Las fuerzas independentistas preparan intensas movilizaciones para apoyar la celebración del referéndum que subirán de tono tras la Diada, según fuentes políticas catalanas. En los sectores más radicales del secesionismo, entre los que se sitúa a la CUP o la ANC, se estudia incluso la posibilidad de ocupar centros neurálgicos o simbólicos de las principales ciudades de Cataluña, en especial de Barcelona. Una especie de acampadas al estilo del 15-M que se reproducirían por diversos puntos cívicos hasta el 1-0, según se va conociendo estos días. El referéndum se calienta en la calle, se señala en estos medios.
Desde Junts pel Sí se anima a mostrar en la calle el respaldo a la celebración del plebicisto. Marta Rovira, secretaria general de ERC, ya ha advertido de que si se impide la votación alentarán todo tipo de movilizaciones en la calle. El propio presidente de la Generalitat declaraba este fin de semana a 'La Vanguardia' que "el proceso nace en la calle y a nadie le ha de sorprender que pueda seguir teniendo expresiones en la calle". Lo malo de la calle es que en cualquier momento puede escaparse al control, comentan en fuentes del Gobierno.
A la espera de los próximos pasos que den las fuerzas impulsoras de la consulta, centrados por ahora fundamentalmente en el Parlament, los grupos secesionistas que apoyan a Puigdemont se preparan para dar una 'batalla en la calle', con manifestaciones continuas en toda Cataluña e incluso la ocupación de espacios cívicos. "Están buscando el choque físico, la actuación de la policía, sólo juegan a la provocación", señalan en el PP catalán, muy preocupado con la deriva de los acontecimientos.
Tras conocerse la citación del Tribunal de Cuentas a otros once exdirigentes de la Generalitat por su participación en el 9-N, Puigdemont y Oriol Junqueras se reunieron con los dirigentes de la ANC, Òmnium y la Asociación de Municipios para animar las movilizaciones en la calle. Las multas del Tribunal pueden ascender a cinco millones de euros. Artur Mas va en cabeza. Puigdemont es consciente de que necesita agitar la calle en su enfrentamiento con Rajoy. Va perdiendo la batalla jurídica y tiene complicado sacar adelante sus leyes de ruptura ante la firmeza que anuncian los tribunales.
Puigdemont es consciente de que necesita agitar la calle en su enfrentamiento con Rajoy. Va perdiendo la batalla jurídica
Las asociaciones civiles han abierto una 'caja de solidaridad' para recoger fondos y pagar las multas. Y también han asumido la sugerencia del president en la línea de trasladar a la calle la inquietud de los secesionistas. De aqui al 1-O se abre otra fase en el proceso. Más directa, menos técnica.
"Preludio de la libertad"
"Cualquier cosa menos recurrir a la violencia y los enfrentamientos, que es lo que busca esta gente", añaden, "aunque es muy posible que en algún momento se incurra en algún tipo de episodio fuera de control. Hay que evitarlo a toda costa", añaden.
Los secesionistas confían en una respuesta masiva a la Diada, que actúe como plataforma de lanzamiento de la celebración del plebiscito. Artur Mas, últimamente algo desaparecido, ha frecuentado estos días los medios de comunicación para animar y jalear la participación en las calles. "La Diada será el preludio definitivo de la libertad", señalaba este mismo martes.
En Moncloa se han impartido instrucciones muy claras de no entrar a las provocaciones, de mantener la sangre fría, de no dar un paso en falso y no favorecer que los secesionistas consigan las fotografías que están buscando, esto es, la de represión en las calles con actuaciones desmedidas de las fuerzas del orden. "Si se sientan en la plaza de Cataluña, que se sienten, ya se levantarán", comentan. Otra cosa es que pretendan convertirse en muros de protección ante los colegios donde supuestamente intenten colocarse unas urnas el 1-O. "Entonces se actuará conforme a lo que dispongan los jueces y los fiscales", puntualizan en estos medios.