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Está presente en refrescos y snacks: es "puro veneno" y Noruega ya lo ha prohibido

Descubre los peligros ocultos de estas sustancias químicas que se añaden a los alimentos para mejorar su apariencia a tu salud a largo plazo

Imagen de archivo de un supermercado.
Imagen de archivo de un supermercado. Europa Press

En un mundo cada vez más acelerado, la alimentación se ha convertido en un aspecto fundamental para mantener una buena salud. La Organización Mundial de la Salud (OMS) enfatiza constantemente la importancia de consumir una dieta rica en frutas, verduras, granos integrales y proteínas magras. Estos alimentos, además de proporcionar los nutrientes necesarios para el correcto funcionamiento del organismo, actúan como una barrera protectora frente a diversas enfermedades crónicas.

Sin embargo, en las últimas décadas, la industria alimentaria ha introducido una gran variedad de productos procesados que, si bien son atractivos para el paladar, pueden tener un impacto negativo en nuestra salud. Uno de los ingredientes más comunes en estos productos son los colorantes alimentarios, sustancias químicas añadidas para realzar el color de los alimentos y hacerlos más apetecibles. Hace poco, una influencer del mundo de la nutrición advertía de los peligros del ingrediente E-102 Tartrazina, un derivado de pretóleo que está presente en muchos productos como refrescos o snacks, y que están obligados a avisar de él en el etiquetado.

Los colorantes alimentarios: una amenaza oculta

A pesar de que los colorantes alimentarios están presentes en numerosos productos que consumimos a diario, como refrescos, golosinas, snacks y algunos alimentos procesados, cada vez son más las evidencias científicas que alertan sobre sus posibles efectos nocivos para la salud.

Efectos demostrados en dosis bajas

Numerosos estudios han relacionado el consumo de colorantes alimentarios con una amplia gama de problemas de salud, especialmente en niños. Entre los efectos más comunes que provoca este ingrediente llamado E-102 Tartrazina se encuentran:

  • Hiperactividad y TDAH. Varios estudios han asociado el consumo de ciertos colorantes con un aumento de los síntomas de hiperactividad y trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) en niños.
  • Problemas respiratorios. El asma, la urticaria y el eczema son otras afecciones respiratorias que se han vinculado al consumo de colorantes alimentarios.
  • Trastornos del sueño. El insomnio y otros trastornos del sueño también se han relacionado con el consumo de estos aditivos.
  • Problemas gastrointestinales. Daños en el estómago y múltiples alergias son otros efectos adversos que se han observado en personas que consumen regularmente alimentos con colorantes.

Efectos demostrados en dosis altas:

Además de los efectos mencionados anteriormente, el consumo elevado de colorantes alimentarios se ha asociado con problemas de salud más graves, como:

  • Daño genético. Algunos estudios han demostrado que ciertos colorantes pueden producir aberraciones cromosómicas y otros efectos genotóxicos, lo que aumenta el riesgo de desarrollar cáncer.
  • Problemas neurológicos. Se han observado efectos negativos en la memoria y el comportamiento en personas expuestas a altas dosis de colorantes alimentarios.
  • Desarrollo de tumores. Existe evidencia que sugiere que algunos colorantes pueden aumentar el riesgo de aparición de tumores malignos.

Prohibidos en algunos países

Debido a las preocupaciones sobre la seguridad de los colorantes alimentarios, algunos países han tomado medidas para restringir su uso. Noruega, por ejemplo, ha prohibido el uso de varios colorantes artificiales en alimentos debido a sus posibles efectos adversos en la salud, especialmente en niños.

¿Qué podemos hacer?

Para reducir la exposición a los colorantes alimentarios, es fundamental leer las etiquetas de los productos y optar por aquellos que no contengan colorantes artificiales. Priorizar el consumo de alimentos frescos y mínimamente procesados ,como frutas, verduras, carnes magras y granos integrales, es otra forma de cuidar nuestra salud y la de nuestra familia.

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  • R
    Raymond

    Si esto fuera verdad ya estaríamos todos los españoles muertos porque la tartracina con el número E-102 es el típico colorante alimentario que se le
    echa a la paella y a todos los guisos amarillos desde hace varias generaciones.
    Dicen que deriva del petróleo para alarmar a los ignorantes pero callan que
    tomamos medicamentos derivados del petróleo . Mata mucho mas el foie gras
    francés que obstruye las arterias !

  • P
    Perhaps

    El becario de Sánchez se ha equivocado. A no ser que el artículo lo haya pagado el gobierno que todo es posible.

  • S
    stoicus

    Pues no sé qué tenía de malo mi comentario para que lo censuraran. Solamente hablaba de hormigas y cosas así que según la OMS son muchísimo más sanas.

  • E
    edu2654

    Se olvidan de la paella ¡NO LA COMAÍS! el color amarillo es venenoso

  • M
    marqueslinchado

    ¿Qué colorante? Si produce TDAH, quizás podamos entender el estado de la redacción de Vozpópuli. Empieza a recordar la redacción de Lo Pitesti Post. Debe ser que recogen a los aprendices de piriodistas de los mismos sitios y con el mismo QI.

  • L
    Leonardo Da Vinci

    Todavía estoy esperando el nombre del "venenoso" colorante.

  • P
    Perhaps

    Basura de artículo, propio de ecologista woke no de periodismo, ni siquiera de becario. Asusta que algo queda, ¿no?, ¿quién lo paga?