Que los humanos no somos únicos fabricando herramientas es algo que empezamos a tener claro hace unas décadas. Que otros animales, como cuervos o chimpancés, nos pueden dar una lección a la hora de encontrar soluciones ingeniosas es algo que la ciencia nos está demostrando cada día. Pero el paso que han dado Alice Auersperg y su equipo va todavía más allá: ella y sus colaboradores han demostrado que las cacatúas de las Tanimbar (Cacatua goffiniana) son capaces de fabricar una misma herramienta para obtener comida y que lo pueden hacer siguiendo distintas estrategias.
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En un trabajo publicado este martes en la revista Biology Letters, investigadores de la Universidad de Medicina Veterinaria de Viena y de la Universidad de Oxford detallan una serie de experimentos con un grupo de cuatro cacatúas en cautividad a las que pusieron ante el típico problema para obtener comida. La prueba consistía en colocar la recompensa a unos centímetros, fuera de su alcance, y proveer a las aves de cuatro diferentes materiales para construir una herramienta que les permitiera llegar a ella. Estos materiales eran una ramita de árbol pelada, una ramita con hojas, un trozo de cartón y cera de abeja apelmazada sin forma.
"Mientras que ninguna de las aves pudo hacer una herramienta de cera, descubrimos que al menos algunas de ellas podían hacer herramientas adecuadas con los tres materiales restantes", explica Auersperg. Es decir, los animales dieron forma a las herramientas con materiales que requerían diferentes técnicas para ser manipulados. Para usar las ramas peladas de conífera, por ejemplo, las cacatúas picotearon la madera e incluso la retorcieron para conseguir darle forma. Con los palitos con hojas fueron quitando los salientes hasta quedarse con la parte utilizable. Y con el cartón simplemente lo cortaron para quedarse con lo la forma necesaria que les permitiera llegar a la recompensa.
“Pueden imaginar qué objeto les permitiría resolver un problema nuevo y se ponen a construirlo”
"Para nosotros", añade Auersperg, "las herramientas de catón fueron las más interesantes, puesto que este material no estaba pre-estructurado y requería que las aves le dieran forma más activamente. Lo consiguieron haciendo una serie de pequeñas marcas en el borde del material, como una perforadora, utilizando la parte superior curvada de sus picos para quitar la parte sobrante una vez alcanzada cierta longitud". "Nuestro objetivo final es comprender cómo piensan los animales para producir el equivalente en programas informáticos capaces de hacer lo que hacen las aves", explica Alex Kacelnik, coautor del estudio. "Estudiar a especies como la cacatúa de Goffin, que no hace herramientas de manera natural, es especialmente revelador, puesto que las aves no pueden hacerlo siguiendo instrucciones preprogramadas y evolucionadas para resolver este problema específico", añade. "Su inteligencia es flexible y poderosa, pueden resolver problemas físicos y de lógica, pueden aprender observando a otros, pueden aprender de los objetos que tienen cerca mediante el juego y ahora parece que pueden imaginar qué objeto les permitiría resolver un problema nuevo y se ponen a construirlo. Estoy seguro de que seguirán sorprendiéndonos".