El sábado pasado el político argentino Javier Milei intervino en Viva 22, la cosa popular que Vox organiza anualmente. No intervino porque se colara, que es lo que a mí y a otros votantes del partido nos habría gustado, sino porque lo invitaron, que es la lacerante verdad que esos mismos votantes del partido y yo nos resistimos a reconocer. En su arenga ―Milei no habla; Milei arenga―, el político argentino gritó varias veces «¡viva la libertad, carajo!» y ladró un puñado de sinfustadas sobre el Estado y la justicia social que no merecen ni postilla ni objeción; tan sólo un bostezo de aburrimiento.
Milei, por si alguno no está enterado, es un demagogo con ínfulas de intelectual finísimo, un histérico que no asume sus limitaciones y se pronuncia con desparpajo sobre todo lo que ignora, un político que insulta al Papa Francisco día sí y día también, se mofa de la justicia social y defiende la compraventa de órganos porque nuestras entrañas, al parecer, son una mercancía como cualquier otra. En condiciones normales no escribiría sobre él ―para expresar mi opinión bastaría una mueca o un gruñido―, pero creo que, en su condición de persona invitada al Viva 22, nos revela algo, un entresijo, de la naturaleza de Vox. Los estudiosos se refieren a tal entresijo como "las dos almas"; yo, menos sofisticado, más burdo, prefiero llamarlo la esquizofrenia, el trastorno bipolar de Vox.
El de Abascal es, en tanto que esquizofrénico, un partido huevo Kinder, un partido-sorpresa. Desconcierta a los analistas porque tiene un punto imprevisible. A veces sus miembros amanecen liberal-conservadores, dicen lo que el PP pero con unos decibelios más, defienden la libertad y el Estado de Derecho ante todo y le imputan a Pedro Sánchez todos los males que afligen a España. Otros días, más luminosos y esperanzadores, amanecen nacionalpopulistas, rebeldes, dispuestos a encender una hoguera en la que ardan el sistema y sus prebostes.
Vox es, así, un prodigio de la paradoja.
Las disfunciones de Vox
Ha sublimado la contradicción, la ha encarnado en un partido político exitoso. Denuncia el servilismo de los sindicatos mayoritarios, constituye uno propio para contrarrestarlo, pero al tiempo compadrea con un político que despotrica de la justicia social. Se opone al globalismo y a sus instituciones, pero al tiempo exalta a la OTAN, su brazo armado, que hasta hace poco, hasta lo de Rusia, consagraba sus días a la propaganda LGTBI y al activismo climático. Critica la inmigración ilegal por cuanto tiene de perniciosa para el trabajador español, pero al tiempo guarda un estricto, ¡clamoroso!, silencio sobre Uber y sus hediondas relaciones con la casta política. Cuando supera su desconcierto inicial, uno entrevé ahí una desfachatez, un cinismo, y en eso Vox no difiere demasiado del PP: no tiene ningún reparo en hacer B cuando ha dicho A ni en decir B cuando ha hecho A.
Hay ideas incompatibles: o se defiende la civilización cristiana o se defiende la compraventa de órganos
Alguien podría objetar que para conseguir el éxito político uno debe cabalgar contradicciones y concitar en torno a sí a personas muy diversas. Lo entiendo, incluso puedo aceptarlo ―¡la política no está para idealismos!―, pero luego no acusemos al PP de tener convicciones líquidas y de hacer política con la mirada fija en las encuestas. Mi punto de vista, que no es el del político, claro, sino el del columnista, ay, es más simple y también más coherente. Defiendo que hay ideas incompatibles entre sí y que cuando se trata de contentar a muchos se termina desagradando a todos. Quizá peque de dogmático, pero creo que uno no puede profesar un credo y su contrario. O defiende la civilización cristiana o defiende a quien defiende la compraventa de órganos. O representa a los votantes católicos o se refiere al Papa como "ciudadano Bergoglio" O critica el globalismo o exalta a la OTAN, su brazo armado. O banca al trabajador español o banca a Uber, Glovo, las grandes multinacionales y todo lo que está mal en el mundo.
