Desde que el asturiano Javier Fernández fue aupado hace poco más de una semana a la gestora del PSOE para conducir a su partido hasta el próximo congreso, ha mantenido frecuentes conversaciones con Mariano Rajoy que no han trascendido. La discreción es una peculiaridad común a ambos y el presidente en funciones ya hizo gala de ella después del 26 de junio cuando intentó su primera investidura. Ahora, en los cuarteles generales de los dos grandes partidos se da por hecho que Fernández ha dado garantías al Rey de que hay agua en la piscina para que prospere la investidura de Rajoy y que éste también se ha comprometido con el monarca a aceptar el encargo de intentar formar Gobierno que, previsiblemente recibirá el próximo martes, 25. En conclusión: las direcciones del PP y del PSOE trabajan ya con la seguridad de que no habrá terceras elecciones y así se lo habrían transmitido a La Zarzuela.
Las direcciones del PP y del PSOE trabajan ya con la hipótesis de que prosperará la investidura de Rajoy
De no haber recibido estas garantías, probablemente el Rey no hubiera tomado la iniciativa de fijar con 12 días de antelación sus nuevas consultas. En el ambiente parlamentario se había generado una cierta incertidumbre sobre los planes de Felipe VI debido, entre otras razones, a su agenda institucional, ocupada en lo que queda de mes por la cumbre iberoamericana y los Premios Príncipe de Asturias. Tanto en el PP como en el PSOE se coincide, además, en que esta iniciativa del Rey apenas reviste riesgos para él, pues en el caso de que el conflicto interno que sufre el PSOE hiciera descarrilar la investidura, siempre habría cumplido con el mandato constitucional.
La mayoría de las federaciones que tendrán que decidir en breve la posición del PSOE en la investidura considera que la ronda de consultas anunciada por el Rey y el miedo a terceras elecciones, les quita cualquier margen de maniobra para decir ‘no’ a Mariano Rajoy. La presión sobre el sector sanchista del partido para que cambie de posición va, pues, en aumento.
Hay una resolución del comité federal del PSOE todavía vigente, fechada el 28 de diciembre, que el máximo órgano del partido entre congresos deberá cambiar en menos de dos semanas para que el Rey encargue a Rajoy formar Gobierno y el candidato del PP acepte esta tarea. Su texto literal dice así: “El PSOE votará en contra de la investidura de Rajoy y de un nuevo Gobierno del PP. Porque ese es el mandato de nuestros votantes y de la mayoría de los españoles. Votar en contra del PP y de Rajoy es votar a favor del cambio que expresaron la mayoría de españoles el pasado 20 de diciembre. Votaremos en contra porque el PSOE es la alternativa al PP. El PSOE es lo contrario del PP. El PSOE es la primera fuerza del cambio en España”.
El camino hacia la abstención
Este mandato ni siquiera fue eliminado o modificado en la tormentosa sesión celebrada por el comité federal el sábado, 1. Pedro Sánchez, antes de viajar de vacaciones a Los Ángeles tras ser desalojado de la secretaría general, tenía claro que si en aquel comité federal donde se certificó su defunción se hubiera votado la posición del PSOE en la investidura, él hubiera ganado de calle con el “no es no”. Han transcurrido desde entonces menos de dos semanas y en las filas socialistas se han dado pasos importantes: hay una gestora controlada por la federación andaluza, la más proclive a facilitar que Rajoy gobierne. La preside un asturiano muy respetado en su partido que se lleva bien con el presidente en funciones y con algunos de sus ministros. En el grupo parlamentario hay bastantes diputados que han girado hacia la abstención después de haber apoyado a Sánchez. Y, por último, hay un sentimiento ampliamente compartido de que ir a unas terceras elecciones sería tanto como arrojarse por el precipicio y regalar al PP una mayoría absoluta con el acompañamiento de Ciudadanos.
El sector del PP que ha venido apostando por otras legislativas al contemplar el sábado negro del PSOE y su derrumbe en las encuestas, está ahora claramente en minoría. “Sería una canallada que después de empujar a los socialistas a la aventura de acabar con su secretario general y dar el espectáculo conocido, ahora les dejáramos colgados de la brocha forzando unas terceras elecciones para pillarles sin candidato y prisioneros del caos”, afirman fuentes del PP, convencidas de que el anuncio por parte de la Casa Real de la nueva ronda de consultas contribuirá también a que prevalezca la cordura y se trence con el PSOE un acuerdo que le permita a Rajoy gobernar y a Javier Fernández reconstruir su partido hasta que Susana Díaz se haga con el timón en el congreso previsto para la primavera del año que viene.
En el PP se afirma que sería "una canallada" forzar elecciones pillando al PSOE sin candidato
Una señal evidente de que el PSOE trabaja ya en clave de descompresión frente al PP es la apuesta expresada ayer por Javier Fernández de no utilizar el caso Gürtel para “construir una barricada ética, moral o de los buenos” que le “impida hablar con los malos” del PP, porque esos malos, recordó, “tienen ocho millones de personas que les han votado”.