Algo chirrió en el último programa de 'Gran Hermano 17'. Fue la primera vez en la historia en donde, los resultados de la expulsión, estaban hipotéticamente tan igualados que el programa decidió mostrar hasta tres decimales para que el público viera la pequeña diferencia de votos: "He tenido que llegar yo al programa para hacer historia", bromeaba en directo el presentador, Jorge Javier, ante la última gala, mientras mostraba a los espectadores la ínfima diferencia de las votaciones.
La posible expulsión entre Adara y Clara, las dos 'íntimas' enemigas de la edición, estaba sobre la mesa. Los porcentajes de expulsión fueron del 50.002% y 49.998% respectivamente, lo que supone una diferencia de 0.004% entre las dos llamadas.
Según estos datos, facilitados por el propio programa, por regla de tres, el total de llamadas fueron 75.000, un número demasiado redondo, según revela Gus Hernández en su blog del diario '20 minutos'. Además, los cálculos determinan que hubo 37.501,5 llamadas para Clara y 37498,5 para Adara. ¿Cuál es la conclusión entonces? ¡Que un espectador realizó media llamada! Algo que, definitivamente, no cuadra matemáticamente.
Además, este medio apunta a que si atendemos a la ecuación 50x=50´002(x-3), el número de llamadas sería también un número muy redondo: 150.000. En ese caso, dejaría 75.003 llamadas para una de las concursantes y 74.997 para la otra. Aquí están representadas las "tres llamadas" de diferencia que apuntó el presentador. Sin duda, un número demasiado exacto.
Al resultado matemático se suman las sospechas que alimentaban que Adara llegara a ganar 'Gran Hermano 17' dado a que tiene un posible amigo en el equipo técnico del programa.
Jorge Javier: "Soy el Pedro Sánchez de GH"
En esta atmósfera, Jorge Javier Vázquez continúa defendiendo su papel como presentador de 'Gran Hermano' y la difícil situación a la que se enfrenta desde que Mediaset decidiera sustituir a Mercedes Milá y ponerle a él al frente del formato. Así lo reveló el propio Jorge Javier en '¡QTTF!', a María Teresa Campos.
"Cuando estrené 'Gran Hermano' sabía lo que iba a pasar. Estuve un mes sin leer absolutamente nada, pero la gente me veía y me acompañaba en el sentimiento (...) Luego me cabreé conmigo mismo porque pensé ¡Madre mía!, era todo tan previsible. Como Mercedes Milá estoy haciendo el programa fatal, pero como Jorge Javier Vázquez lo estoy haciendo brillante", reveló el presentador.
"Sustituir a Mercedes era complicadísimo. ¿Cómo iba a salir el primer programa vestido de sandía? Si a una persona tan excesiva como Mercedes la hubiera imitado, no hubiera sido yo", quiso añadir.
El presentador concluyó su intervención con un tono bromista, pero pidiendo que Mediaset le renueve para la siguiente edición. "A mí me encantaría seguir. Yo entiendo que he sido el Pedro Sánchez de GH, lo he destrozado, pero pido otra oportunidad".