Madrid cuenta con siete museos dedicados a la historia y arte de la ciudad de los cuales tres - los más importantes- permanecen cerrados o funcionan de manera parcial: el Museo de Arte Contemporáneo (en el centro Conde Duque); el Antiguo Museo Municipal de Madrid y el Museo de San Isidro (también conocido como el Museo de los Orígenes), ahora abierto solo en las mañanas, un régimen en el que también se encuentran el Templo de Debod (un monumento de más de 2.000 años de antigüedad traído desde Egipto) y la Ermita de San Antonio de La Florida (que alberga frescos de Francisco de Goya).
Para una ciudad que aspira a competir con cualquier otra urbe europea en lo que a oferta cultural respecta, no tiene mucho sentido cerrar las puertas de sus principales museos justo en verano, la época del año en que más visitantes recibe la ciudad. Algunos podrían decir, claro, que a la alcaldesa Ana Botella no le interesa el arte ni la historia, sin embargo la creación de una dirección exclusiva para los museos en 2013 podría contradecir semejante ocurrencia. Pero al acudir a los presupuestos, el asunto comienza a ponerse gris: en 2013, la alcaldesa destinó a estos 5,8 millones, justo la mitad de lo que dedicó ese año a pagar a 240 asesores (10 millones de euros). Muchas de estas instituciones están a media máquina y otras, como el Museo de la ciudad, han desaparecido. Esta última, ubicada en el número 140 de la calle Príncipe de Vergara, cerró definitivamente en 2012 y sus colecciones entraron a formar parte de otros museos e instituciones municipales.
Hay dos casos especialmente significativos. El primero de ellos es el del Museo de Historia, también conocido como el Antiguo Museo Municipal de Madrid, uno de los de mayor extensión e importancia. Ubicado en la calle Fuencarral, desde 2008 ha registrado intermitencias en sus horarios y aperturas. La falta de presupuesto de las obras puestas en marcha ha retrasado la reapertura definitiva. Pero su historia es larga tortuosa. Las reformas para ampliar el espacio expositivo y rehabilitar el edificio histórico contaron con un presupuesto de 19 millones de euros y con ellas se buscaba, entre otras cosas, ganar 2.000 metros cuadrados de espacio. Los 9 años de obras afectaron parte de su colección –con piezas dedicadas a la historia de la capital desde el siglo XVI hasta la actualidad- que comenzó un discreto trasvase; muchas piezas permanecen todavía en las zonas de seguridad del edificio y en el centro de apoyo a los museos del Cuartel del Conde Duque.
El Museo de Arte Contemporáneo, ubicado en el Centro Cultural Conde Duque, y que fue inaugurado en 2001 por Álvarez del Manzano (PP) ha mantenido un cierre –también intermitente- desde 2010. La colección del Museo de Arte Contemporáneo está formada fundamentalmente por pintura y obra gráfica, aunque también están representadas la escultura, la fotografía y el dibujo con piezas de La escuela de Madrid así como representantes de la nueva figuración y abstracción de los 80. En espera de su próxima reapertura –en principio prevista para otoño-, en la sala 3 del Centro Conde Duque se expone una selección de obras y artistas representativos de los años 70, 80 y 90, que forman parte de sus fondos.