La rutina diaria de José Alberto Díaz arranca a las 7,30 de la mañana. Tras ducharse y desayunar, comienza su jornada de trabajo en las cocinas, hasta las 14 h. A las 15 h. hace algo de deporte y a las 17 h. disfruta de un par de horas libres que aprovecha para pasear o socializar con los compañeros. Por la noche, algo de lectura y, si hay una buena película, ve la televisión antes de acostarse. Y así hasta el día siguiente. Pero José Alberto sabe que esto no será así para siempre. Cuando finalice su tiempo en el Centro Penitenciario de Burgos en el que cumple pena de prisión y se reincorpore a la sociedad, su sueño es montar un negocio. Para hacerlo realidad, sabe que contar con una educación financiera básica será fundamental.
José Alberto es uno de los internos participantes en los talleres Finanzas para Mortales-Justicia Educativa que Banco Santander está impartiendo en distintos centros penitenciarios de España gracias al acuerdo de colaboración alcanzado con Instituciones Penitenciarias. Estos talleres forman parte del programa Finanzas para Mortales, la iniciativa con la que Banco Santander, de la mano del Santander Financial Institute (SANFI), quiere lograr que los colectivos financieramente más vulnerables - niños y adolescentes, personas mayores, con discapacidad, emprendedores sociales y colectivos en riesgo de exclusión social- comprendan mejor la cultura financiera y económica actual con un claro objetivo inclusivo. Y es que la entidad mantiene el firme compromiso de empoderar financieramente al menos a 10 millones de personas entre 2019 y 2025 en todos los países en los que opera. Un objetivo que ya ha alcanzado en un 74%.
“Cuando llevas bastante tiempo en prisión te quedas desactualizado. Antes de que yo entrara en la cárcel los móviles ni siquiera eran táctiles. Ahora, en el curso he descubierto Bizum y me que he quedado fascinado. Este tipo de programas deberían ser obligatorios, porque te permiten estar al día y no perder el hilo”, comenta José Alberto Díaz.
Banco Santander quiere lograr que los colectivos financieramente más vulnerables comprendan mejor la cultura financiera y económica actual con un claro objetivo inclusivo
A través de dos sesiones formativas impartidas presencialmente por formadores voluntarios de Banco Santander, los participantes reciben educación financiera básica con el objetivo de que adquieran los conocimientos económico-financieros suficientes para permitan tomar decisiones personales y familiares sobre sus finanzas cotidianas de una forma más responsable e informada. Las sesiones incluyen aspectos como posibles salidas laborales una vez salgan en libertad, o conocimientos básicos sobre aspectos como productos financieros, banca online, métodos de ahorro, consumo inteligente, presupuesto personal y familiar o gestión de deudas.
“Decidí participar porque me interesaba saber cómo funcionan los bancos y la tecnología”, destaca Ángel Lillo, otro de los internos que ha tomado parte en el programa. El mundo de las aplicaciones móviles le ha parecido especialmente útil. “Yo no sabía que con el móvil se puede hacer ya de todo: pagos, movimientos de cuenta, recibos… ¡Hasta pagar el bollo más pequeño en la panadería!”.
Y es que, en el caso de Ángel, el curso le ha permitido empezar a imaginar cómo será su vida después de la cárcel. Gracias a su trabajo en la panadería del Centro Penitenciario, ha descubierto que quiere abrir su propio negocio. En el taller ha aprendido las diferencias entre ser autónomo, trabajar por cuenta propia o por cuenta ajena, o se ha acercado a conceptos como una nómina o una factura. “Es una formación que te sirve para que cuando salgas a la calle no partas de cero”, destaca.
Un centro pionero
El centro penitenciario de Burgos ha sido pionero en acoger el programa de Finanzas para Mortales-Justicia Educativa. Su directora, Elena Ramos, valora muy positivamente la experiencia. “Cualquier iniciativa que llegue desde el exterior es bienvenida, sobre todo si está relacionada con la formación. En el caso de Justicia Financiera, la acogida ha sido espectacular. Hemos celebrado tres sesiones, pero ya nos están demandando más”.
