El consumo de chuches y snacks es una parte integral de la infancia para muchos niños en todo el mundo. Desde los caramelos hasta las gominolas, estos dulces coloridos y tentadores han sido parte de las meriendas, fiestas y momentos especiales de los más pequeños. Sin embargo, una tendencia preocupante ha surgido en los últimos años: la creciente popularidad de las chuches picantes. Estos productos, que incluyen gominolas con aspecto de chile y snacks de maíz intensamente sazonados, están ganando fama entre los niños, gracias en parte a las estrategias de marketing que los presentan como desafíos emocionantes y valientes. Pero, ¿qué tan seguro es permitir que los niños consuman estas chuches picantes?
Las chuches picantes pueden parecer una opción divertida e inofensiva, pero los expertos en salud y nutrición están comenzando a sonar las alarmas sobre sus posibles riesgos. A medida que más niños buscan estos productos, atraídos por sus sabores intensos y la novedad del picante, es crucial que los padres comprendan los peligros potenciales asociados con su consumo.
El atractivo de las chuches picantes
La industria de los dulces ha evolucionado significativamente, siempre buscando nuevas formas de atraer a su joven audiencia. La introducción de sabores picantes en las chuches es una tendencia relativamente reciente, que juega con la curiosidad natural de los niños y su deseo de experimentar sensaciones nuevas y emocionantes. Estas golosinas a menudo vienen en formas y colores llamativos, y su presentación como pequeños retos o desafíos de valentía ha capturado la imaginación de muchos.
Qué es el picante y cuáles son las chuches picantes de moda
El picante no es un sabor, sino una sensación. Los sabores fundamentales (dulce, salado, ácido y amargo) son detectados por las papilas gustativas situadas principalmente en nuestra lengua.
No obstante, la percepción del picante involucra al nervio trigémino, que es el encargado de transmitir esta sensación al cerebro. Este nervio también es responsable de transmitir otras sensaciones, como el frescor que sentimos al consumir un caramelo de menta o la aspereza que notamos al beber té. Por esta razón, todas estas se conocen como sensaciones trigeminales.
En las chucherías picantes se emplean extractos y aromas derivados de chiles y pimientos picantes, los cuales contienen capsaicinoides de manera natural, destacando entre ellos la capsaicina. Los picantes más famosos en snacks se pueden encontrar ahora mismo en forma de:
- Gominolas con aspecto de chile. Estas gominolas tienen la forma y, a menudo, el color de los chiles, combinando un sabor dulce con un picante intenso que sorprende a quien las consume.
- Snacks de maíz picantes. Productos como los Cheetos Flamin' Hot y Takis han ganado una gran popularidad. Estos snacks de maíz están sazonados con una mezcla de especias que proporcionan un golpe de picante que puede ser bastante fuerte.
- Caramelos de chile. Algunos caramelos duros y blandos están ahora disponibles en sabores que combinan lo dulce con lo picante del chile, creando una experiencia de sabor única.
Se recomienda un consumo moderado en niños
El consumo de chuches picantes puede tener varios efectos adversos en la salud de los niños, y es importante que los padres y cuidadores estén al tanto de estos riesgos. En un artículo publicado por el divulgador científico en materia de alimentos, Miguel Ángel Lurueña, el experto incide en la necesidad de ir a alguno de los números estudios que se han publicado recientemente para ver sus efectos reales.
En un estudio, mencionado por el divulgador científico, habla de unos ensayos donde se analizaron los efectos del consumo de picante. "El consumo de alimentos picantes podría mejorar la salud cardiovascular y reducir la mortalidad, pero, por otro lado, podría aumentar la incidencia de diferentes tipos de cáncer, como el de esófago o el de estómago", comenta el experto en su artículo. Además, añade que estos estudios se han realizado sobre población adulta, en otros países con diferentes dietas, hábitos y estilos de vida, por lo que no existe una conclusión clara sobre los efectos inmediatos sobre los más pequeños. "La principal conclusión es que no hay conclusión", sentencia Lurueña. Por tanto, los expertos recomiendan un consumo moderado de picantes en los niños, ya que un abuso podría conllevar los siguientes problemas de salud. "Una de las conclusiones a las que llega la publicación comentada destaca que es fundamental considerar el contexto de consumo, es decir, conviene considerar aspectos como la intensidad de picante que tiene la comida, la frecuencia de consumo, el alimento del que hablamos (si es saludable o no), así como las características de la persona que lo consume: estado de salud, tolerancia al picante, edad, etc."
Y es la edad en la que se comience a consumir el picante una de las principales cuestiones clave. Para lo que es recomendable tener algunas consideraciones como el tipo de alimento (no es lo mismo el picante en un alimento saludable que en un snack"; la influencia del picante sobre las elecciones alimentarias, es decir, el picante acostumbra a los niños a sensaciones intensas y eso hará que no quieran una manzana para su merienda; la forma en la que se consume y por último la sensibilidad al picante de cada persona.
La conclusión final sobre el consumo de picante en niños
El experto Lurueña comenta en su artículo que los snacks picantes o no, "no son adecuados para niños, al menos para su consumo habitual", ya que su consumo diario les llevaría a optar por una dieta poco saludable. Así, incide Lurueña en la importancia de educar a los más pequeños en una alimentación sana, ya que es el momento donde aprenden a apreciar los diferentes sabores y texturas y donde se cogen hábitos que les acompañarán toda la vida.