La reforma del sistema de financiación autonómica no termina de arrancar, pese al retraso acumulado y los compromisos incumplidos, y el PSOE y el PP se enzarzan ahora sobre dónde debe recaer el peso de la negociación. Los socialistas insisten en que el Gobierno debe buscar un acuerdo con las comunidades autónomas en el Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF) y rechazan de plano el propósito del partido de Mariano Rajoy de centrar el debate en la comisión del Congreso sobre el modelo territorial, que, además de nacer coja, por la ausencia de nacionalistas y Podemos, echa andar con bronca sobre su objeto.
En Ferraz se niegan a que esta comisión, en la que quieren hacer una revisión sobre el modelo autonómico y sentar las bases de una futura reforma constitucional, se convierta en el lugar donde se debata el sistema de financiación e insisten en que el Gobierno tiene que presentar ya una propuesta a los territorios y empezar a trabajar un acuerdo con los 'barones'.
Se revuelven así contra el mensaje lanzado por el PP, que defiende que esta comisión puede ser el foro donde hablar del sistema de financiación, aprovechando, además, que van a comparecer los presidentes autonómicos. El PSOE sostiene que ahí se puede hablar de "los principios constitucionales de la financiación autonómica", pero que el sistema se tiene que negociar con los territorios partir de una propuesta del Gobierno.
Pero en el Ministerio de Hacienda, además de asumir como "imposible" que este año se cierre un acuerdo, como se comprometió Rajoy con los presidentes autonómicos el pasado enero, avisan de que antes de ninguna propuesta encima de la mesa, lo que tiene que haber es un acuerdo político. Y miran sobre todo al PSOE: defienden que, además del pacto con los territorios, es necesario amarrar su voto en el Congreso de los Diputados.
El PSOE cree que el Gobierno busca dividirles
Y en Ferraz niegan la mayor. Insisten en que con quien tiene que hablar es con los territorios, que negocian el modelo en el marco CPFF, y atribuyen una mala intención a este pulso por pretender que sea necesario un pacto de entrada y por querer poner el foco en el partido. De esta manera, subrayan, lo que el PP pretende es que los territorios, y los socialistas, se peleen.
Todos asumen que esta negociación generará tensiones, y así lo avisó ya el pasado lunes la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, porque es un debate en el que cada comunidad defiende sus intereses, pero insisten en que las discusiones deben partir de una propuesta del Gobierno y centrarse en el CPFF. Y una vez alcanzado un acuerdo con los gobiernos regionales, los partidos serán consecuentes en el Congreso.
Sin embargo, en el PP aseguran que no se fían y recuerdan que no sería la primera vez que en la Cámara Baja se rompe un acuerdo previamente sellado con los territorios. Y no dejan de dar muestras de que quieren poner toda la presión en Pedro Sánchez: el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, vinculó ayer directamente esta negociación con la de los Presupuestos Generales del Estado para 2018.
En su comparecencia en la Comisión de Presupuestos, apuntó que, "dado el retraso" con el que se van a aprobar las cuentas del próximo año, "lo ideal" sería que incorporaran "los términos fundamentales de un nuevo modelo de financiación autonómico". "Eso nos exigiría que en estas semanas hiciéramos un trabajo en términos políticos para que, a partir de esos Presupuestos, lo que se hablen sean los parámetros nuevos de financiación de nuestras administraciones territoriales", añadió.
Y si en el PSOE se oponen a vincular el modelo de financiación autonómica con la comisión territorial, su reacción es igual de tajante respecto a la oferta de Montoro. Aunque en Ferraz conceden que las cuentas y la financiación están relacionadas, porque la suficiencia financiera que exigen para las autonomías significará mayores recursos, vía PGE, niegan que se puede vincular un acuerdo al otro.
Según explica el responsable de Economía de la Ejecutiva de Pedro Sánchez, Manu Escudero, en conversación con este periódico, el PSOE no va a supeditar el acuerdo sobre la financiación autonómica, que tiene un recorrido de años, a unos presupuestos con los que discrepan profundamente en cuanto a su orientación general y a la mayoría de sus partidas.
Aunque el Gobierno cuenta con sacar los presupuestos con los votos del PNV, una vez aprobada la ley del Cupo y pasadas las elecciones catalanas, siguen llamando al PSOE a que tenga una posición de "responsabilidad". Pero en Ferraz ven imposible un voto favorable.
Y tampoco en los territorios le trasladan un mensaje diferente, más aún ahora que Moncloa puede retomar su camino de entendimiento con los nacionalistas vascos, con la renovación de su Cupo, que tanto malestar ha generado en las filas socialistas. Los 'barones' del PSOE no han cuestionado el Concierto con Euskadi pero sí han lamentado que Ferraz no haya ejercido más presión al Gobierno para que, en paralelo, avanzara en el sistema general.
Eso sí, el malestar no ha llegado a mayores. El secretario general se ha afanado en evitarlo y si el pasado lunes exigió desde Valencia a Rajoy que haga una propuesta antes del 31 de diciembre, ayer llamó a sus 'barones' para cerrar filas en torno a una posición común.