Mariano Rajoy siempre pensó que el verdadero ‘tapón’ para armar un acuerdo de gobierno o de investidura con el PSOE era la obsesión de Pedro Sánchez por alcanzar la Moncloa. La reacción del líder socialista tras las elecciones del 26-J, empeñado en formar una coalición imposible y arrojar al PP de la Moncloa, le ratificaron en su postura. Con la caída del hasta ahora secretario general, todo parece más sencillo, a la espera de palpar por dónde respira el nuevo PSOE. La designación de Javier Fernández al frente de la gestora evidencia que Susana Díaz controla todas las riendas del aparato. No es mala señal. El 31 de octubre culmina el plazo para evitar volver a las urnas. El PP se pondrá mañana mismo a sondear a los nuevos equipos socialistas.
Destacados dirigentes de Génova confesaban, en conversaciones privadas, que si Sánchez saltaba, el panorama se tornaría mucho más accesible. Le llamaban ‘el tapón’ de la investidura, convencidos de que pretendía unas terceras elecciones con su eslogan de “no, no y no” a Rajoy. Algunos barones socialistas, como Fernández Vara en público y otros en la intimidad, confesaban que había que dejar gobernar al PP y abordar la gran tarea de reformar el partido en profundidad para hacer frente a los riesgos que entraña Podemos.
Aprovechar la catástrofe del PSOE
“Ahora hay un radical cambio de escenario, con dos alternativas”, confesaba un dirigente del PP en la noche del sábado, una vez conocida la ejecución política de Sánchez. De un lado, intentar una investidura, tras negociar con la gestora y hablar con la gente que controla las riendas del PSOE. De otra, las terceras elecciones, aprovechando la desastrosa situación en que ha quedado el PSOE tras su guerra fratricida de estos últimos días. Rajoy huye de una nueva convocatoria electoral. “Sería un disparate”, ha declarado con insistencia. Algunos de sus colaboradores, sin embargo, piensan que sería ésta una oportunidad perfecta para borrar al socialismo del mapa, dado su calamitoso estado actual, y quedarse con Podemos en la izquierda, con quien no se disputan segmento electoral alguno.
No cabe pensar que una gestora vaya a entrar en negociaciones de hondo calado político
“Hay que despejar cuanto antes el camino a la formación de Gobierno, y ahora se puede intentar”, señalan estas fuentes. Felipe González, que algo ha tenido que ver en la defenestración de Sánchez, como en su día en la de Borrell, declaraba este agosto que “el PSOE debe dejar que se forme un Gobierno, incluso si Rajoy no se lo merece”. Es opinión compartida por buena parte de la vieja guardia socialista.
La fórmula sería sencilla. Una abstención ‘in extremis’ por parte de algunos dirigentes socialistas a la hora de la investidura de Rajoy, como sugirió el propio Fernández Vara. No cabe pensar que una gestora, como la que va a dirigir los destinos del PSOE las próximas semanas, vaya a entrar en negociaciones de hondo calado político. Si lo hiciera, el PP tiene preparados documentos e iniciativas para abordar todo tipo de cuestiones. Incluidas cesiones y concesiones.
El PP, que ha guardado un silencio sepulcral sobre la crisis del PSOE, respiraba este sábado con enorme alivio. “Pase lo que pase, ocurra lo ocurra, va a ser para bien. Sánchez ha sido un lastre para este país, como lo ha sido para el PSOE”, resumía esta fuente.
