Cristiano Ronaldo, Pepe, Coentrao, Falcao, Ricardo Carvalho, Jose Mourinho, Ángel Di María, Mesut Ozil, Toni Kroos, Neymar, Lionel Messi, Mascherano, Adriano, Andrés Iniesta, Xavi Hernández, David Villa, Xabi Alonso, Iker Casillas… Todos esos nombres, además de ser estrellas del fútbol mundial, están salpicados por prácticas fiscales poco convincentes que han provocado investigaciones del Hacienda, en muchos casos con resoluciones que les han hecho pasar por caja.
Pero me van a permitir poner el foco en un asunto. Desde que Football Leaks destapó este (presunto) fraude fiscal en el mundo del fútbol, hemos asistido a un espectáculo esperpéntico en las televisiones. Los sesudos tertulianos que disertan sin sonrojarse de ciclogénesis, tradición democrática en Dinamarca o estrellas Michelín, no han parado de vociferar como hooligans que “Hacienda no somos todos”. Señalando de forma grosera, y en muchos casos desde el desconocimiento, que "el fútbol es una fábrica de millonarios defraudadores".
Hacen mal estigmatizando a este colectivo sin saber que el 45% de los futbolistas profesionales del mundo cobran menos de 940 euros al mes. El salario medio de los futbolistas se sitúa entre esos 940 euros y 1900. Y solo el 2% de ellos cobra un sueldo anual superior a 660.000 euros netos. Además, como el resto de los ciudadanos, sufren retrasos en el cobro: un un 41% de los jugadores afirma no haber cobrado en plazo en alguna ocasión durante las dos últimas temporadas. Los datos los pueden encontrar en el informe de FIFPro, el sindicato de futbolistas profesionales. Pero hay que tomarse la molestia de consutarlos.
Lo que une a todos los nombres que han aparecido en la portada de El Mundo es su relación con el Súperagente, como se hace llamar, Jorge Mendes. El luso es hombre de máxima confianza de Florentino Pérez y por eso en los últimos años el 90% de las grandes operaciones del Real Madrid están firmadas por el portugués, con el consiguiente 10% de comisión. También es cercano a Miguel Ángel Gil Marín, lo que explica que el Atlético también haya fichado a un puñado de representados suyos en los últimos tiempos. A Mendes, socio de Peter Lim, el dueño de Valencia, se le ha relacionado con otro tema oscuro, el de los fondos de inversión, tena tabú para la FIFA, que ha terminado por prohibirlos.
Detrás de estos enredos fiscales se esconde el intento de reducir la tributación en los derechos de imagen y el IRPF. Eso ha provocado el florecimiento de complejas ingenierias fiscales localizadas en emplazamientos de tributación laxa como Irlanda, Hungría o las Islas Vírgenes. Más que futbolistas, hablamos de milonarios asesorados por tiburones que se resisten a repartir sus ingresos con el fisco. Pero es un error generalizar porque ni todos los políticos son corruptos, ni todos los futbolistas son evasores fiscales, ni todos los tertulianos dan vergüenza ajena.
Más escandaloso es lo de nuestro ilustre ministro de Justicia. Cuando se destapó el caso Messi advirtió que caería todo el peso de la ley sobre el argentino, mientras que ahora ha excusado lo de Cristiano afirmando que es un complejo caso de ingeniería financiera que se explica porque gana mucho dinero fuera de España debido a sus patrocinadores globales. Ver para creer. Haría bien Catalá en no bufandear con la presunción de inocencia. ¡Pan y fútbol!