Hay pocas posibilidades de que Pedro Sánchez ceda a las presiones de la gestora y enseñe sus cartas antes que Susana Díaz. Así lo confirman fuentes próximas al exsecretario general, convencidas de que no desvelará sus intenciones hasta que el comité federal fije la fecha de las primarias y del congreso federal.
Las fechas del próximo congreso no serán fijadas por el comité federal hasta bien entrado marzo
Es altamente probable que la gestora que preside Javier Fernández no dé este paso hasta bien entrado marzo, pues su intención es que las distintas federaciones se pronuncien antes sobre la conveniencia de llegar a una candidatura única y, por lo tanto, de trenzar un amplio acuerdo que evite agravar la herida abierta en el tormentoso comité federal de octubre.
Buena parte de los parlamentarios que apoyaron a Sánchez hasta el final no entienden por qué tiene que avanzar sus planes sin que lo haya hecho todavía su principal contrincante, Susana Díaz. “Aquí lo que hay en juego son dos modelos de partido, uno que apuesta por pactar con la derecha y asume la política seguida por el PP en Cataluña y otro que aboga por acuerdos con la izquierda y afrontar el desafío soberanista mediante un diálogo que no agrave el problema y dispare el número de independentistas”, aseguran fuentes del grupo socialista alineadas con el exsecretario general.
Para los dirigentes territoriales del partido todavía fieles a Sánchez, la posibilidad de una tercera candidatura a la secretaría general no sería sino una forma de “enterrar las primarias”, algo que temen haga al final la gestora a través de un “pucherazo” que podría encauzarse mediante la depuración del censo de militantes.
Un congreso pacífico
En todo caso, la gestora va a necesitar bastantes meses para conseguir un congreso pacífico que acabe con la interinidad abierta en el partido. Pero, sobre todo, va a tener que echar mano de grandes dosis de imaginación para evitar el choque de trenes al que puede abocar una competición en primarias entre la presidenta andaluza y Sánchez. De este bombeo de ideas ha nacido la propuesta de que el exlendakari Patxi López y Díaz formen una especie de tándem, el primero como secretario general y la segunda como futura candidata a las próximas elecciones. Díaz recela de esta apuesta porque la ve contraria a sus intereses.
El primero en disparar en esta dirección fue el expresidente de Castilla-La Mancha José María Barreda. No ha puesto nombres, pero defiende que una salida idónea para superar el bloqueo sería construir una bicefalia en la que el secretario general del PSOE fuera diferente al candidato. Algunos en el partido creen que Barreda ha hablado por boca de Patxi López para conseguir el cese de hostilidades entre quienes apuestan sin ambages porque Susana Díaz acapare todo el poder interno en la organización y quienes consideran que sería prudente ponerle contrapesos.
Tanto López como Díaz se enfrentan a la dificultad de desconocer lo que pasa por la cabeza de Pedro Sánchez. Hace mes y medio, ambos creían que estaba a punto de arrojar la toalla. Sin embargo, sus recientes apariciones en la Comunidad Valenciana y en Andalucía, ambas contraprogramadas por la gestora, le han dado alas, sobre todo cuando la presidenta andaluza ha dejado patente su debilidad teniéndose que vincular a la rehabilitación de alguien tan desprestigiado dentro y fuera del partido como José Luis Rodríguez Zapatero.
Pedro Sánchez no enseñará sus cartas antes de que lo haga Susana Díaz
“A nivel interno de la organización lo que se ha evidenciado es que hay barones que forzaron la caída de Sánchez y que ahora recelan de Susana. Es posible que ella no dé un paso adelante hasta que Sánchez no aclare sus intenciones”, afirma un diputado socialista que fue afín a este último y ahora colabora en el grupo parlamentario aceptando las órdenes que llegan de la gestora. El bucle perfecto.