El Congreso ha iniciado este martes el trámite para enterrar la Ley de Seguridad Ciudadana del PP, pero, al mismo tiempo, ha mostrado lo difícil que será concluir con éxito ese proceso. La concordancia se agota en el propósito de cambiar la norma del Gobierno Rajoy, bautizada por sus detractores como ‘ley mordaza’. A partir de ahí, cada grupo de la oposición tiene su propio plan y no será fácil hacerlos converger en torno al mismo texto. De hecho, se ha aprobado la toma en consideración de dos proposiciones distintas -“antagónicas”, en opinión del PP-, una del PSOE y otra del PNV, a partir de las cuales se negociará un pacto en los próximos meses. Para su validación, se requiere el apoyo de la mayoría absoluta del Congreso porque se trata de modificar una ley orgánica.
La ‘ley mordaza’ es “pura paranoia autoritaria”, ha clamado el portavoz de Interior del Grupo Socialista, Antonio Trevín, encargado de defender la iniciativa de los suyos. Trevín ha pedido la derogación de la ley del PP para volver a la de 1992 que alumbró el Gobierno de Felipe González, con José Luis Corcuera al frente del Ministerio del Interior. Corcuera dio nombre a aquella polémica norma -también llamada ‘de la patada en la puerta’-, que anuló en parte el Tribunal Constitucional y acarreó su dimisión inmediata.
Los socialistas creen que la legislación actual es “nefasta” y “cercena” derechos fundamentales como los de reunión, manifestación, huelga e información al establecer el principio de “mano dura” contra “el discrepante”. El PP, ha dicho Trevín, quiso “resucitar” el lema de que “la calle era suya y solo suya”, ahormando una “sociedad silenciosa” con esta reforma que aprobó en solitario en 2015. La “barra libre de palo y tentetieso” ha sido aprovechada por los gobernantes populares, ha añadido, convirtiendo “la libertad de expresión en un bien de lujo” por las “multas desorbitadas” que ahora conlleva su ejercicio.
Los socialistas quieren regresar a la ley de seguridad de 1992, que el TC anuló en parte y le costó la dimisión al entonces ministro del Interior, José Luis Corcuera
Trevín ha pedido a los de Rajoy que se sumen a la iniciativa y participen de las conversaciones para forjar otra ley y no quedarse al margen: “Cuanto antes acepten, señores del PP, que están obligados a un diálogo continuo, mejor para todos”. Si optan por excluirse, ha argumentado, “solo conseguirán hacer más evidente su minoría y su escasa capacidad para el diálogo”. “Olviden la ‘ley mordaza’, es pasado”, ha implorado, “súmense a los esfuerzos en búsqueda del consenso”. La propuesta del PSOE, ha concluido, “no tiene vocación de texto final, sino de punto de partida”, y tratarán de hacerla valer con o sin el apoyo del grupo mayoritario.
El PNV: 44 cambios
La misma pretensión tiene el PNV, que ha sacado adelante su propia proposición de ley para revertir esta norma. En su caso, plantean 44 modificaciones al articulado, no derogar la Ley de Seguridad Ciudadana ni volver a la de 1992. Se trata de “un ejercicio de confianza hacia el futuro”, ha explicado el diputado Mikel Legarda, la “ocasión de reformular un nuevo texto con más apoyo que el que tuvo en su día la actual ley vigente”.
Los nacionalistas vascos, al igual que los socialistas, critican que se deje a criterio de los agentes la imposición de determinadas multas, que se penalicen las concentraciones ante el Parlamento aunque sea en días en que las Cámaras no están reunidas o que se persiga la difusión de imágenes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. “Libertad y seguridad constituyen un binomio necesario para el buen funcionamiento” de la democracia, ha zanjado Legarda, y de garantizar la segunda si coartar en exceso la primera trata este desafío.
Unidos Podemos, Ciudadanos, ERC, PDeCAT, Compromís, EH Bildu y Foro Asturias tienen también una visión crítica de la iniciativa que sacó adelante el PP en la época de la mayoría absoluta, pero exponen pareceres bien distintos sobre el modo en que ha de revertirse. Todos ellos han facilitado, con el apoyo explícito o la abstención, la toma en consideración de las proporciones de PSOE y PNV, pero también han mostrado propósitos divergentes para el tramite en enmiendas parciales en comisión que ahora se inicia.
