Diecinueve de agosto de 1944; culminado con éxito el desembarco de Normandía el 6 de junio de 1944 y con las cabezas de playa aseguradas tras la Operación Overlord y los desembarcos de Sicilia en el 43 (Operación Husky) y de Provenza en agosto del 44 (Operación Dragón), también consolidados y cercando cada vez más a las tropas de la Wehrmacht en el frente occidental, da comienzo uno de los asedios definitivos para la liberación de Francia, el sitio de París.
Las playas del Día D eran sólo el primer objetivo de la invasión aliada en el norte de Francia. Los siguientes objetivos vitales: Caen y el puerto de Cherburgo, necesarios para que las exhaustas fuerzas americanas y de la Commonwealth recibieran suministros y refuerzos. Tomadas estas dos posiciones claves, las fuerzas aliadas avanzaron sobre la capital francesa.
La batalla por París
Con las tropas norteamericanas cerniéndose sobre París, en el verano de 1944, la Resistencia intensificó su presión sobre las fuerzas de ocupación alemanas. Habiendo preparado la capital días antes con paros, huelgas y el levantamiento de barricadas el día antes de la batalla, Las Fuerzas Francesas del Interior (FFI) organizadas en torno a Henri Rol-Tanguy (de ideología comunista) lanzaron su ofensiva contra las fuerzas de ocupación alemanas en paralelo a los aliados.
Aunque la resistencia francesa viera debilitada a las fuerzas alemanas y anticipara su golpe a la Wehrmacht los combates en calles y bulevares junto a policía parisina no fueron suficientes, fue necesaria la vanguardia estadounidense y de la Francia Libre para decantar la balanza en favor de los aliados.
Las Fuerzas Francesas del Interior se dividían en dos corrientes: la gaullista y la comunista, ambas compitieron por decidir cuál de ellas era la liberadora de París y cómo lo harían. Los nacionalistas trataban de apaciguar los sectores civiles más radicales asegurando la inminente llegada del Ejército de Liberación: a medida que las tropas aliadas derrotaban a las tropas alemanas y las expulsaban de sus posiciones en territorio francés.
Sin embargo, un 18 de agosto, la resistencia comunista anunció la movilización general contra las tropas de ocupación nazis: París sería liberada sin esperar la llegada de los aliados. Lo más pronto que pudieron, los sectores gaullistas respondieron el día siguiente convocando a la resistencia parisina, llamando a una insurrección general, y todo ello sin esperar la aprobación del gobierno provisional de Francia. Tras cuatro años de ocupación alemana, la Ciudad de la Luz se levantó en armas y los trabajadores del transporte urbano declararon huelga, apoyados en todo momento por la policía francesa.
Al mismo tiempo, los partisanos comunistas emplearon tácticas de guerrilla urbana contra la Wehrmacht, atacando en pequeños grupos armados a unidades aisladas. En paralelo a la lucha en las calles de la capital francesa comenzó la ocupación de comisarías, edificios estatales y oficinas gubernamentales, declarando -progresivamente con cada conquista- la liberación de París y poniendo esas infraestructuras al servicio de la Resistencia.
Hombres, mujeres y niños aunaron esfuerzos para construir barricadas improvisadas en las calles y bulevares de París. Sin embargo, la ciudad estaba fuertemente defendida, y según periódicos franceses, los soldados alemanes sumaban aproximadamente 16.000 soldados, 80 carros de combate y 60 piezas de artillería bajo el mando del gobernador y el general, von Choltitz. El cuartel general alemán se ubicó en el Hôtel Meurice, en la calle Rivoli, y aunque von Choltitz había concentrado a sus hombres en la defensa, la Resistencia aprovechó una tregua temporal firmada por el cónsul sueco Raoul Nordling con el alto mando alemán, y tomaron el Ayuntamiento de París.
Para el 22 de agosto la lucha en las calles parisinas se había intensificado y pese al entusiasmo de la Resistencia francesa los soldados alemanes estaban bien pertrechado mientras que las fuerzas civiles apenas tenían armamento con el que luchar. Viendo esta situación, los mandos aliados decidieron entrar en la ciudad, con la 2ª División Blindada, al mando del general Philippe Leclerc, en vanguardia apoyada por la 4ª División de infantería estadounidense.
Los españoles que lucharon contra Hitler
La 9ª compañía, conocida como "La Nueve" era la punta de lanza de la División Leclerc. En ella, españoles exiliados por el régimen franquista luchaban contra el fascismo en Europa y antes en África. El contingente republicano español estaba formado por 160 veteranos de la Guerra Civil Española que desembarcaron en de nuevo en Europa el 1 de agosto de 1944, en las costas de la ya asegurada Normandía.
