El Gobierno tiene claro que lo que empezó como ataques aislados contra intereses turísticos en Barcelona por parte de Arran, las juventudes de las CUP, no puede extenderse al resto de España porque corre el riesgo de aparecer como un país hostil y que los visitantes extranjeros acaben eligiendo destinos similares como Italia o incluso otros más baratos, como Portugal y Grecia, reconocen a Vozpópuli fuentes del Ejecutivo.
Queda todavía mes y medio de la campaña de verano y, por tanto, mucho margen para hipotéticas, hoy por hoy, anulaciones de reservas y/o cambios de destino en busca de un lugar para el descanso menos conflictivos por parte de los veraneantes europeos.
De ahí que Mariano Rajoy rompiera el miércoles pasado sus vacaciones en Galicia con el fin de acudir al acto organizado en Chantada (Lugo) por el 40 aniversario de la cadena de hoteles Hotusa, momento que aprovechó para una primera condena; luego, ordenó la personación de la Abogacía del Estado en todas las diligencias que lleven a cabo los tribunales contra los ataques de los últimos días en Barcelona y Baleares, entre otros lugares.
El encargado de la iniciativa es el Ministro de Industria y Turismo, Álvaro Nadal, quien ayer dictó una resolución ordenando esa personación con "el firme propósito de actuar con contundencia y perseguir este tipo de actos vandálicos hasta sus últimas consecuencias", se asegura desde ese ministerio.
Nadal ya había avanzado el viernes 4 de agosto, tras los primeros ataques de Arrán, que Abogacía del Estado estaba estudiando analizar las posibilidades de actuar contra las organizaciones que están promoviendo unos actos de sabotaje que desde entonces no han hecho sino extenderse desde Cataluña y Baleares a San Sebastian, Vitoria o Peñíscola (Castellón).
El Gobierno pone el acento en que el turismo no solo representa el 11% del PIB sino que crea la mitad de nuevos empleos y los extranjeros se dejaron 37.000 millones de euros en el primer semestre de 2017
Rajoy el miércoles, y el departamento de Industria y Turismo este jueves, recordaron que ese sector es fundamental para la economía española, ya que representa más del 11% del producto interior bruto (PIB) y está en el origen de la mitad de los puestos de trabajo que se han creado.
Solo en el primer semestre de este año, el gasto de los turistas extranjeros en España superó los 37.000 millones de euros, recordó el presidente del Gobierno. "Somos el tercer país del mundo en número de turistas y lo somos porque ofrecemos cultura, bienestar, infraestructuras y seguridad. Y eso habla muy bien de España y de los españoles".
El turismo, recalcó en el acto con el que rompió sus vacaciones, "es fuente de riqueza, de empleo y de prosperidad, y atacarlo como hacen algunos es un sinsentido y un disparate" que, además, "daña la imagen de España, conduce a menos empleo y menos riqueza y no ofrece ninguna alternativa sensata". Eso solo puede quererlo, ha dicho, "gente muy radicalizada que se siente más cómoda en las malas noticias, la pobreza y el aislamiento".
Ayer, desde el Ministerio de Industria y Turismo que dirige Nadal se abundaba en esa idea: "Uno de los factores diferenciales de España es precisamente poder garantizar una alta seguridad a los visitantes" y los ataques "perturban el desarrollo pacífico y ordenado de la actividad turística, por lo que ponen en riesgo esa ventaja competitiva esencial", dice la nota en alusión al miedo a que los turistas elijan otros destinos.
Además de esta iniciativa gubernamental, el PP va a presentar en las Cortes, y en todos los parlamentos autonómicos, diputaciones, ayuntamientos y entes locales, una moción en defensar del sector turístico como fuente de riqueza.
Lo anunció ayer el vicesecretario general Javier Arenas, mostrando el apoyo de su partido "a la firmeza del Gobierno y del Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital frente a los actos vandálicos y agresiones que se han producido en las últimas semanas". "Atacar el turismo es atacar el sentido común y el empleo", concluyó.