Francisco Oya ha seguido atentamente la celebración del referéndum ilegal en Cataluña. Lleva más de tres décadas siendo profesor de Historia en la región y la lucha contra la imposición del catalán en las aulas le ha llevado a presidir la Asociación de Profesores por el Bilingüismo, una entidad cívica formada por docentes de diversos niveles educativos, fundamentalmente de secundaria pública, pero también de primaria y universidad, tanto de centros públicos como privados.
Aunque todo partió por un tema lingüístico, asegura que, pronto, los integrantes de la asociación se dieron cuenta de un problema más grave: el del adoctrinamiento ideológico a través de los libros. "La presión para obligarme a dar las clases en catalán ha resultado agobiante, por momentos. En el plano personal, estos condicionamientos hacen que llegues a sentirte en un exilio interior", reconoce a Vozpópuli.
Durante la mañana del 1-O, Oya asegura haber observado que los colegios de Barcelona "estaban bien controlados para evitar el pseudo reférendum ilegal". En cambio, por la tarde comenzó a verse "actividad". "La clave está en que la televisión pública catalana TV3 ha emitido una maratón sobre la jornada electoral, con todas las consignas separatistas: vergonzosa actuación del Estado, brutalidad de la policía española, ciudadanía que quiere votar, etc. Dicha maratón propagandística se ha ofrecido en una enorme pantalla, situada en la plaza Cataluña, durante todo el día", explica el profesor.
TV3 ha emitido una maratón sobre la jornada electoral, con todas las consignas separatistas: vergonzosa actuación del Estado, brutalidad de la policía española, ciudadanía que quiere votar, etc."
Además, destaca que en la misma plaza también se han instalado diversas emisoras internacionales y periodistas extranjeros. "Lo lógico hubiera sido tomar el control de las emisiones de TV3 desde el primer momento. Sorprende que el Gobierno de la Nación no haya sido capaz de ejecutar una medida tan elemental. El golpe del 23-F se desarticuló, entre otras cosas, porque los golpistas no tuvieron en ningún momento el control de la televisión, al contrario que ahora", compara.
"Daba la impresión de que mientras TV3 iba emitiendo imágenes de la actuación policial, el Gobierno de la Nación se iba arrugando, temeroso del estropicio que podían suponer esas imágenes en la percepción internacional de la situación. En definitiva, el Gobierno ha actuado tarde y cometido graves errores, de acuerdo al profesor.
¿Cómo terminó usted siendo presidente de la Asociación de Profesores por el Bilingüismo?
Esta asociación de profesionales de la enseñanza existe desde el año 1994 para intentar combatir la anticonstitucional imposición del catalán en todos los niveles de la enseñanza obligatoria. Enseguida nos dimos cuenta de que, además, existía un problema aún más grave: el adoctrinamiento ideológico por medio de los contenidos de los manuales, especialmente los de Historia. Antes de mí, hubo dos compañeros que ocuparon la presidencia de la asociación. En un momento dado me lo propusieron a mí y yo acepté.
¿Cómo es el día a día de un profesor de Historia en Cataluña que defiende el uso del castellano? ¿Cuál es su balance de estos 30 años?
Al principio, mediados de los años 80, era habitual que muchos profesores impartieran su clase en castellano. A pesar que desde muy pronto impusieron todos los libros de texto y materiales de apoyo en catalán. Pero la presión sostenida de la administración catalana y de algunos fanáticos apoyados por ella ha ido consiguiendo que la inmensa mayoría de los profesores se sienta obligada a impartir la clase en catalán y utilice esta lengua en las relaciones personales dentro de la escuela, aunque no sea su lengua materna.
Hay que tener en cuenta que, teóricamente, todas las materias han de impartirse en catalán, salvo la lengua española. Y hay muy pocos profesores que se atrevan a desafiar al Departament d’Ensenyament y a la corrección política. Los más jóvenes no han conocido otra cosa y les parece normal lo que es inaudito: que una administración del Estado te impida, en tu país, dar clase en la lengua oficial del Estado. El balance es muy negativo. Se ha desterrado la lengua española de la enseñanza pública, se ha humillado y adoctrinado a los niños, se ha impedido que los padres escojan la lengua de enseñanza de sus hijos (un derecho elemental, reconocido en todos los países bilingües de Europa). En la práctica, se ha arrebatado la patria potestad a los padres, que en ocasiones tienen que padecer que los niños expongan en casa las opiniones supremacistas que han aprendido en la escuela.
Se ha desterrado la lengua española de la enseñanza pública y se ha adoctrinado a los niños. En la práctica, se ha arrebatado la patria potestad a los padres"
¿Conoce ejemplos concretos de manipulación en libros de Historia?
Muchísimos, desgraciadamente. Y se suelen repetir en los manuales escolares de todas las editoriales. Parece que todos los autores conocen lo que esperan los responsables políticos catalanes. Por ejemplo, en los periodos de la Prehistoria y la Edad Antigua siempre se habla de Cataluña, a pesar de que este término no surge hasta el siglo XII. En cambio, jamás se cita el término España, que existe ya desde época romana. Se habla de la Corona catalano-aragonesa o de confederación catalano-aragonesa, terminología absurda que pretende sugerir una primacía de Cataluña sobre Aragón.