En la batalla por la capital francesa destacó la 2ª División Blindada de la Francia Libre, al mando del general francés Philippe Leclerc -más conocida como la División Leclerc-. Esta era una fuerza de combate que ganó importancia con la liberación de París por ser la única unidad que operaba bajo bandera francesa, y sobre todo por su composición, ya que en su seno luchaban, en distintas compañías, españoles exiliados y soldados africanos de las colonias francesas.
A pesar de las diferencias ideológicas entre los estos combatientes españoles, habiendo todo tipo de perfiles -menos adscritos al régimen de Franco- estos soldados estaban unidos contra el fascismo, siguiendo los pasos de su lucha en España. Los veteranos, mantuvieron la práctica de nombrar los vehículos utilizados por los soldados, aunque ellos se decantaron por poner nombres en recuerdo de su tierra, principalmente las batallas más importantes luchadas en la Guerra Civil: “Brunete”, “Guadalajara”, “Ebro”, “Santander”, “Jarama”, “Guernica” o “Madrid”. El imaginario español no se redujo a estos acontecimientos, también pusieron nombres como: “don Quijote” y “España cañí”.
Un total de treinta y seis combatientes del antiguo ejército de la República de España, junto a cuatro soldados franceses, fueron los primeros en tomar el corazón de la capital del Sena, llegando tras de ellos el resto del grueso de la División de Leclerc y las tropas aliadas. El destacamento blindado de españoles y franceses estaba comandado por el capitán Raymon Dronne, apoyado en el mando por el español Amado Granell, y los 40 soldados llegaron en la noche del 24 de agosto al Hôtel de Ville, el Ayuntamiento de París, siendo los primeros combatientes aliados en abrir fuego contra los soldados de la Wermarcht en el corazón de París.
Victoria aliada
Las tropas alemanas se vieron desbordadas por las divisiones aliadas rodeando París al mismo tiempo que la Resistencia francesa atacaba desde dentro. Por ello, Adolf Hitler, dio nuevas órdenes al gobernador von Choltitz; convertir París en “un campo de ruinas”, si los alemanes no podían tener la Ciudad de la Luz, tampoco la devolverían a las fuerzas aliadas. La nueva exigencia del Führer era destruir todo el patrimonio tanto histórico como cultural de París. Pero aunque las tropas de von Choltitz habían preparado la destrucción de la ciudad, las barricadas de los civiles franceses lograron frenar el descabellado plan del líder alemán.
Después de una semana marcada por huelgas intensas, barricadas y enfrentamientos en las calles, el 25 de agosto de 1944 a mediodía, el Ejército alemán tiraba las armas, y con ello, el general francés Charles de Gaulle, líder principal de la Francia Libre, hacía su entrada triunfal en París. Los soldados alemanes restantes caminaban vencidos hacia su cautiverio con las manos en alto, al mismo tiempo que la población civil -ya liberada- les profería insultos y ataques de todo tipo en venganza por esos cuatro años de invasión y cautiverio.
Finalmente, el 26 de agosto -una semana más tarde de que comenzaran los primeros combates- los vehículos de fabricación norteamericana, utilizados por las fuerzas aliadas durante la Segunda Guerra Mundial, desfilaban por los Campos Elíseos, encabezados por la 2ª División Blindada del general Philippe Leclerc con el Arco del Triunfo del triunfo. La liberación de París había tenido su coste: 3.000 soldados alemanes, un millar de miembros de la Resistencia, 130 soldados de la División Leclerc y 600 civiles perdieron la vida durante la semana de intensos combates en la ciudad. En este momento, el general Charles de Gaulle pronunció sus famosas palabras: "¡París, París ultrajado! ¡París arrasado! ¡París martirizado! ¡Pero París liberado!" Un París "liberado por sí misma, liberada por su pueblo, con el apoyo de Francia entera", según de Gaulle, pero que sin la intervención aliada o la ayuda norteamericana para formar la 9ª Compañía, la capital francesa no podría haber sido liberada del yugo nazi.
Y en efecto, combatientes antifranquistas, soldados coloniales, tropas de los ejércitos aliados lucharon mano a mano con la resistencia francesa y los civiles por devolver a sus legítimos ciudadanos.
