La propuesta del líder de Podemos, Pablo Iglesias, sobre las reglas de juego de Vistalegre II se impuso a la del secretario Político, Íñigo Errejón, por apenas 2.411 votos en la consulta a las bases. Una victoria ajustada que incluso podría haberse tornado en derrota, de no ser, según fuentes del sector errejonista consultadas por Vozpópuli, por un aluvión de afiliaciones de simpatizantes de Izquierda Unida (IU) en las semanas previas. Estas inscripciones de última hora jugaron un papel "clave", señalan las mismas fuentes, en tanto hicieron decantar la balanza hacia el lado de los pablistas, sostienen.
Tales fuentes indican que el censo de "militantes activos" en el mes de abril se situaba en los 169.851 afiliados, de un total de 397.840 personas inscritas. Este recuento se hizo en para consultar a la militancia en el mes de abril su postura sobre el pacto de investidura y legislatura que PSOE y Ciudadanos habían alcanzado en febrero. Sin embargo, ahora, de cara al referéndum sobre el sistema de votación de Vistalegre II han participado 254.533 "militantes activos", esto es, 84.682 más que en el mes de abril.
Este aumento, del 33,2%, explica que el secretario de Organización, Pablo Echenique, afín a la propuesta de Iglesias, destacara en la rueda de prensa del jueves que la participación había sido "alta", ya que, según esgrimió, esta vez el número de votos emitidos había quedado a sólo 40.000 del récord de participación de la formación morada. Echenique se refería así a la consulta sobre el pacto entre Pedro Sánchez y Albert Rivera que alcanzó los 147.511 sufragios, un 37,9% del total de inscritos (393.538). Sin embargo, se da la circunstancia de que cuando se celebró aquel referéndum, a diferencia de este último del 18 al 20 de diciembre, todavía no se había fraguado la alianza (la sellaron el 10 de mayo) entre Podemos e IU, un entendimiento que irá más allá de la marca electoral Unidos Podemos con que ambas formaciones concurrieron al 26-J.
Errejón marcó distancia hace un mes con la declaración de intenciones que hicieron Iglesias y Garzón, proclives a fortalecer los vínculos entre Podemos e IU
Precisamente, este hecho, seguir caminando de la mano de la organización de Alberto Garzón es uno de los puntos estratégicos del proyecto de Pablo Iglesias que genera más recelo entre los errejonistas. De este modo, el sector moderado sostiene que han sido esos nuevos inscritos procedentes de IU y sus referentes territoriales (ICV-EUiA, EU y Ezker Batua, fundamentalmente) los que han dado la victoria a Iglesias, por la mínima, para que mantenga esa hoja de ruta de estrechar lazos en el seno de Unidos Podemos.
Justo al día siguiente de las elecciones generales del 26-J, en las que la coalición se dejó más de medio millón con respecto a los comicios de diciembre, los errejonistas ya expresaron su posición: "La confluencia es el camino, o no. Anoche, tras un resultado desolador y comprobar que 5+1, no eran 6 sino que era 5 e incluso menos, Pablo Iglesias, de manera precipitada, nos dijo que el camino, ese camino que no ha permitido desbancar al Partido Popular, ni al PSOE, es el correcto. ¿Por qué? ¿Hemos perdido la cintura, la flexibilidad? En democracia si algo no funciona hay que probar otra cosa, y nuestra organización debe ser democrática".
Así mismo, los afines a Errejón difundieron entre las bases el mensaje de que "partiendo de la realidad" de que el resultado del 26-J no se podía "valorar por un único elemento sino por muchos en su conjunto", lo cierto, recalcaron, es que "la llamada confluencia con Izquierda Unida, que ya en su momento Sergio Pascual dijo que debía ser un matrimonio de conveniencia, resultó ser un lastre para nuestro partido".
Un Podemos "autónomo"
Más recientemente, hace un mes, fue el propio Errejón quien marcó distancia con la declaración de intenciones que hicieron Iglesias y Garzón, proclives a fortalecer los vínculos entre Podemos e IU. El número dos de Podemos apostó, en cambio, por un Podemos "autónomo e independiente" con un "objetivo más ambicioso: la construcción de una mayoría popular nueva". Tras salir reforzado de la consulta a la bases celebrada esta semana, Errejón podrá ahora defender esta posición con mayor legitimidad en el tiempo que resta hasta la Asamblea estatal de febrero.
