La salida de Juan Luis Cebrián de la presidencia de Prisa no supondrá su jubilación. Quienes pensaran que el periodista y académico iba a abandonar la compañía después de dejar su trono se equivocaban, pues su propósito es seguir dentro de su organigrama. Y en tres puestos. Cebrián mantiene su deseo de ponerse al frente de una nueva fundación que vele por que el grupo no se desvíe del camino periodístico que marcaron sus promotores y cuide por la independencia de sus medios. La aprobación de esta iniciativa depende del Consejo de Administración de Prisa, que ha decidido aplazar hasta el próximo enero la votación de este asunto, entre otras cosas, por las dudas que genera esta idea entre sus consejeros críticos.
El órgano de gobierno de Prisa concedió a Cebrián en su última reunión dos de los tres trofeos que reclamaba: por un lado, la presidencia del Consejo Editorial de Prisa; y, por otro, la de El País. Dos cargos que pueden considerarse como “honoríficos” y que no conllevan la realización de ninguna función ejecutiva, explican fuentes cercanas al Consejo.
El tema de la fundación es muy distinto. Fuentes oficiales del grupo aseveran que dentro de Prisa se ha establecido un grupo de trabajo para presentar en enero una propuesta sobre este nuevo organismo. Los socios críticos tienen sus dudas sobre la función que cumplirá y no entienden que una compañía con las cuentas tan maltrechas tenga que destinar recursos a la creación de un nuevo órgano que quiere liderar el propio Cebrián. La idea del presidente es que esta institución “garantice la autonomía de las redacciones” y “la no injerencia” de poderes como el político y el económico.
Los consejeros críticos comparten la idea de que los medios de comunicación no deben ser presa de los intereses de los partidos y las grandes compañías, pero no están de acuerdo con la idea de Cebrián de “inventarse” una fundación y ponerse al frente, han explicado a Vozpópuli.
El principal accionista del grupo, el fondo de inversión Amber Capital, expresó su rechazo a esta iniciativa durante la última Junta Extraordinaria de Accionistas, celebrada el 15 de noviembre. "¿Darle a este señor (Cebrián) la Fundación? ¿La presidencia de El País? ¿Por qué? ¿Porque El País no se sabe gestionar sin su persona? No lo creo", incidió su fundador, Joseph Oughourlian, en una intervención en la que afirmó que el “cáncer” de Prisa había sido el “excesivo personalismo” de Cebrián.
"No me parece bien crear una fundación para él y no para garantizar la independencia de nuestros medios”, dijo el dueño del Grupo Herradura Occidente, Roberto Alcántara Rojas
En una línea similar se expresó uno de los teóricos aliados del periodista y académico de la lengua, el dueño del Grupo Herradura Occidente, el mexicano Roberto Alcántara Rojas. “Entiendo (la función de) esta fundación, pero no sé cuál es la entidad jurídica que la definirá. Debe debe ser un órgano independiente y no servir exclusivamente a Juan Luis Cebrian, con enorme respeto a Juan Luis. No me parece bien crear una fundación para él y no para garantizar la independencia de nuestros medios”, apuntó.
Certezas e incertidumbres
Lo cierto, a día de hoy, es que el proyecto se encuentra en una fase inicial y tendrá que ser el Consejo de Administración quien apruebe su estructura, sus funciones y la composición de sus órganos directivos. De momento, lo que es claro es que Cebrián abandonará la presidencia ejecutiva de Prisa el próximo 31 de diciembre y que será sustituido por Manuel Polanco, quien contará con el apoyo de Manuel Mirat como consejero delegado.
Cebrián participó esta semana en la última reunión del Consejo de Administración de la compañía y en su discurso de despedida hizo un recorrido por su trayectoria en el grupo, que se ha extendido durante cuatro décadas. En su intervención, aseguró que se marcha “con la compañía salvada” después de varios años de dificultades económicas, que se explican en que “la crisis mundial desatada tras la quiebra de Lehman Brothers” “atrapó” a Prisa en un momento en el que había realizado importantes inversiones que habían supuesto un incremento de su deuda financiera.
En las próximas semanas, está previsto que se cierre la ampliación de capital que se ha planteado en el grupo, que asciende a 450 millones de euros y en la que está previsto que participen sus socios mayoritarios. Ahora bien, también se prevé una pugna por ocupar los asientos que han quedado vacantes en su Consejo de Administración. Los accionistas institucionales (Santander y Telefónica, principalmente) ya han situado a sus 'hombres de confianza' en los asientos de este órgano. Ahora bien, los fondos de inversión también aspiran a incrementar su representación.