Pelosi
¿La Resistance francesa?: por favor seamos serios…Francia estaba muerta de miedo y seguía a Petain en su apoyo a Hitler. Mientras los gabachos estaban bajo la cama, muertos de miedo fueron los aliados y los emigrados españoles los que les sacaron las castañas del fuego. Eso sí, al final fueron asombrosamente nominados como “potencia ganadora” y fueron los más duros con las capitulaciones y exigencias de rendición. Francia es una enorme operación de marketing, la “Grandeur” es un cuento
Grossman
Los franceses se rindieron a los nazis desde el minuto cero, no lucharon nada, colaboraron y vivieron a cuerpo de rey con el nazismo mientras toda Europa luchaba. Entregaron a los judíos y la resistencia es un mito para justificar su felonía, algo intranscendente, como intranscendente fue su participación en la toma de de París, igual que la de los republicanos españoles que fue meramente testimonial. Quien venció a Hitler fue USA y Gran Bretaña, sin ellos Alemania nunca habría sido vencida. Es lamentable este lavado de cara permanente de Francia que no sufrió ni un solo bombardeo en sus ciudades. La invasión de Hitler por las Ardenas fue un disparate que salió bien por la cobardía gabacha. Zelensky con una mano atada la habría parado.
Ojeador
Si en algo se parecen los franceses a los catalanes es que se pasan la vida celebrando derrotas. Desde Napoleón a Argelia, pasando por Vietnam (guerra franco-prusiana y las dos guerras mundiales). Y a eso, DeGaulle lo llana "La Grandeur" ... lo que tiene uno que leer.
Lluís
Como no puedo responder debajo de su último comentario, lo hago aquí. Hablábamos de las lenguas y su expansión y usted me sale con Rousseau, con Austria y Danzig, e incluso menciona a Chaplin, para concluir con un alegato contra los Països Catalans o Euskal Herria, que es lo que realmente le obsesiona (como a todos los nacionalistas españoles) y no las lenguas. Cuando no hay argumentos para rebatir sobre el asunto que tratamos (la propuesta de Podemos para igualar jurídicamente el catalán, el vasco, el gallego al nivel del castellano), la única salida es desviar la atención y acabar enseñando el plumero españolista. Nada nuevo bajo el sol.
Lluís
Usted no tiene claro qué significa "imponer" una lengua. Le remito a la respuesta que le he dedicado más arriba.
Eduardo-0
Los españoles de esa compañía eran doblemente renegados. Uno, por tartar de imponer una dictadura soviética en España y dos por luchar a favor de una potencia extranjera. Además, si no volvieron a España es porque eran criminales de guerra y temían la acción de la justicia. A los combatientes leales a la republica no se les persiguió por el hecho de serlo.
Don_Ogro
Si Churchill o de Gaulle vieran en que se ha convertido europa, un antro liberticida y repugnante, creo vomitarian y renegarian de sus logros.
JuanVicenteVallsCalatayud
Hay países con buena estrella al estilo de Francia y países que nacen estrellados al estilo de España. En Francia por mucho que se empeñen siempre vuelve la república y su libertad igualdad y fraternidad y aquí en España por mucho que nos empeñemos siempre vuelve el facherío monárquico. Salud y republica españoles.
Tintin
Por si, quizás, tras la lectura del artículo que precede a este, referido a Afganistán, no quedaba evidenciada la plena adhesión y participación de Vozpópuli en la estrategia del globalismo anglo de utilizar los medios de comunicación para construir en la sociedad española un estado de opinión favorable a una nueva intromisión en Afganistán, tras el titular "¿Nos hemos olvidado de Afganistán?: El país vuelve a la Edad Media 3 años después del abandono occidental" Vozpópuli nos ofrece este otro "80 años de la liberación de París: la batalla que los franceses no pudieron librar solos", con el que pretende establecer un símil entre Paris y Kabul, dando a entender que necesitan que vayamos a ayudarles, de nuevo. No se qué problema hay con volver a la Edad Media, si las ferias de esa temática gozan de una excelente aceptación en nuestro país.
marqueslinchado
Ingleses y norteamericanos liberaron Francia.
musta
Lo Que Sabe Todo El Mundo Es Que Mientras Europa Sangraba Y Sangraba Los EjpaÑoles Prestaban Ayuda Logistica A Los Nazis,,,,----lo Curioso Que Hace Reir A Ingleses Estadounidenses Marroquies Canadienses....despues La Caida Del 3 Reich EspaÑa Pidio Su Parte Del Plan Marshall......y Los Americanos Les Mandaron A La Mrda .....como Es Posible Que Un Soplon De L,os Nazis Pide Ayuda Financiera A Los Americanos................humillante,