El Ayuntamiento de Madrid ve viable el contenido de la consulta presentada por la firma de moda Mango para instalarse en el Palacio de la Música con una convivencia de usos. La firma textil catalana estudia poner en marcha en el número 35 de la Gran Vía una tienda con un centro de exposiciones y eventos de la empresa. Vozpópuli ya informó de las pretensiones de la alcaldesa Ana Botella, partidaria de dar entrada a una firma comercial.
Según informa Europa Press, hasta el momento Mango únicamente ha presentado una consulta ante el área de Urbanismo sobre la viabilidad de autorizar actividades del sector terciario-comercio, que convivirán con otras artísticas y de espectáculo. Esta consulta no compromete a nada, aunque el contenido de lo propuesto sí sería viable desde el punto de vista urbanístico.
La resolución del Ayuntamiento llega dos días después de que Madrid, Ciudadanía y Patrimonio solicitara una vez más a la Dirección General de Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid que el Palacio de la Música sea declarado Bien de Interés Cultural.
Plan Especial
El Consistorio que dirige Ana Botella apunta que la figura más adecuada para realizar la propuesta de Mango sería un Plan Especial, dado el grado de protección del Palacio de la Música. No obstante, la compañía textil aún no ha presentado solicitud de licencia alguna ni trámites para inicial un Plan Especial en este inmueble.
El Palacio de la Música, construido en 1926, forma parte del catálogo de edificios protegidos con Nivel 1 de Protección Integral, condición que obliga a los compradores a respetar los elementos originales, tanto de la fachada como del interior.
El pasado año, la delegada de Urbanismo, Paz González, recordaba que el uso del Palacio de la Música no es cultural, sino terciario-recreativo, lo que permitiría implantar desde una sala de conciertos hasta una discoteca o un restaurante. González agregó que "si se respeta la protección del edificio, no se alteran sus valores y se cumple la normativa urbanística", el Ayuntamiento no puede denegar el cambio de uso, ya que se incurrirá en un delito de prevaricación. Tampoco olvidó la titularidad privada del inmueble, propiedad de la Fundación Caja Madrid.
Lo que defendía González hace ya un año es que las ciudades "tienen que adaptarse a los tiempos" y "no aportan nada a la memoria colectiva los edificios cerrados y sin uso o tapiados", como es el caso del Palacio de la Música.