino también por la confidencialidad y secretismo con el que se manejan los informes y por la vigilancia a la que se ven sometidos por sus superiores.
Esta misma semana, la Secretaría General del CSN colgó en la web del organismo el acta del último Pleno, con fecha de 26 de julio. En el punto 3 se aprobó, por unanimidad, la propuesta de Nuclenor, propietaria de la central, para la revisión del Plan de Emergencia Interior en Parada (PEIP). La Dirección Técnica de Seguridad Nuclear ha emitido un informe favorable a la propuesta, que se enmarca en el proceso de “cese definitivo de explotación de la central (de acuerdo con lo establecido en la vigente orden IET/1302/2013, de 5 de junio, que declara el cese definitivo de su explotación”, tal y como hizo constar en el acta la consejera Cristina Narbona, que también emitió voto favorable como el resto de consejeros.
Dos equipos diferentes de técnicos trabajan en proyectos contradictorios y bajo la vigilancia extrema de sus superiores
El acta detalla que “la propuesta de revisión tiene por objeto incluir en el mismo a la Unidad Militar de Emergencias como potencial apoyo exterior a la Organización de Respuesta en Emergencia en escenarios accidentales de gravedad extrema, la necesidad de informar a los Organismos Oficiales en caso de emergencia con daño extenso, si se dispone de capacidad de comunicación con el exterior, y una serie de cambios editoriales de menor entidad para mejorar la redacción del PEIP”.
Así que mes a mes, Pleno a Pleno, prosigue el avance hacia una situación de cierre definitivo. Pero en paralelo, tal y como recoge la nota del Pleno de un mes antes (junio), “el Pleno del CSN ha sido informado hoy por los directores técnicos de Seguridad Nuclear y Protección Radiológica, de que se continúa con la evaluación de la solicitud de renovación de la autorización de operación de la central nuclear Santa María de Garoña, de acuerdo a los requisitos y pasos que el Pleno estableció en la ITC 14/01 del 30 de julio de 2014, para que una vez satisfechos y verificados se pueda emitir el informe correspondiente. Según la previsión ya avanzada, el citado informe podría estar concluido en el segundo semestre de este año, en torno al próximo mes de noviembre, una vez que el titular vaya concluyendo todos los trabajos que todavía debe realizar, en particular las modificaciones de diseño que previamente a su entrada en servicio deben contar con la apreciación favorable del CSN”.
Los técnicos trabajan a toda velocidad, a petición del presidente del CSN, Fernando Marti, para que este informe se pueda elevar al Pleno de noviembre, en el que se tomará una decisión previsiblemente favorable a la reapertura de la central nuclear.