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El Estado destina más de 3.000 millones en ayudas a las universidades para ‘exportar’ titulados

Los campus españoles reciben un 'manguerazo' de subvenciones al margen de la asignación presupuestaria. Pese a ello, crecen el subempleo y la emigración de mano de obra

  • Campus de la Universidad Politécnica de Valencia. -

El modelo de crecimiento económico, a pesar de los fondos europeos, sigue sin encajar la oferta de las carreras universitarias con la demanda del empleo de las empresas. Las universidades no se han convertido aún en una fábrica de parados (la tasa de desempleados de quienes tienen estudios superiores está en el entorno del 8%), pero sí es una máquina de crear subempleo para los titulados, ya que no para de aumentar el desajuste entre el nivel educativo y el empleo existente.

Las generaciones mejor formadas tienen que aceptar cualquier puesto de trabajo que se les ofrezca o simplemente tienen que hacer la maleta para buscar nuevos horizontes profesionales en países como Alemania, Francia, Reino Unido o incluso Portugal, que les ofrecen mejores condiciones laborales, profesionales y sobre todo salariales. Nueve de cada diez emigrantes españoles tiene estudios universitarios. Por tanto, las universidades españolas (hay medio centenar públicas y al menos 34 privadas) se han convertido en centros cuyo fin parece ser el de ‘exportar’ titulados a otras economías a costa en su mayor parte del erario público.

Es decir, España genera mano de obra cualificada para otros países, mientras que las Administraciones Públicas (todas las autonomías han creado sus propios centros independientemente de su necesidad o de salidas profesionales) se gastan más de 3.000 millones de euros anuales en subvenciones directas (sin contar sus presupuestos ordinarios), sin que los partidos políticos hagan nada por evitar el inmenso desajuste existente entre los niveles de formación y las cualificaciones requeridas. Por ejemplo, el 83% de los titulados superiores se encuentra trabajando en el sector de los servicios, frente al 12% en la industria, porque el modelo económico no genera otra cosa (muchos camareros y empleados públicos). 

Así, como consecuencia de esa sobre cualificación, sale que el 47% de la masa laboral española tiene una carrera universitaria, frente al 38% en la UE, en un país en que la mayor parte del empleo que hay (80%) lo genera los servicios. En el grupo de edad entre 25 y 34 años se ve con más detalle esta inflación de licenciados, ya que más de la mitad (52%) de los jóvenes españoles tienen estudios superiores que no pueden utilizar en su salida profesional por la falta de empleos adecuados frente al 43% de la UE. Lo que supone que España tiene la mayor tasa de sobre cualificación (subempleo) de Europa, ya que casi un tercio de los titulados nacionales no trabaja en una ocupación asociada con el rango universitario obtenido frente al 25% en la UE.

En el último listado (actualizado en 2023) de grandes beneficiarios que elabora Hacienda de las subvenciones repartidas de forma recurrente (muchas de ellas sin que se sepa su grado de eficiencia) aparecen 46 de las universidades públicas, así como media docena de las privadas en el capítulo de “otros”, sin contar un ingente número de fundaciones educativas de carácter religioso, consorcios o escuelas universitarias y centros de diversa índole. En todo caso, no están en este listado todos los centros que reciben las ayudas porque en esta relación oficial no figura toda la información de que disponen las Administraciones.

Las universidades más beneficiadas

En todo caso, en este catálogo de subvenciones no parece existir un criterio objetivo para realizar su reparto. Por ejemplo, no son las comunidades con más población o con mayor número de alumnos las que más dinero reciben. Es la Comunidad Valenciana la que obtiene más ayudas, ya que las cinco universidades que aparecen suman un consolidado de más de 1.225 millones, es decir, el 41% de esos 3.000 millones que percibe el conjunto de estos centros de alta titulación.