Ramos tiene claro que la reinserción debe ser una responsabilidad compartida por todos los estamentos de la sociedad. “Que el Santander ponga en su diana a los centros penitenciarios es muy de agradecer”.
Además del centro penitenciario de Burgos, los talleres se están impartiendo también en otras cárceles como Picassent (Valencia), El Dueso (Cantabria), Teixeiro (La Coruña), Meco (Madrid) Murcia o Sevilla II.
El ‘profe’, uno más
José María Sáenz-Pardo –“Chema” para sus alumnos– ha sido uno de los voluntarios de Banco Santander que ha intervenido en el programa como docente. “Cuando me enteré de la iniciativa no dudé en sumarme. Creo que la educación financiera es muy importante para ayudar a estas personas a reincorporarse a la sociedad plenamente”.
Una de las cosas que más le ha gustado de la experiencia ha sido la acogida que le han dispensado los internos y su total disposición a participar. “Los internos aportan mucho al programa. Te dan todo lo que tienen y te hacen sentir muy a gusto desde el principio. Te hacen muchísimas preguntas. Quieren aprender y eso se nota”.
Más visibilidad
Más allá de la utilidad de los conocimientos adquiridos, los participantes destacan que el programa también ha permitido llamar la atención sobre un colectivo que, en muchas ocasiones, se siente completamente olvidado. “La cárcel tiene muy poca visibilidad en la sociedad”, lamenta Cándido Sanz, otro de los internos que ha seguido los talleres. Y es que, continúa, alrededor de la cárcel hay mucho mito y desconocimiento. “Quienes estamos aquí hemos cometido errores, pero somos personas normales. Que una entidad como el Santander se acuerde de nosotros es muy importante para nosotros. Nos hace ver que no estamos solos, que hay un futuro y que ese futuro nos espera”.
El camino hacia la plena inclusión financiera
Además del programa Finanzas para Mortales-Justicia Educativa, Banco Santander también organiza otras acciones como sesiones de educación financiera dirigidas a mujeres inmigrantes y otros colectivos en riesgo de exclusión de Andalucía gracias a un acuerdo con la Fundación Miguel Castillejo y la Fundación de la Universidad de Cantabria para el Estudio y la Investigación del Sector Financiero.
También colabora en proyectos como Tus finanzas, tu futuro, de la AEB, que busca mejorar el conocimiento en finanzas básicas en jóvenes de educación secundaria; Simplifi, una plataforma gratuita y 100% digital para impulsar la educación financiera en España creada por Santander Consumer Finance; DEFINE, un proyecto respaldado por la Universidad de Alicante para desarrollar las habilidades de los sénior; o Educación Financiera para Mayores, en colaboración con el ayuntamiento y la Universidad de Valencia para favorecer la inclusión financiera de este colectivo.
Precisamente para los más mayores, la entidad presidida por Ana Botín también ha puesto en marcha nuevas medidas como, por ejemplo, en lo que se refiere a la atención presencial en las oficinas. Así, bajo el lema ‘#EstamosAbiertos’, han ampliado el horario de caja hasta las 14.00 horas en sus casi 2.000 sucursales y han puesto a su disposición los denominados ‘Embajadores senior’ para aquellos que necesiten resolver dudas o ayuda con sus operaciones.
Con los ojos puestos en la España rural
Al mismo tiempo, para ayudar a que todos los colectivos tengan garantizado el acceso a servicios financieros básicos, la entidad tiene en marcha iniciativas como Correos Cash que consiste en ofrecer servicios de retirada e ingreso de efectivo en los 4.675 puntos de atención al ciudadano de Correos y llevar dinero a cualquier domicilio de España mediante los carteros. La entidad cuenta también con un modelo de atención al cliente de más de 1.000 agentes bancarios repartidos en municipios de toda España y una red de gestores digitales, a través de Santander Personal, que permite ser atendido en remoto con las mismas funciones y calidad que en una oficina.
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