El PSOE ve "artificial" la polémica suscitada en las ultimas 48 horas sobre la posibilidad de que el pacto de gobierno con Podemos en Castilla-la Mancha sea extrapolable a Aragón o Extremadura, e incluso que constituya el anticipo de un futuro pacto nacional entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias.
Destacados dirigentes del partido consultados por Servimedia resaltan que tras esa polémica está "el interés de Podemos en precipitar una segunda moción de censura, a lo cual no vamos a entrar" y, por otro lado, una calculada estrategia del PP para fomentar la imagen de que ambos partidos de izquierda son la misma cosa.
Sánchez es consciente de que, aunque quisiese -no es el caso porque considera que a Iglesias le salió muy mal la primera-, la suma del PSOE (84) y los morados (71) sigue sin dar para desalojar a Mariano Rajoy de La Moncloa; y además, él correría el riesgo de quemarse políticamente antes de tiempo porque, a diferencia del líder de Podemos, no es diputado y su protagonismo como candidato sería efímero, circunscrito a los dos días del pleno y luego "nada".
"Si quisiésemos ese supuesto pacto, no habríamos hecho la prueba en Castilla-La Mancha porque es público y notorio que Emiliano García-Page no es de los barones el más ferviente seguidor de Pedro", argumenta otra de las fuentes consultadas por este periódico. De hecho, recalca esta fuente visiblemente molesta, lo primero que ha hecho el presidente manchego es señalar que su pacto no es extrapolable y que no se puede echar a Rajoy con un pacto "espúreo".
Ferraz defiende que nadie de la Ejecutiva estuviera en la toma de posesión de los dos consejeros de Podemos en Castilla-La Mancha: "¿A qué tendríamos que haber ido? ¿A solemnizar qué?"
El jueves pasado llamó mucho la atención que ningún miembro de la Ejecutiva Federal socialista se desplazó hasta Toledo para asistir a la toma de posesión de los dos consejeros de Podemos que han entrado en el gobierno de Page.
Desde Ferraz se insiste en que nadie del gobierno castellano-manchego les avisó del acto de promesa del cargo, aunque tampoco Pedro Sánchez y los suyos tenían el más mínimo interés porque, resaltan, no se trataba de la investidura sino de "un cambio de gobierno". "¿A qué tendríamos que haber ido, a solemnizar qué?", se preguntaba ayer un alto cargo socialista molesto por la polémica en la medida en que "tampoco fuimos a la toma de posesión en la reciente remodelación del Gobierno andaluz".
A este respecto, el secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, se apresuró ayer a precisar que un gobierno a nivel nacional con Podemos "no deja de ser una hipótesis de futuro", negando que el acuerdo alcanzado en Toledo sea un primer paso para plantear otra moción de censura a Rajoy.
"Son dos cosas distintas", recalcado Ábalos en una entrevista en RNE, en la que calificó de hipótesis lo dicho por el alcalde de Valladolid y portavoz del partido, Óscar Puente, sobre que "no es descartable un gobierno PSOE-Podemos en el futuro".