El PSOE ha logrado que cale su mensaje de que está con el Gobierno en la defensa del Estado de Derecho y la legalidad frente al desafío independentista en Cataluña, y en Moncloa así lo reconocen. Desde que se disparó la tensión, no se ha escuchado ni una crítica ni un reproche a las medidas que se están tomando para tratar de impedir el 1-O, pero esta firmeza zozobró ayer a cuenta de la aplicación del artículo 155 de la Constitución. Del "ya lo valoraremos cuando llegue el momento", que apuntó el portavoz de la Ejecutiva, Óscar Puente, al "no lo contemplamos" que trató de transmitir después la dirección socialista al máximo nivel.
El recurso a este artículo no se antoja sencillo, ni en el PSOE ni en el Gobierno, y los socialistas llevan tiempo alejando el debate, y semanas tratando de modular sus respuestas. Intentan mantener el equilibrio entre su respaldo sin ambages a Moncloa y la defensa de una salida lo menos dramática posible. Y esto, según se acerca la fecha del 1-O, es cada vez más complicado, especialmente si se habla del 155 de la Constitución.
¿El apoyo de los socialistas al Gobierno tiene líneas rojas? Pedro Sánchez lleva semanas insistiendo en que su partido apoya totalmente a Mariano Rajoy en su respuesta a los indepedentistas y sólo reclama que sea de manera "proporcionada y eficaz".
Antes del verano, defendía que "invocar el artículo 155 sólo sirve para alimentar el independentismo", pero hace semanas que los socialistas evitan hacer esta interpretación e insisten en que no quieren hablar de hipótesis. La comunicación entre Rajoy y Sánchez es fluida, aseguran, pero desconocen si el Gobierno tiene previsto acudir a esa medida.
Al mismo tiempo, Ferraz rechaza hablar de límites y hace unos días avanzó que a partir de ahora no evaluará cada una de las decisiones que se vayan tomando. Así, cada vez que se pregunta a un dirigente socialista por una iniciativa en concreto, se insiste en que el PSOE va a apoyar al Gobierno en todas sus decisiones y no va a cuestionar ninguna decisión judicial.
Precisamente, el hecho de que el grueso de la respuesta a los independentistas esté en manos de jueces y fiscales facilita este discurso. "Respetamos y acatamos las decisiones judiciales" es la máxima preparada para estas decisiones, aunque algunas, como la suspensión de una acto a favor del 1-O en Madrid, genera dudas a algunos socialistas.
Estas discrepancias se pusieron ayer sobre la mesa en la reunión de la Comisión Permanente de la Ejecutiva Federal, en la que se plantearon algunas discrepancias con la decisión del juez de Madrid o incluso con la citación que ha hecho la Fiscalía a los 700 alcaldes que han asegurado que colaborarán con el referéndum. Pero no las verbalizarán en público, ni pretenden hacerlas circular en privado.
Sin embargo, cuando se entra en el terreno de los futuribles, la posición del PSOE, en apariencia, no está tan clara. Después de que el presidente del Gobierno avisara el pasado viernes de que los independentistas le van a obligar a llegar a donde no quiere llegar, el portavoz de la Ejecutiva dejó ayer explícitamente la puerta abierta a apoyar la aplicación del 155 y después fue matizado.
Puente: "Vamos a esperar a ver qué circunstancias se producen"
En rueda de prensa, Puente insistió en que el PSOE no tiene por qué fijar una posición cuando el propio PP no ha dicho qué va a hacer y apuntó que ambos partidos están de acuerdo en que no es "deseable" recurrir a este artículo. Pero, al mismo tiempo, apuntó que no se conocen "las circunstancias que se van a producir" en los próximos días y, por tanto, los socialistas consideran que pronunciarse "de manera categórica sería imprudente". "Vamos a esperar, a ver qué circunstancias se producen, y a la luz de esas circunstancias, tomar una decisión”, dijo, sin cerrar la puerta.
Este mensaje no dista mucho del que viene emitiendo Ferraz y sus dirigentes en las últimas semanas, en las que parece que ha rebajado su rechazo a esta medida, pero deja atrás la firmeza con la que la portavoz socialista, Margarita Robles, aseguró el pasado mes de julio que "el artículo 155 nunca sería una solución procedente". "Nunca la apoyaríamos", llegó a afirmar, el mismo día en que Pedro Sánchez se reunió en La Moncloa con Mariano Rajoy.
El mensaje de Robles nunca fue compartido en público por otros dirigentes socialistas, pero tampoco desautorizado, por lo que las palabras de Oscar Puente fueron comparadas con esas declaraciones e interpretadas por algunos medios como el levantamiento de un veto. Inmediatamente, después de la rueda de prensa, fuentes de Ferraz se apresuraron a defender que nunca había existido tal veto.
Pero, poco después, el mensaje que se trasladó a las redacciones desde la dirección socialista apuntaba en otra dirección: "No lo contemplamos", insistían, matizando las palabras de Puente. La postura de Ferraz es que no ha habido ningún cambio de posición, que rechazan ese escenario y se mantienen donde estaban.
Y donde estaban desde hace semanas es en evitar el debate. El mensaje de ayer del portavoz no dista mucho del que lanzó en junio, antes de que la cita en Moncloa y la categórica afirmación de Robles, cuando admitió que asumir las competencias de Cataluña sería una medida "cruenta", pero insistió en que el PSOE "defiende la legalidad y la Constitución" y eso incluye el artículo 155, al que esperaban no tener que recurrir.
La dirección del PSOE quiso evitar ayer una imagen proclive a la aplicación del artículo 155
Sin embargo, la dirección del PSOE quiso evitar ayer una imagen excesivamente proclive a la aplicación de ese artículo. Consideran que este debate les perjudica y así lo ven especialmente en Cataluña, donde el PSC se esfuerza en tener una posición propia entre el "choque de trenes". Los socialistas catalanes comparten el apoyo total al Gobierno para frenar un "referéndum ilegal", pero consideran que hablar ahora de esos escenarios no aporta nada, porque les identifica totalmente con el PP y su estrategia.
Y los socialistas tienen la suya. Más allá de defender la ley y el Estado de Derecho, el PSC cree que ahora hay que centrarse en tratar de quitar toda la legitimidad a ese referéndum, para que sea un fracaso, y apoyar a sus alcaldes, que se niegan a colaborar con el 1-O y están sufriendo amenazas y presiones. Lo demás, sostienen, día a día.