Los analistas consideran que Vox tiene dos almas, y yo coincidía con ellos hasta hace poco. Imaginaba una pugna entre liberales y populistas, una guerra fraticida y brutal. Ahora, sin embargo, pienso distinto. Ya no me creo lo de la guerra. He concluido que las contradicciones de Vox no tienen que ver con el dualismo cartesiano, sino con la desproporción posmoderna. Vox no tiene dos almas; Vox tiene jeta. Una jeta desproporcionada, ¡una jeta de proporciones bíblicas!
ellonoobsta
Sr. Llorente. Se ha equivocado de periódico. Los lectores de Vozpópuli pensamos por nosotros mismos.
Elperroandaluz68
No sé si jeta o no jeta, pero en VOX cohabitan dos almas incompatibles entre sí. Una es la liberal/conservadora, que es como el PP pero con algunos principios morales más, lo cual no es ningún mérito, vistos los valores del PP. Otra es su alma nacionalcatólica (antiinmigracionista, nacionalista, cristiana, etc...), que esta es antiliberal. Yo abogo por esta última. La primera es anticomunista. La segunda, empero, antiliberal. Lo que trato de decir es que, más pronto que tarde, ambas almas se tendrán que separar.
Julio74
Menuda faena….miren al fondo, el problema…..o mejor “esta diatriba” tiene la firma en tinta invisible del Don Jesús Cacho, no se atreve a “salir del closet”, tiene en su ADN el globalismo más puro, el espera que le den un medallita en Davos y lo dejen vivir si llevarlo al crematorio.
Grossman
El artículo es de lo más lamentable que he leído en los últimos años, menuda merluza mental. O sea, que la civilización Cristiana no puede criticar al papa si dice alguna chorrada. Que occidente, su sistema de libertades, debe renunciar a la defensa y quedar en manos de China y Putin. Que la libertad económica, mayor riqueza para todos, es mala porque hay que defender a gente que quiere privilegios a costa de otros, con servicios caros y malos. Lo que más me ha gustado es lo de “justicia social”, decía Hayek que la mayor aberración de la izquierda era la manipulación del lenguaje, añadiendo calificativos a palabras que terminan perdiendo su significado. Todos sabemos lo que es la justicia, la política, etc pero si le añadimos social ya no se sabe exactamente que es. Ahora pasa hasta con las matemáticas, que todos sabíamos lo que eran, pero ahora son “matemáticas de género”.
Nafasy
Este articulista, confunde terminos y conceptos! Jetas son los que llevan 40 años cobrando y entiqueciendose de todos los españoels, por destruirlos, robarles y llevarlos no solo a la miseria, si no además quererlos dejar SIN NACION, SIN DERECHOS Y SIN LIBERTADES. En realidad, no son Jetas, son miserables mafias delincuentes, ladronazos, y asesinos algunos de ellos, y matanaziones otros!
Very good
A los anteriores, parece que Vox os da de comer..
Doctor Petiot
Estimado Sr. Llorens: Comenta entre otras cosas que VOX tiene una jeta de proporciones bíblicas y efectivamente hay que tener jeta, morro, etc. hoy en día por tener el valor de desafiar el " status quo" actual basado en la difamación, la mentira, el falso testimonio ( cosa que hace usted con todo su derecho) la coerción y la inversión de valores de proporciones bíblicas. Usted no es un jeta, prefiere atacar a todo aquél que tiene la valentía de un jeta para oponerse a todo aquello que representa el socialismo, y como bien dijo Milei, se traduce en miseria y más miseria, desigualdad y más desigualdad. En esta batalla cultural que el PP jamás asumirá debido a su tradicional fariseísmo y " lavado de manos" a lo Poncio Pilato, sólo Vox llevará la voz cantante por mal que le pese a Vd. ¡ Sr. aprendiz de jeta! Con todos mis respetos, le mando un cordial saludo. Dr. Petiot
lersserp
Artículo-basura, escrito por un jeta, que nunca ha votado a VOX.
Antonio92
Lo siento si usted no entiende nada...posiblemente por eso es usted tan guay...y buena persona y...¿que más quiere que le diga? . Que cansinos son ustedes.. váyase a montar la contradicciones de Pedrito y Pablito.
Lorenchito
He tenido que mirar dos veces, no sabía si estaba leyendo en Vozpopuli o en ese panfleto llamado Público. Enhorabuena don Julio, si le echan de aquí (es lo que yo haría ya) puede ir a trabajar con el enemigo. Suerte.