Ariana Grande, de 23 años, ha vivido delante de sus ojos lo que jamás hubiera imaginado, al igual que el resto de adolescentes y jóvenes que la fueron a ver al Manchester Arena. A las 23:30, cuando se encendieron las luces del recinto, se producía una explosión que causaba una gran confusión entre el público. Se trata de un atentado suicida que ha dejado al menos 22 muertos y 59 personas heridas de diversa gravedad. La cantante se ha pronunciado tras el terrible suceso: “Rota. Desde el fondo de mi corazón, lo siento mucho. No tengo palabras”, se lamentaba desde su perfil personal de Twitter.
Su representante, Scooter Braun, también ha escrito un mensaje hacia las víctimas: “Esta noche, nuestros corazones están rotos. Las palabras no pueden expresar nuestro dolor por las víctimas y las familias dañadas en este ataque sin sentido. Lloramos por las vidas de los niños y los seres queridos a quienes se ha llevado este acto cobarde”, ha señalado, a la vez que daba las gracias a los servicios de emergencias de Manchester que “se lanzaron hacia el peligro para ayudar a salvar vidas”.
Después de esta tragedia, la cantante ha decidido cancelar temporalmente su gira de conciertos. La siguiente parada de la gira mundial era Londres, y el 13 de junio había previsto un concierto en el Palau Sant Jordi de Barcelona. Los que están próximos a la estrella juvenil han explicado que Ariana está "desconsolada" y su equipo está preocupado por la seguridad de la cantante.
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