Le sigue las siete universidades censadas de la Comunidad de Madrid (con casi 432 millones incluyendo a la Universidad Nacional a Distancia); las dos de Murcia (255 millones); las nueve de Andalucía (también 225 millones); las siete de Cataluña (205 millones), y, por ejemplo, una de Aragón (115 millones) o tres de Galicia (casi 88 millones). En la cola se encuentra la Universidad de La Rioja (con más de 16 millones).

A nivel individual, la Universidad de Valencia, una de la más antiguas en España (se creó en 1.499) y que se conoce bajo el nombre de Estudi General de Valencia, lidera el ranking de asignaciones. Dispone de 428 millones (28 millones corresponden a los fondos europeos) pese a ocupar el séptimo lugar en España en número de alumnos. Le sigue otro centro también valenciano, la Universidad Politécnica, con 390 millones mientras que la Universidad de Murcia, fundada originalmente por Castilla en 1.272 y después en 1.915, obtiene 197 millones.

España tiene la mayor tasa de subempleo de Europa. El 47% de la masa laboral tiene una carrera universitaria, frente al 38% en la UE

La de Alicante, con más de 194 millones figura en cuarto lugar. Le siguen: la Universidad de Zaragoza (115 millones); la de Jaime I de Castellón (114 millones); la Complutense de Madrid (105 millones); la de Miguel Hernández en Elche (100 millones); la Politécnica de Madrid (96 millones); la de Barcelona (72 millones directamente del ministerio de Universidades; la Autónoma de Madrid (68 millones); o la de Sevilla (más de 58 millones).

También aparecen las universidades de Granada (58 millones); la Técnica de Cartagena (también 58 millones); la Carlos III de Madrid (44 millones); la Rey Juan Carlos de Madrid (también 44 millones); la de Educación a Distancia (38 millones), así como dos (Guadalajara y Tenerife) de su medio centenar largo de centros asociados; la Politécnica de Cataluña (37 millones); la de Extremadura (36 millones); la de Vigo (35 millones); la de Alcalá en Madrid (33 millones); la de Castilla La Mancha (31 millones); la Autónoma de Barcelona (30 millones); o la del País Vasco (también 30 millones). Muy cerca de estas cifras en subvenciones se encuentran además las universidades de las Islas Baleares, Salamanca, Málaga, Oviedo, Valladolid, la Pompei Fabra en Barcelona, la de Á Coruña, o la de Cádiz.

Cada año ingresan en las universidades españolas más de 360.000 jóvenes, mientras que salen más de 200.000 licenciados

El listado de universidades públicas subvencionadas se alarga hasta esas 46 que aparecen en el Listado mientras que en el capítulo de “otros” grandes beneficiarios que también recoge Hacienda constan algunas universidades del ámbito privado y religioso como la Universidad de Navarra (11 millones); la Pontificia de Comillas (2,1 millones); la de la Iglesia de Deusto (1,7 millones); y, por ejemplo, la Pontificia de Salamanca (casi un millón de euros) o la Universidad Católica de Santa Teresa de Jesús de Ávila (casi 200.000 euros).

La estadística es demoledora. Cada año ingresan en las universidades españolas más de 360.000 jóvenes, mientras que salen más de 200.000 licenciados. En la actualidad, hay casi 1,8 millones de estudiantes matriculados (el 89% pretende conseguir el grado mientras que el 11% restante ha prolongado la vida universitaria vía masters o doctorado) a la espera de poder incorporarse en algún momento al mercado laboral. Pero, sin que los partidos tomen iniciativa alguna para cambiar definitivamente el modelo universitario y el de crecimiento económico, España se ha convertido en una fábrica de hacer titulados, cuya mano de obra cualificada se exporta a otros países y, si no se van, tienen que trabajar en una situación de sobre cualificación (subempleo) en actividades que no requieren el nivel académico obtenido porque el mercado nacional no lo exige en competencia, curiosamente, con otra mano de obra inmigrante para casar la demanda del sector de los servicios

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