Santander prepara una reorganización de todas sus sedes en Madrid. La entidad presidida por Ana Botín va a aprovechar los recortes que prepara en sus servicios centrales y los de Popular para realojar a la plantilla. Y, según fuentes financieras consultadas por Vozpópuli, el nuevo centro clave será la sede aún por estrenar de Banco Popular.
Los detalles de esta reorganización todavía no están cerrados. Se esperan que se conozcan en los próximos días a medida que avancen las negociaciones con los sindicatos para reducir los servicios centrales en 2.000 empleados, una cuarta parte del total. De ellos, el banco quiere que en torno a 1.500 dejen el grupo y otros 575 se recoloquen.
En medio de esta reorganización, emerge la nueva sede de Popular. El destino ha querido que las obras estén listas a los pocos meses de la resolución del banco. El edificio de 123.000 metros cuadrados, situado en la salida de Madrid por la A-2, fue ideado por Ángel Ron para agrupar a todos los empleados de los servicios centrales. El plan inicial (antes del ERE de 2016) era que acogiera a unos 3.000 empleados, pero tras estos recortes quedaron unos 2.000 profesionales en esta área del Popular.
La nueva sede de Banco Popular ha tenido un coste de 144 millones y tiene un valor de mercado de 250-300 millones
De esta forma, Santander tiene ante sí el reto de recolocar a la plantilla que vaya a permanecer en el grupo tras los ajustes dentro de las distintas sedes que tiene. Además de la Ciudad Financiera -en la que tiene un contrato de alquiler hasta 2048-, las principales piezas inmobiliarias del grupo en Madrid son la antigua sede de Banesto, la nueva de Popular y el 'palacete' de José Ortega y Gasset, donde tiene su despacho Botín.
En el mercado inmobiliario se espera que Santander aproveche la reorganización para sacar al mercado alguno de estos inmuebles. Ya se barajó que lo hiciera con la sede de Banesto tras la integración de esta filial. Su ubicación haría que las inmobiliarias se pelearan por este activo si tuviera uso residencial.
Otra de las opciones que se baraja en mercado es que sea la nueva sede de Popular la que se ponga a la venta, con un contrato de alquiler como se hizo con la Ciudad Financiera. Este edificio ha costado 144 millones, y según fuentes inmobiliarias consultadas por este medio podría tener salida por 250-300 millones.
Santander también podría estar guardándose otro as bajo la manga. En la construcción inicial de la nueva sede de Popular estaba proyectado un pequeño centro comercial de 10.000 metros cuadrados, que se podría vender a alguna inmobiliaria especializada.
Tiempos previstos
Sea cual sea la fórmula elegida, lo que es seguro es que todo estará listo durante el primer trimestre de 2018, ya que Santander tiene intención de que el proceso de reestructuración esté listo para entonces.
Además, el grupo tiene prisa en recolocar a los actuales empleados de los servicios centrales de Banco Popular, ubicados en la sede de José Ortega y Gasset y en las oficinas de Velázquez con Goya. Los contratos expiran antes de final de año.