Casi dos años después de lo previsto en principio, el Canal de Panamá ampliado abrirá sus nuevas esclusas. Será el próximo 26 de junio cuando la infraestructura entre en servicio. Por medio, nueve años de trabajo, siete de los cuales se han correspondido con el contrato principal, adjudicado al consorcio liderado por Sacyr, que tendrá que esperar aún algunos años para conocer el resultado económico de uno de los proyectos más emblemáticos de los últimos tiempos.

La Administración del Canal de Panamá estima que ha dejado de ingresar unos 450 millones como consecuencia de los retrasos en la ampliación de la infraestructura, cuya inauguración estaba prevista en principio para octubre de 2014. El administrador de la vía interoceánica, Jorge Quijano, aseguró que reclamará al consorcio encargado de la ampliación, que lidera Sacyr, esta cantidad en concepto de lucro cesante, aunque admite que tal posibilidad no está contemplada en el contrato. El nuevo Canal de Panamá se inaugurará a finales del próximo mes de junio.

La Autoridad del Canal de Panamá (ACP) y el consorcio Grupo Unidos por el Canal (GUPC) han encontrado en Zurich, aseguradora de la ampliación de la vía interoceánica, una dura resistencia para cerrar un acuerdo que asegure la finalización de las obras. La entidad financiera no está dispuesta a que el esquema financiero que proponen las partes incremente su riesgo en torno al proyecto por lo que está exigiendo mayores garantías, hasta el punto de que empieza a considerar insuficiente la nueva contragarantía ofrecida por el Gobierno español.

La Autoridad del Canal de Panamá (ACP) tiene tomada la decisión de rescindir al contrato de ampliación de la vía interoceánica con el consorcio Grupo Unidos por el Canal (GUPC), que lidera Sacyr. Sin embargo, no será tan fácil ejecutar los deseos de los dirigentes canaleros. La ACP aún no tiene analizadas las consecuencias de la decisión y, además, Zurich, aseguradora del proyecto, le ha forzado a intentar de nuevo negociar con el contratista.

El Gobierno de EEUU sigue muy pendiente del escenario de negociaciones en torno a la crisis de la ampliación del Canal de Panamá. El pasado viernes, el administrador principal de la vía interoceánica, Jorge Quijano, mantuvo un encuentro con el embajador norteamericano en Panamá mientras se desarrollaba una nueva jornada de reuniones entre la Autoridad el Canal y el consorcio encargado de las obras, liderado por Sacyr. 

El futuro de la ampliación del Canal de Panamá debería desvelarse la semana que comienza mañana. Precisamente este lunes o bien el martes volverán a reunirse el consorcio adjudicatario de la obra, que lidera Sacyr, la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) y la aseguradora Zurich para comprobar los avances en las negociaciones que se han mantenido desde su anterior encuentro y cuyo principal escollo es el aspecto económico. De ahí que, en paralelo, Panamá está muy pendiente de la Comisión Europea, que también albergará un encuentro con un elemento que se antoja clave: el Banco Europeo de Inversiones (BEI).

La Autoridad del Canal de Panamá (ACP) se mostró más receptiva a la propuesta sugerida por Zurich, aseguradora del proyecto de ampliación de la vía interoceánica, para desatascar el conflicto a cuenta de los sobrecostes de la obra. La situación para la autoridad canalera se ha complicado desde que la Junta de Resolución de Conflictos que examina las reclamaciones del consorcio que lidera Sacyr le hizo ver que rescindir el contrato era la peor opción.

El presidente de Sacyr, Manuel Manrique, aprovechó su breve estancia en Madrid para comparecer ante los medios y hablar sobre el conflicto de los sobrecostes del Canal de Panamá que afecta al consorcio Grupo Unidos por el Canal (GUPC), liderado por el grupo español. Su mensaje no fue muy distinto del que proclamó hace unos días en el país centroamericano: GUPC acabará las obras y no hay otro escenario que no sea el acuerdo con la Autoridad del Canal de Panamá (ACP).

El Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero presionó políticamente durante más de dos años para que la ampliación del Canal de Panamá fuera adjudicada a empresas españolas. Es lo que reconocen miembros del anterior Ejecutivo, que aseguran que el Secretario de Estado de Presidencia, Bernardino León, y el entonces presidente de Seopan, David Taguas, fueron claves en esa presión política.

El consorcio Grupo Unidos por el Canal, liderado por Sacyr y encargado del principal contrato en la ampliación del Canal de Panamá, aún podría aspirar a entregar la obra a tiempo e incluso percibir la recompensa de hasta 50 millones de dólares por hacerlo antes de la fecha límite. Pese al retraso cercano a los seis meses que acumulan las obras, el desenlace de las reclamaciones realizadas por el consorcio a la Autoridad del Canal de Panamá podría provocar una modificación del cronograma, que haría que este retraso se diluyera.

Sacyr está obligada a pisar el acelerador con fuerza si quiere terminar a tiempo las obras de ampliación del Canal de Panamá debido al retraso de seis meses que acumula y en los últimos dos meses ha conseguido unas cifras de producción récord, que deberá mantener para evitar sanciones. Por el momento, el consorcio constructor ha tenido que reforzar su equipo aunque la compañía apunta a una mejora de productividad como factor clave.

Además, el proyecto ha despertado el interés de grupos españoles de infraestructuras, ya que contará con autopistas de cuatro carriles y también vías férreas, además de oleoductos, que recorrerá el país de lado a lado y constituirán un canal seco a través del que se puedan pasar todo tipo de mercancías desde el Océano Atlántico al Pacífico y viceversa.