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Problemas para Prisa: su crisis de deuda le obliga a buscar compradores para Santillana

La compañía presidida por Juan Luis Cebrián conserva el 75% de la propiedad de Santillana, la verdadera joya de la corona del grupo, que en 2015 le aportó aproximadamente el 45% de sus ingresos. La incertidumbre que invade a la editora de 'El País', clave en esta decisión.

  • El presidente ejecutivo de Prisa, Juan Luis Cebrián

La cúpula del Grupo Prisa ha sondeado el mercado internacional durante las últimas semanas en busca de inversores que deseen adquirir un porcentaje de Santillana, la verdadera joya de la corona del grupo y líder en el negocio de la educación en España, México, Argentina o Colombia. La compañía presidida por Juan Luis Cebrián ha valorado su editorial en 2.000 millones de euros y, aunque está dispuesta a deshacerse de un paquete accionarial que le permita obtener la liquidez suficiente para afrontar sus próximos pagos de deuda, no quiere perder el control de una división que en 2015 le aportó más del 45% de sus ingresos.

Según ha publicado Bloomberg recientemente, citando una fuente anónima del grupo fundado por Jesús de Polanco, Prisa podría completar esta operación antes de final de año, pese a que la decisión sobre Santillana se ha tomado recientemente. Vozpópuli ha podido saber a través de fuentes conocedoras de la operación que en las últimas semanas la compañía ha hecho partícipes de su voluntad a los posibles interesados y les ha trasladado su valoración de la compañía.

Prisa ha valorado Santillana en un total de 2.000 millones de euros

Desde que a finales de 2013 Prisa lograra refinanciar sus 3.200 millones de euros de deuda -con el apoyo de algunas de las mayores empresas de España, hoy accionistas del grupo, y del Ejecutivo-, se ha visto obligada a deshacerse de una parte significativa de su patrimonio.

Prisa empequeñece

En el momento en que se pactó este rescate financiero, Cebrián trasladó a sus accionistas que con la culminación de esta operación no sería necesario poner a la venta los activos “relevantes” del grupo, pero la realidad ha sido muy distinta desde entonces, puesto que desde esa fecha la editora de El País ha tenido que renunciar a Digital Plus o a Ediciones Generales.

También se deshizo de su participación en Mediaset y trató de colocar su cabecera económica Cinco Días, si bien ninguna de las ofertas recibidas superó los 3 millones de euros. En cuanto a Santillana, ya sondeado el mercado con anterioridad, en busca de posibles interesados en una parte del 75% de las acciones que posee de la editorial, si bien las conversaciones nunca han llegado a buen puerto.

La deuda de Prisa era el pasado 30 de junio de 1.562 millones de euros

Estos movimientos los ha realizado para poder pagar deuda, que en este tiempo se ha reducido hasta los 1.562 millones de euros (30 de junio de 2016). La última decisión sobre Santillana la toma en un momento en el que se esperan turbulencias en el seno del grupo, en buena parte, por sus obligaciones con los acreedores, según precisan fuentes internas.

El complicado futuro de Prisa

En su memoria consolidada del ejercicio 2015 se detalla que en los próximos 3 años vencerán más de 1.000 millones de euros de deuda, a los que deberá hacer frente con una estructura mucho más reducida que en el momento en que se completó su refinanciación y, por tanto, con una menor capacidad para obtener ingresos.

Los fondos buitre de Prisa han realizado maniobras durante los últimos tiempos para tratar de apartar del poder a Juan Luis Cebrián

A esto hay que sumar la inestabilidad que reina en su seno, motivada por la guerra fría que los fondos buitre presentes en el grupo han declarado a Juan Luis Cebrián. Estos accionistas, capitaneados por Amber Capital (18,33% de las acciones) han emprendido una serie de maniobras durante las últimas semanas para tratar de apartar del trono de Prisa a su presidente ejecutivo, al que culpan de la deriva de este holding y de la desconfianza que genera en los inversores.

Deshacerse de un porcentaje importante de Santillana equivaldría a volar una parte de los cimientos del grupo. Pero la crisis financiera que aún azota a Prisa y la presión de los hedge funds han obligado a barajar seriamente esta opción, señalan los mismos informantes.

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