Indignación en las filas de la CUP. Los socios del Gobierno de la Generalitat (Junts Pel Sí) no comparten la declaración de indepedencia (DUI) en diferido realizada este martes por le jefe del Govern, Carles Puigdemont. La portavoz de la coalición anticapitalista en el Parlament, Anna Gabriel, ha admitido desde la tribuna que "esta proclamación no ha llegado como queríamos", por lo que ha criticado que tenga "efectos suspensivos", en alusión a las palabras de Puigdemont, que ha llamado a abrir un diálogo con el Estado en las "próximas semanas".
Así mismo, Gabriel ha revelado que no han conocido esta posición de Junts Pel Sí hasta "muy poco antes del Pleno", por lo que su grupo parlamentario, ha dicho, ha tenido que "improvisar" su intervención. De hecho, el Pleno estaba convocado para las seis de la tarde, pero no arrancó hasta las siete tras negociaciones de última hora entre PDCat, ERC y los cupaires.
En este sentido, la portavoz del CUP ha rechazado cualquier negociación con el Ejecutivo central. "¿Negociación y mediación con quién? ¿Con un Estado español que sigue acosándonos y usa técnicas de terror? Que nos niega derechos civiles y políticos básicos", ha apostillado.
"No podemos callarnos ante estos efectos suspensivos. Hemos llegado hasta aquí de la mano de mucha gente que ha decidido construir un país nuevo, que ha puesto su cuerpo ante prácticas fascistas y de persecución del Estado; de la mano de cargos electos que han desobedecido a la judicatura española. Ante toda esta gente que ha tomado conciencia de la vía de la desobediencia, no podemos suspender los efectos de nada", ha remarcado Gabriel.
Según la diputada la CUP, "hoy tocaba hacer eso", una "proclamación solemne de independencia", pero "quizás hemos perdido una ocasión". "El único instrumento eficaz de defensa de los derechos civiles y políticos de este país es la República catalana, el único medio posible de diálogo con el Gobierno español", ha sostenido.
Muestra del cabreo monumental de la CUP con la posición de Puigdemont ha sido ver cómo el exdiputado y miembro destacado de la coalición anticapitalista David Fernández, que seguía el pleno desde la tribuna de invitados, ha abandonado el Parlament visiblemente enfadado.