El lunes 31 de octubre, la Policía detuvo en Gijón a la madre de Olivia, la presunta asesina que había terminado con la vida de su hija, suministrándole una dosis de barbitúricos letal. Cuando las fuerzas del orden entraron en la vivienda, la pequeña ya llevaba varias horas muertas y no se pudo hacer nada por salvar su vida. Noemí, madre de Olivia, también ingirió varias pastillas, pero los médicos del Hospital de Jove de Gijón la atendieron para subsanar cualquier anomalía. Ayer miércoles pasó a disposición judicial.
Un divorcio tormentoso y una veintena de denuncias falsas
Eugenio y Noemí se casaron en 2015, estableciendo su residencia en un pueblo de Segovia. Un año después del casamiento, en 2016, llegó al mundo Olivia, la cual vivió en un mundo familiar derruido desde sus primeros instantes de vida. Al año y medio de nacer, Eugenio pidió el divorcio a su mujer. Ella, despechada por la situación, denunció hasta en 28 ocasiones de forma falsa por malos tratos a su marido, provocando una orden de alejamiento, la cual terminaría revocada por la Audiencia de Segovia.
Con el proceso de divorcio, empezó también la lucha legal por la custodia de Olivia, la cual se prolongó hasta el pasado viernes 28, cuando Eugenio, padre de la pequeña, acabó lográndola. De entre las 28 denuncias que interpuso de forma falsa Noemí, había un cóctel explosivo de malos tratos a ella y a Olivia. El padre también interpuso denuncias contra ella por incumplimientos del régimen de visitas.
El punto más álgido llegó cuando Noemí, sin permiso del juez, se trasladó de Segovia a Gijón con Olivia, alejándola aún más de su progenitor, el cual solo podía estar con ella fines de semana alternos y vacaciones. Aunque la justicia obligó a la madre a volver a la ciudad castellana, esta se volvió a marchar a Asturias el pasado mes de agosto.
Estos acontecimientos precipitaron de forma definitiva el cambio de custodio de Noemí a Eugenio, lo que desató la ira de una madre cuya terrible venganza acabó por consumarse hace unos días. Desde aquel momento, ella sería la que vería a Olivia fines de semana alternos y vacaciones. Las tornas se giraban por completo.
El mensaje fatal que desencadenó todo
'El Comercio' informó de un mensaje de Noemí a su hermano el pasado domingo en el que le advertía que: "Antes de dejarla con el padre, la mato". Y así fue. Según ha podido reconstruir la Policía, Olivia pasó la tarde noche del viernes con su padre. Fue el sábado 29 de octubre cuando Noemí se presentó en Segovia y se llevó a la pequeña a Gijón, donde le suministró la dosis letal de pastillas.
Fue la familia materna la que puso en alerta a los cuerpos y fuerzas de seguridad ante la nula respuesta que estaban recibiendo cuando trataban de contactar con ella. La Policía entró en su piso de alquiler gracias al dueño de la vivienda, y fue ahí donde encontraron el cuerpo sin vida de Olivia, la cual ya no podrá sonreír nunca más.