Cataluña siempre estuvo integrada en la Corona de Aragón, único concepto históricamente correcto. Se sugiere que Cataluña era una monarquía constitucional, ¡en plena Edad Media! Una pretensión grotesca. Por el contrario, se silencia la conciencia de unidad hispánica de los reinos medievales. Si se trata la Edad Moderna, la lengua catalana estaría al mismo nivel –en cuanto vehículo de transmisión cultural- que el francés, el italiano o el castellano. Pretensión sin pies ni cabeza. Se sugiere también, muy a menudo, una contraposición tácita entre una Castilla dictatorial y una Cataluña democrática. Se da una visión de la conquista de América donde se dan la mano la Leyenda Negra antiespañola y la Leyenda Rosa americana.
A la vez, se oculta que el Imperio español promovió la integración total de la población americana, incluyendo la mezcla de razas. Lo contrario que otros imperialismos históricos, como el inglés -que impidió los matrimonios interraciales y arrinconó a los pueblos autóctonos en reservas- o el holandés. En la Edad Contemporánea, se afirma que Cataluña perdió la Guerra Civil de 1936-39, sugiriendo que fue una guerra de España contra Cataluña, y no se informa de la brutal represión en la retaguardia catalana ni del apoyo de la burguesía catalanista (Cambó) al bando franquista, así como de la gran cantidad de intelectuales catalanes que apoyaron a Franco (Eugeni d’Ors, Salvador Dalí, Ignacio Agustí, Martín de Riquer, etc). Y todo esto sólo es una muestra.
Generaciones de escolares han crecido pensando que Cataluña es una nación oprimida por los malvados españoles. A pesar de todo, todavía hay una pequeña mayoría de catalanes contrarios al separatismo. Pero en unos años podría producirse un vuelco definitivo"
¿Cuál debería ser el cometido de un editor de libros de Historia? ¿Y de un profesor?
Un editor debería publicar libros que respeten los hechos históricos, no promuevan absurdas mitologías nacionalistas y fomenten el afecto y la unidad entre los habitantes de un mismo país. Un profesor debería regir su enseñanza de la Historia también por esas actitudes, respetando a sus alumnos y abandonando cualquier pretensión de adoctrinarlos.
¿Ha condicionado su vida el independentismo?
La ha condicionado de un modo bastante negativo. En el plano profesional, pretendiendo imponerme -a mí y a todos los profesores, por supuesto- una enseñanza adoctrinadora, que no concuerda con la realidad histórica ni con mis convicciones personales. La presión para obligarme a dar las clases en catalán ha resultado agobiante por momentos. En el plano personal, estos condicionamientos hacen que llegues a sentirte en un exilio interior, extranjero en tu propia tierra, extraño en el lugar donde has nacido.
¿Ha tenido algún problema con sus alumnos o con sus compañeros por defender el
bilingüismo?
Con los alumnos nunca. Con los compañeros, en algunas ocasiones. Hay un porcentaje nada despreciable de profesores en la actualidad que son nacionalistas fanáticos.
Un editor debería publicar libros que respeten los hechos históricos, no promuevan absurdas mitologías nacionalistas y fomenten el afecto y la unidad entre los habitantes de un mismo país"
¿Hay diferencia en ese aspecto entre las universidades y colegios públicos y las privadas?
La enseñanza obligatoria suele ir por los senderos que ya hemos comentado: imposición total del catalán y adoctrinamiento nacionalista. En algunos colegios privados, la línea no es tan radical. Y en algunos de élite, hay un tratamiento bastante equilibrado en lo que se refiere al uso de las lenguas en la enseñanza, así como una impartición más correcta de la materia de Historia. Pero estos colegios no están al alcance de la mayoría de la población, aunque, eso sí, toda la élite política catalana sin excepción (incluyendo los presidentes autonómicos: Pujol, Mas, Montilla …) llevan a sus hijos a este tipo de centros. Es decir, la oligarquía catalana piensa que la enseñanza sólo en catalán está muy bien para los hijos de los demás.
¿Cuál sería la solución, según usted, al problema político en Cataluña?
Durante más de 30 años la escuela catalana ha sembrado distanciamiento en los alumnos catalanes con respecto al resto de sus compatriotas españoles. Eso en el mejor de los casos, pues a menudo se fomenta el desprecio y el odio. El Estado no ha tomado ninguna medida de las que estaban a su alcance para reconducir la situación, por ejemplo, potenciando la Alta Inspección. De hecho, el Estado ha desaparecido tras haber realizado una absoluta dejación de funciones. El resultado es que generaciones de escolares han crecido pensando que Cataluña es una nación oprimida por los malvados españoles. A pesar de todo, todavía hay una pequeña mayoría de catalanes contrarios al separatismo. Pero en unos años podría producirse un vuelco definitivo.
Por ello es urgente que el Estado ejerza la soberanía nacional en Cataluña, recuperando una serie de competencias que, retrospectivamente, podemos asegurar que nunca debió ceder: la sanidad, el orden público y la enseñanza. Especialmente esta última es absolutamente esencial. Los niños no pueden seguir educándose en el odio a España.
La población catalana no abducida por el separatismo apoyaría estas medidas. Lo prueba la masiva afluencia a la manifestación convocada en Barcelona por la unidad de España el pasado sábado 30 de septiembre. Una convocatoria, no lo olvidemos, sin el apoyo de ninguno de los partidos constitucionalistas -que siguen una estrategia incomprensible y suicida- organizada por pequeñas entidades como Empresaris de Catalunya, Somatemps, Espanya i Catalans o Profesores por el Bilingüismo, que no reciben ni un duro de subvención.