Política

La arenga de Puigdemont en Harvard: compara el referéndum con la lucha por los derechos civiles

El presidente catalán asegura en la universidad norteamericana que querría que el referéndum se pactara con el Gobierno, "pero hasta ahora ha sido imposible debido a la negativa constante y absoluta".

El presidente de la Generalitat catalana, Carles Puigdemont, ha defendido en la Universidad de Harvard el referéndum de autodeterminación que quiere celebrar este año como una lucha por los derechos civiles equiparable a la de los afroamericanos en Estados Unidos entre 1954 y 1968. "Nuestra lucha es un reflejo de la lucha por los derechos civiles estadounidenses. Las instituciones estadounidenses han respetado la democracia y la voluntad de su pueblo de adaptarse a los nuevos tiempos", ha afirmado durante una conferencia titulada Cataluña, hoy y mañana.

Este ha sido el mensaje central de su exposición en el Centro de Estudios Europeos de Harvard ante 85 personas, la mayoría jóvenes estudiantes de la universidad tanto españoles como estadounidenses. Puigdemont, en inglés, argumentó que los catalanes "están pidiendo ser parte de un nuevo Estado para vivir en un país que", entre otras características, "respete la democracia escrupulosamente", "tenga libertad de expresión" o disponga de "un sistema judicial independiente".

"La democracia es un derecho fundamental que no es extendido a los ciudadanos catalanes, ni en casa ni fuera. Algunos de los ciudadanos catalanes que asisten a esta charla han experimentado probablemente esta obstrucción en persona", ha señalado. "Cada proceso electoral es un ataque a los derechos civiles de los catalanes que viven fuera. En las elecciones más recientes al parlamento catalán, un momento crucial para los intereses catalanes, solo uno de cada 13 catalanes que viven fuera pudo votar", ha agregado.

Puigdemont ha asegurado que, aunque está dispuesto a negociar un acuerdo sobre el referendo con el Gobierno de España "hasta el último día", su Govern lo celebrará "en cualquier caso". "Estamos convencidos de que el referendo es el mecanismo más claro, más fuerte y más aceptable internacionalmente para determinar la voluntad del pueblo en una decisión de esta magnitud", ha sostenido. "Creemos que la mejor manera de preguntar a la gente es en las urnas", ha añadido.

Para defender el referéndum, Puigdemont equiparó el soberanismo catalán con el Movimiento por los Derechos Civiles en Estados Unidos, la lucha entre 1954 y 1968 para poner fin a la discriminación y segregación racial de los afroamericanos. "El Gobierno español debe escuchar a su pueblo y respetar los derechos civiles", ha pedido, tras afirmar que la sentencia del Constitucional en 2010 sobre el Estatuto de Cataluña fue un "golpe abrupto" al que siguió "una regresión en derechos civiles y poder político", así como "una vuelta a tiempos pasados".

El presidente de la Generalitat ha señalado que la Constitución de Estados Unidos "pertenece al pueblo estadounidense, y no al revés" y ha destacado que "ha sido enmendada hasta 27 veces". "Gracias a eso, la esclavitud fue abolida. Gracias a eso, las mujeres y hombres pueden votar. Gracias a eso, la segregación es algo del pasado", ha indicado. "El Gobierno español debe escuchar a su pueblo y respetar sus derechos civiles", ha agregado a continuación.

La conferencia ha terminado con un coloquio en el que han participado tanto profesores de Harvard como algunos de los estudiantes. Jose María Beneyto, exdiputado del PP en el Congreso y ahora profesor visitante de Políticas en Harvard, le ha reprochado haber presentado un panorama "de blanco y negro": "aquí está la mala España y la maravillosa Cataluña", ha dicho. "Todo lo que dijo sobre España es tan negro que no puedo identificarme con ello, ni tampoco lo hará alguien que visite España", ha agregado, para lamentar que "los nacionalismos siempre pinten una visión muy antagónica de la realidad".

Gonzalo Muñoz, un estudiante español de Harvard, preguntó a Puigdemont cómo prevé proteger los derechos de "las personas con identidad dual" en una eventual Cataluña independiente, a la vista de "ataques" como el de este lunes a la sede del PPC en Barcelona. El presidente de la Generalitat le respondió que "obviamente no hay un conflicto en Cataluña", que esos incidentes "no representan a la mayoría de la gente" como tampoco lo hacen las "amenazas de muerte" que él mismo ha recibido.

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