El Gobierno y el PP han recibido con irritación las palabras del presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, dando este jueves pábulo a un hipotético referéndum de autodeterminación en Cataluña, según ha podido constatar Vozpópuli en diversas fuentes. Cierto que Juncker lo hizo para resaltar que, si eso se produjera el uno de octubre, la Unión Europea respetará el resultado pero el nuevo Estado Catalán quedaría fuera de sus fronteras, pero el hecho es que sus palabras dan carta de naturaleza a un supuesto derecho de autodeterminación catalán.
"Si en Cataluña, gana el sí lo respetaríamos pero tendrían que someterse a un proceso de adhesión a la Unión Europea (...) No podría convertirse en Estado miembro al día después, debería seguir los mismos procedimientos" que "Escocia o Luxemburgo", recalcó durante un programa de TV en el que sometió a preguntas de los espectadores.
El mandatario europeo había mostrado su respaldo a la resolución del Tribunal Constitucional anulando el referéndum y llamando a respetar el Estado de Derecho en España, pero el daño a la causa del Gobierno ya estaba hecho.
Aunque su equipo en Bruselas se esforzó en apagar el incendio con el argumento de que el presidente de la Comisión solo hablaba en condicional, lo cual no significa aceptar el resultado de la consulta del 1-O, para entonces el vicepresidente de la Generalitat, Oriol Junqueras, ya había tuiteado esas palabras de Juncker y la red mediática del soberanismo se había hecho eco:
? Molt important aquestes declaracions del president de @EU_Commission @JunckerEU respectant el resultat del referèndum. https://t.co/zHfgMA1OWa
— Oriol Junqueras ?️ (@junqueras) September 14, 2017
En círculos populares se lamenta esta mala interpretación de Juncker "desde la mala fé" porque este viernes aparece una entrevista suya en La Vanguardia, donde deja claro que hay que respetar los procedimientos: "Pleno respeto a las decisiones de las Cortes y el Tribunal Constitucional" españoles, avisa.
Además de que, en días anteriores puso el acento en el hecho de que si el 1-O gana el 'sí' a la independencia, Cataluña saldrá automáticamente de la Unión Europea y tendría que pedir después su reingreso en las instituciones comunitarias.