Rajoy moviliza este fin de semana a un ejército de alcaldes en defensa de la unidad de España. Decenas de ediles de toda España acuden este fin de semana a Zaragoza para tomar parte en la intermunicipal del PP. La vicepresidenta del Gobierno, cuatro ministros, la cúpula en pleno de Génova, alcaldes, concejales y presidentes de diputaciones acuden a esta cita, que pretende ser una demostración de fuerza del poderío local de los populares y sobre todo, una manifestación en defensa de la unidad de España.
El fin de semana último tocó Valencia, donde se reunieron los parlamentarios de la formación conservadora. Ahora toca Zaragoza. Las dos regiones vecinas de Cataluña, centro de todas las tormentas. Dentro de ocho días los populares aterrizarán en tierras catalanas para celebrar su Escuela de Verano. Otra masiva movilización de altos cargos, mandos intermedios, dirigentes regionales y mensajes directos en contra del desafío secesionista en marcha.
El ultimátum de Rajoy
El pulso por los alcaldes se ha convertido en protagonista en la actual fase del proceso. Puigdemont ha dado un ultimátum de 48 horas a los ediles catalanes para que desvelen sus intenciones ante el 1-O, es decir, si permitirán el uso de dependencias municipales para la votación. Rajoy ha enviado otra misiva en la que les recuerda que colaborar en la consulta es ilegal y que recibirán todo el apoyo del Estado si tienen algún tipo de dudas o si son objeto de presiones y amenazas.
Los alcaldes que se concentrarán en Zaragoza lanzarán mensajes de apoyo a los dirigentes locales del PP en Cataluña, que sufren menosprecios y hostigamiento por parte de los secesionistas, y efectuarán asimismo llamamientos en pro de la cohesión territorial y contra el golpe de Estado que impulsan las fuerzas secesionistas.
Dolores de Cospedal, Soraya Sáenz de Santamaría y Fernando Maíllo, junto a una amplia panoplia de altos responsables de la formación, pronunciarán discursos en esta dirección. Rajoy se encargará de cerrar el cónclave al mediodía del sábado, 48 horas antes de que se celebre la Diada y cuando ya se han aprobado las dos leyes más importantes de la 'desconexión'.