Que levanten la mano los que no condenan la actuación policial durante el 1-O. Y los que levantaron la mano se quedaron sin recreo. Según denuncia la Asociación Española de Guardias Civiles (AEGC), docentes de varios institutos repartidos en diversas localidades como San Andrés de la Barca y Lloret de Mar separaron a sus alumnos -menores de edad- en función de si condenaban o no la actuación de la policía durante la celebración del referéndum ilegal.
"El padre de un menor de San Andrés de la Barca acudió a nosotros para pedirnos ayuda ante el castigo del profesor de su hija: sin recreo por no condenar la brutalidad de la policía. Hay más padres informando sobre situaciones similares en institutos de otras localidades", explica el presidente de la Asociación Española de Guardias Civiles (AEGC), Francisco Javier Benito.
Según Benito, la intención del padre era personarse en el cuartel de la Guardia Civil en dicha localidad para poner una denuncia contra el centro escolar. Además, ha anunciado que la AEGC está estudiando poner una denuncia al conjunto de centros escolares que hayan permitido ese tipo de actuaciones por parte de su profesorado. "Posiblemente las presentemos esta semana", dice.
El monopolio nacionalista
Desde la Asociación Nacional de Profesionales de la Enseñanza (ANPE), su presidente Nicolás Fernández Guisado asegura que el nacionalismo ha impuesto un discurso dominante en los colegios y a los profesores que se mostraban contrarios se les ha ido arrinconando. "Nosotros defendíamos un currículum básico común, lo cual no significa que no exista otro alternativo. Una cosa es que el Gobierno catalán tenga la gestión de la Educación y otra el monopolio absoluto", apunta.
Ahora se ha manifestado la enfermedad en toda su virulencia, cuando lo que debería haber es un proyecto de convivencia común"
Si transmites odio hacia España a los niños en los colegios, continúa, crecerán odiando. "Ahora se ha manifestado la enfermedad en toda su virulencia, cuando lo que debería haber es un proyecto de convivencia común", señala. Según Fernández, la educación está siendo utilizada de forma "grotesca y sectaria", pero considera que no todos los profesores son así.
"En estas circunstancias tampoco se les puede pedir que den la cara y que sean héroes", reconoce. Por culpa de muchas dejaciones, el nacionalismo ha ido dando pasos agigantados y tanto la educación como los medios de comunicación de Cataluña están en sus manos", concluye.
El rol de la Consejería
Con la comunidad educativa catalana más dividida que nunca, cabe destacar que tan solo un día después del comienzo de curso en Cataluña Puigdemont decidió cesar al presidente del Consorcio de Educación de Barcelona, Lluís Baulenas, para poner como sustituta a la propia consejera catalana de Enseñanza, Clara Ponsatí, precisamente nombrada en julio por su firme compromiso con el referéndum.
El pasado domingo, Ponsatí trató de impedir la entrada de agentes del Cuerpo Nacional de Policía (CNP) a la sede del departamento que gobierna, donde se habían constituido cinco mesas electorales para llevar a cabo el referéndum ilegal que terminaron siendo intervenidas por los agentes, que lograron acceder al recinto pese a la resistencia de los concentrados.
"Hemos intentado impedir que entraran. Les he dicho que no podían entrar. Han ignorado que yo les dijera que era la consellera de Ensenyament. Me han arrastrado, me han dejado tumbada por los brazos, han herido a un par de personas que se han tenido que llevar en ambulancia. Y han entrado", explicó la consejera, que firmó su propio nombramiento como nueva presidenta del Consorcio de Educación de Barcelona.