"La posibilidad de pedir prisión para Puigdemont está abierta", dijo el fiscal general del Estado este lunes en una entrevista radiofónica. El delito de malversación acarrea penas de cárcel y la Fiscalía está convencida de que el presidente de la Generalitat está incurriendo en esta ilegalidad, de acuerdo con los planteamientos de José Manuel Maza.
El presidente de la Generalitat no descarta este supuesto. Es más, incluso lo ve relativamente posible, de acuerdo con lo que se comenta en su entorno. Habla abiertamente de tal posibilidad, e incluso este fin de semana ha abordado tal escenario con su esposa y su familia -es el segundo de ocho hermanos- y con sus amigos de Amer, su localidad natal. Su mujer, Marcela Topor, de origen rumano, le apoya abiertamente en sus decisiones. La esposa del president, antigua actriz, trabaja en un programa de una televisión local de Gerona, Canal Catalá, donde lleva un programa de entrevistas con unas audiencias minúsculas.
"Puigdi, como le llaman sus más próximos, está convencido de que el Estado no le va a perdonar y que incluso antes del 1-O intentarán meterlo preso", comenta uno del círculo de sus conocidos. Este fin de semana estuvo en Gerona, ciudad de la que fue alcalde, asistió al partido de fútbol entre el equipo local y el Barça, una apoteosis en pro del referéndum y la independencia, todo el estadio una estrellada, y dedicó tiempo a conversar con los suyos sobre su futuro más próximo. La familia está ya preparada para todo, incluso para lo peor, como una detención, comenta un vecino de la zona, bien conocedor de los Puigdemont.
"No sabe gobernar"
En su partido,ahora PDECat, no todos lo admiran. Muchos ni siquiera están de acuerdo con sus postulados. Lo ven como un elemento singular, propio de las comarcas gerundenses, de obsesión enfermiza por la independencia y con escasa habilidad para la política. "Ha ido directo a la fibra sensible de una parte de la sociedad catalana, que es el nacionalismo, las banderas, el himno, la patria, la tierra, el enemigo español y, además, la independencia, y no se le puede sacar de ahí", comenta un diputado de su formación. El supremacismo catalán en plena incandescencia.
"Ni sabe gobernar, ni le interesa, no es lo suyo. Tan sólo busca consumar el proceso, "hacer la cima", celebrar el referéndum y, desde luego, "proclamar la república catalana", añaden. Si hay que pasar algún día en comisaria y hasta penar en prisión, por posibles delitos de malversación o sedición, lo asume.
Lo ha explicado ya a los suyos, aunque no todos lo tienen demasiado claro. "Lo que parece imposible es que renuncie a sus propósitos y suspenda la cita con las urnas, aunque no haya urnas, como muchos le aconsejan. "No sabría qué hacer al día siguiente porque ni quiere presentarse a unas elecciones ni se le da muy bien lo de negociar con el Gobierno central, por más amable que se ofrezca Rajoy. Está dispuesto a todo y su familia lo sabe. Casi todos los catalanes, también.