Ciudadanos sigue moviéndose con pies de plomo en Murcia. Las explicaciones dadas este lunes por el presidente regional, Pedro Antonio Sánchez, sobre el caso Auditorio no han movido un ápice al partido naranja, que continúa con la estrategia de acercarse paso a paso pero sin estridencias a la moción de censura contra el barón del PP. Sánchez defendió su inocencia primero en el Tribunal Superior de Justicia de la comunidad y luego en comparecencia ante los medios, ratificándose en unos argumentos -el caso investiga presuntos errores administrativos y no corrupción política- que no convencen a la formación de Albert Rivera. Pese a todo, Cs no apuesta abiertamente por tumbar al presidente en el Parlamento porque la operación requiere del apoyo de Podemos y esto suscita enormes recelos en un partido que se considera antagonista al de Pablo Iglesias.
"Vamos a reunirnos con el PSOE, que es la segunda fuerza en la región, para buscar posibles soluciones", insisten desde la dirección de Rivera. Las fuentes consultadas admiten que las posibles salidas son tres -dimisión de Sánchez, convocatoria de elecciones o moción de censura- y solo una de ellas puede ser impulsada desde la oposición: la moción contra el presidente. Hacia ella camina Cs, con la lentitud propia de quien necesita tiempo para vender una maniobra catártica. Se trata de aliarse con la izquierda para acabar con el Gobierno del PP en una de las regiones más 'derechistas' de España, donde los populares gobiernan desde hace 22 años y están actualmente a un solo diputado de la mayoría absoluta.
Por ello, descargan en los socialistas la responsabilidad de que triunfe la alternativa y evitarán una foto con Podemos. "Es el PSOE quien tiene que lograr los apoyos necesarios", apuntan desde Ciudadanos, rechazando de plano una mesa a tres con este partido y Podemos para articular un pacto anti-PP. El líder socialista en Murcia, Rafael González-Tovar, planteó la semana pasada una alianza "de mínimos" entre toda la oposición, exponiendo los espacios de encuentro que tienen y que ya se han reflejado en la actividad parlamentaria esta legislatura. Los de Iglesias también se han abierto a ello. La formación naranja lo rechaza: "Ni vamos a entrar en el Gobierno ni vamos a sentarnos con Podemos, buscaremos soluciones con el segundo partido más votado de Murcia".
El PSOE murciano planteó un acuerdo "de mínimos" entre toda la oposición para gobernar hasta 2019; Cs lo rechaza
La meta de cuadrar el círculo
Como ya informó Vozpópuli la semana pasada, la estrategia naranja busca cuadrar el círculo: echar al PP sin pactar con los de Iglesias. Hasta tres fuentes de la Ejecutiva han confirmado este lunes que seguirán por esa senda. Su escenario ideal es que Sánchez se retire y los populares, que ganaron ampliamente las elecciones en 2015, sigan gobernando con otro líder. Pero esto ha devenido ya en quimera. El presidente está decidido a quedarse en tanto en cuanto no llegue la "imputación formal" en forma de procesamiento, postura en la que tiene el apoyo sin ambages de Génova.
"Por desgracia, la línea la marcan los imputados", lamentan desde Ciudadanos, lo cual les deja la única alternativa de, dado por roto un acuerdo cuyo punto primero establece la obligatoriedad de apartar a presuntos implicados por corrupción, buscar una salida por la izquierda. Y enfrentarse mientras tanto al bombardeo del argumentario popular, que denuncia que Cs le hace "el juego" a PSOE y Podemos. Todo ello mientras Sánchez se reserva la carta de disolver la Asamblea regional y convocar elecciones. Y mientras puede llegar el archivo del caso Auditorio en lo que a él respecta, como cree el PP que ocurrirá en cuestión de días o pocas semanas. Ciudadanos no ha aclarado qué hará en ese caso, si renegociar con Sánchez una vez levantada la imputación o descartarle por haber incumplido el acuerdo y faltado a su palabra.
Por lo pronto, este miércoles socialistas y naranjas se reunirán por primera vez para explorar un acuerdo. En paralelo, garantizan desde Cs, "el segundo partido de Murcia tendrá que buscar más apoyos" si quiere sacar adelante la moción de censura. Como ya hiciera el año pasado a nivel nacional cuando negoció la investidura de Pedro Sánchez, Rivera busca evitar a toda costa la asociación con Iglesias. Si al final acaban participando en la misma operación, será porque los socialistas han logrado sendos pactos por separado con los partidos emergentes, formando un espacio común lo suficientemente amplio como para constituir un Gobierno alternativo al del PP. Ejecutivo que en cualquier caso no contará con miembros de Ciudadanos.