Podemos se mofa de la actitud de los socialistas: “Mirar al pasado es un ejercicio de pura melancolía”
Eduardo Santos, de Podemos, ha cargado contra la ‘ley Corcuera’ que planean recuperar los socialistas. Una medida, ha dicho, que se aprobó cuando González advirtió que “la calle ya nos sobra” y que le costó el puesto a su impulsor. Aquella ley fue tan regresiva, en opinión de Santos, que Aznar “no necesitó” cambiarla al llegar al poder. Rajoy le dio una vuelta de tuerca con “un entramado jurídico” -una “respuesta autoritaria a la insurgencia social”- que supera la Ley de Seguridad Ciudadana, pero Podemos quiere laminar ambas normas, la socialista y la popular, para alumbrar una completamente nueva.
“Mirar al pasado es un ejercicio de pura melancolía”, ha espetado Santos a la bancada socialista, a la que también ha afeado haberse abstenido ante la investidura de Rajoy y utilizar una retórica -“tranquilidad ciudadana”, “paz pública”- que legitima los objetivos del PP. El parlamentario morado también ha citado un puñado de discrepancias sobre el detalle de la propuesta socialista, que ha calificado de “mero parche”. El voto a favor de los de Iglesias va acompañado de la intención de enmendar de arriba a abajo ese texto: “Hablaremos, pero no vamos a dar un cheque en blanco”.
Ciudadanos y el Grupo Mixto
Miguel Gutiérrez, de Ciudadanos, tiene una discrepancia de principio con PNV y PSOE. Para el partido naranja, el debate no va de primar libertad o seguridad, sino “solo de libertades”, porque “la libertad es seguridad”. Gutiérrez ha criticado que el PP pretenda poner a “la Administración del Estado” en el lugar de los “jueces” al facultar a Policía y Guardia Civil a “interpretar la ley” para poder aplicar sanciones que, en opinión de Cs, deben ser competencia exclusiva del poder judicial.
Pero Gutiérrez también ha cargado contra el PSOE por reclamar la derogación de la ‘ley mordaza’ para buscar “titulares periodísticos”. Su posición, ha añadido, es contradictoria con la que se incluyó en el pacto Sánchez-Rivera el año pasado y provocaría un “enorme vacío legal” de salir adelante en un tema “tan importante como la seguridad”. Al igual que Podemos, Ciudadanos afea a los socialistas que traten de resucitar “fantasmas del pasado como la ‘ley Corcuera’”: “derogar una cosa para volver a una peor no tiene ningún sentido”.
Los de Rivera se han abstenido ante la iniciativa socialista y han apoyado la del PNV, aunque advirtiendo que “nos gustaría enmendar muchas cosas”. También ha cargado contra ERC, otro grupo a favor de la reversión de la ‘ley mordaza’, por la “demagogia” con que afronta el proceso.
Y es que Gabriel Rufián ha aprovechado su intervención para enumerar una colección de casos de presuntos abusos del Estado que ha contrapuesto con otros de teórica vulneración de derechos individuales. “Hoy es uno de esos días para ser lo más claros y directos posible”, se ha defendido, porque se debate sobre “una de las mayores canalladas que ha perpetrado esa maquinaria que gana elecciones”, el Partido Popular. Como el representante de Podemos, Rufián también se ha dirigido a la bancada socialista al aludir a su “ramalazo de dignidad”, que “ya podía haber tenido hace 25 años” y no aprobar la ley Corcuera que ahora quiere recuperar.
Rufián tilda de "canallada" la 'ley mordaza' e ironiza con el "ramalazo de dignidad del PSOE", que "ya podía haber tenido hace 25 años"
Desde el Grupo Mixto, Foro Asturias, Compromís, EH Bildu y el PDeCAT han expresado su apoyo a la reforma, aportando también sus correspondientes matices. Todo ello lo debatirán ahora en el trámite parlamentario que debe acabar con al menos 176 diputados apoyando un nuevo texto que supere la Ley de Seguridad Ciudadana de 2015. El PP participará del mismo, pero niega que haya legislado contra la libertad individual y ve “un auténtico disparate” el camino elegido por la oposición, poniendo en marcha iniciativas “contrapuestas y antagónicas” adornadas de “falsas premisas”.
Alberto Martín-Toledano, diputado que ha representado a los populares en el debate, ha criticado al PSOE por plantear una “mala parodia de Regreso al futuro”. “Retroceder a 1992… no sé si eso es progresismo”, ha ironizado, “solo busca un titular”. A su juicio, la PL socialista es “pésima” y denota “falta de interés” en el tema, que abordan solo con intención partidista. Más aprovechable ven el texto del PNV, que puede ser “objeto de negociación” hacia una “ley equilibrada”.
“Pongámonos a trabajar”, ha pedido a la Cámara minutos antes de votar en contra de ambas medidas. Han salido adelante igualmente, pero los grupos tienen por delante una ardua labor para poder proclamar que se ha acabado con la ‘ley mordaza’. El propio Martín-Toledano se lo ha recordado: “Hoy no se deroga, no van a obtener un titular”.