Fuentes del PSOE y del PSC atribuyen a Alfredo Pérez Rubalcaba un papel principal en la relajación de las tensiones que enfrentan a ambos partidos desde la polémica votación de investidura que volvió a dar el Gobierno a Mariano Rajoy el pasado octubre. Rubalcaba tiene una relación afable tanto con el presidente de la gestora socialista, Javier Fernández, como con el primer secretario del PSC, Miquel Iceta, circunstancia que está influyendo de forma decisiva en que el diálogo entre ambas organizaciones esté resultando fructífero y pueda servir, finalmente, para evitar una ruptura traumática que hace tan solo tres meses se daba como segura.
La buena relación de Rubalcaba con Miquel Iceta y Javier Fernández está facilitando la relajación de las tensiones
Rubalcaba carece de una conexión tan fluida con la presidenta andaluza, Susana Díaz, convencida de que se está moviendo en la sombra para promover a Patxi López como candidato a las primarias previstas para la primavera. Esta es una de las razones por las que Iceta agarró el toro por los cuernos en noviembre y acudió personalmente a Sevilla para entrevistarse con Díaz y trasladarla que la organización socialista en Cataluña y él mismo mantendrán la neutralidad en el 39º Congreso, sin apostar claramente por ninguno de los bandos en liza. Apoyo fiel de Pedro Sánchez hasta su caída como secretario general en octubre, Iceta menospreció en este encuentro con la lideresa andaluza a Javier Fernández o al menos así lo interpretaron las federaciones que acusan a la gestora de estar siendo parcial en los preparativos del próximo congreso.
En contra del criterio de Susana Díaz, partidaria de responder con un castigo ejemplar a la ruptura de la disciplina de voto de los socialistas catalanes en la investidura de Rajoy, Rubalcaba comparte con Iceta la convicción de que un divorcio entre el PSOE y el PSC supondría un gran triunfo para el independentismo y solo traería inconvenientes para dos organizaciones políticas que llevan hermanadas desde hace 38 años. Hace tres, ambos partidos crearon otro grupo de trabajo similar al que funciona ahora para reconsiderar el protocolo que regula su relación y llegó a la misma conclusión: antes que el divorcio, mejor convivir en la discordia. En la comisión bilateral formada hace dos meses, Rubalcaba tiene como antena principal a la eurodiputada Elena Valenciano, cabeza de cartel en las elecciones europeas que le obligaron a dimitir como secretario general en mayo de 2014, Susana Díaz a Mario Jiménez, portavoz de la gestora, y Miquel Iceta a la diputada Meritxell Batet.
Cómo condicionar las primarias
Desde el PSC se considera, además, que una gestora provisional como la que ahora pilota el PSOE carece de la autoridad y el predicamento suficientes para promover una ruptura de este calado, sobre todo si la operación que se esconde detrás tiene como objetivo impedir que los 18.000 militantes catalanes, mayoritariamente alineados con Pedro Sánchez al menos hasta hace unos meses, participen en las primarias donde se decidirá en primavera la elección del nuevo secretario general.
Susana Díaz recela de Rubalcaba porque le ve detrás de la operación que intenta empujar a Patxi López a concurrir a las primarias
Fuentes del PSC aclaran que en estos momentos se desconoce realmente como se comportaría la militancia socialista en Cataluña en unas primarias donde Susana Díaz y Pedro Sánchez compitieran a cara de perro, aunque la lógica apunta a que el segundo contaría con mayores apoyos siempre que no se introdujera por medio la llamada ‘tercera vía’, un fantasma todavía sin cabeza que recorre las federaciones con la mirada puesta en Patxi López y también, de nuevo, en las intrigas de Alfredo Pérez Rubalcaba.