La decantación de Mariano Rajoy a favor de Elvira Rodríguez viene avalada, sobre todo, por la confianza y también por su amplia trayectoria profesional. Licenciada en Económicas por la Complutense, fue una de las primeras mujeres auditoras del Estado, ejerció como directora general de Presupuestos en la etapa de Rodrigo Rato y, posteriormente, como secretaria de Estado con Cristóbal Montoro. También negoció en primera fila el cupo vasco, ocupó la cartera de Medio Ambiente, fue consejera de Transportes de la comunidad de Madrid y ha formado parte de todas las comisiones económicas del Congreso hasta desempeñar en la actualidad la presidencia de una de ellas. Era la candidata preferida de un amplio sector del PP para sustituir a Segura en la CNMV, pues se quería contar con alguien de confianza para pilotar los profundos cambios que le esperan al supervisor.
El anclaje de Elvira Rodríguez en el PP fue objetado hace unos meses por el ministro Luis de Guindos como una de las razones que podían invalidarla para el cargo, una obsesión que le llevó, incluso, a sugerirle que dejara su acta de diputada. A nadie se le ocultaba que la candidata preferida del ministro de Economía era Belén Romana, con una trayectoria profesional igualmente brillante, pero consejera de varias firmas, entre ellas alguna que cotiza en Bolsa, como es el caso de Banesto y Acerinox. Esta circunstancia fue interpretada desde el principio en un sector del Gobierno como una clara señal de incompatibilidad para ir a la CNMV, pero Guindos mantuvo su apuesta hasta el final, aunque en la terna que trasladó al presidente figuraban también Elvira Rodríguez y Fernando Becker. Entre los nombres barajados en algún momento también estuvo el de Antonio Sáenz de Vicuña, actual responsable de los servicios jurídicos del BCE.
En un amplio sector del Gobierno se respaldó la candidatura de Elvira Rodríguez, frente al criterio inicial de Economía
La apuesta fallida de Guindos tiene otros precedentes próximos. En el Gobierno hay quien le acusa de haber desperdiciado la oportunidad de retener un puesto para España en el Consejo del BCE cuando se formalizó a finales de mayo la salida de José Manuel González Páramo. El candidato propuesto para sustituirle, el propio Sáenz de Vicuña, no gustó a Mario Draghi, quien llegó a sugerirle al Gobierno que pusiera sobre la mesa el nombre del ex secretario de Estado de Economía José Manuel Campa, paso que no prosperó.
Guindos jaleó entonces la posibilidad de que España se hiciera con la presidencia del Mecanismo de Estabilidad Permanente, conocido como Mede, y para ese cargo promovió a Belén Romana, nombramiento que tampoco salió adelante teniendo en cuenta que nuestro país iba a convertirse en el primer receptor de los fondos que manejará este organismo cuando esté operativo el año que viene, después del espaldarazo recibido recientemente por parte del Tribunal Constitucional alemán.
La tercera apuesta fallida de Guindos ha llegado, según fuentes gubernamentales, con las maniobras tendentes a colocar a Romana al frente de la CNMV, posibilidad que hubiera levantado una fuerte polvareda en un sector del Gobierno y también en amplios círculos del PP que en las últimas semanas se han movilizado a favor de Elvira Rodríguez.
Su designación tendrá que pasar por dos Consejos de Ministros, el de hoy y el del próximo viernes 28, ya que la semana que viene se tendrá que someter a un examen de compatibilidad en el Congreso.
En el Ejecutivo se reprocha a Guindos haber hecho apuestas fallidas en el BCE y el Mede
La renovación del resto del equipo de dirección de la Comisión Nacional del Mercado de Valores está regulada por la ley en vigor. Los tres consejeros que no son natos, Luis Pedroche, Ana Isabel Fernández Álvarez y Oriol Amat, no podrán ser sustituidos hasta 2014 y 2015, cuando cumplan los cuatro años de estancia en el Consejo del supervisor. De este órgano de dirección forman parte también como miembros natos el secretario general del Tesoro y el subgobernador del Banco de España.
Julio Segura debe cesar el 6 octubre de forma obligada ya que arrastra en el calendario parte del mandato que agotó Manuel Conthe antes de su dimisión en abril de 2007. La ley que regula el supervisor establece cuatro años de mandato, prorrogables por otros cuatro. Segura superará estos plazos dentro de dos semanas.