Mauro Pallotta es publicista, vecino del barrio romano de Borgo Pío y artista urbano. A la mayoría de los españoles no les sonará el nombre, ni siquiera el seudónimo artístico de Maupal. Su mayor activo es una relación de complicidad con el Papa Francisco, que comenzó hace diez años con un mural callejero donde le representaba como a un superhéroe que portaba una cartera con el lema “valores”. Ahora el Vaticano le ha nombrado artista oficial de la Cuaresma. El buen rollo entre ambos ha llegado al punto de que Francisco pregunta “¿Por qué siempre me dibujas tan panzón?”
La imagen más famosa, después de la del superhéroe, le representa subido a una escalera jugando a las tres en raya en una pared pública, poniendo símbolos de la paz en vez de circulitos, mientras un miembro de la Guardia Suiza vigila por si aparece la policía. Le puede pintar en posiciones heroicas, como cargando un salvavidas y sosteniendo un globo terráqueo, pero también en otras más cotidianas como yendo en patinete, lanzando un corazón con un tirachinas o luciendo una bufanda del San Lorenzo, el club de fútbol del que es fanático el Pontífice. “Aunque sea un personaje muy importante, entendí que si lo represento en nuestro día a día, lo devuelvo a lo que él realmente es (…) A través del procesamiento gráfico, lo acerco a la gente”, explica el artista.
La relación ha sido beneficiosa para ambos: Francisco moderniza su imagen y Maupal multiplica su impacto y estatus profesional
Francisco escogió esta frase para la Cuaresma 2024, que Maupal se ha encargado de ilustrar. “Que la Cuaresma sea también un tiempo de decisiones comunitarias, de pequeñas y grandes decisiones a contracorriente”. Así ha sido difundida por el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral y dedicada al documento papal publicado el pasado uno de febrero. El nuevo póster muestra al Papa, seguido de otros tres jóvenes, pedaleando hacia el camino que apunta al “Bien común", dejando atrás el camino del “Provecho".
El otro Banksy explica la Cuaresma
El ilustrador recalca que es ’un honor' poder representar, a través de su arte, “las palabras que el Papa Francisco ha dirigido al mundo para el camino cuaresmal”. A pesar de su aura antisistema, Maupal no ha tenido problemas con nadie, más allá de algún dibujo retirado: es un protegido tanto del Vaticano como del ayuntamiento de Roma, que apoyan la alegría y el color que traen sus obras de arte callejero. Su trabajo está basado siempre en los Derechos Humanos, empatiza con la migración masiva y denuncia la violencia de género, por tanto, encaja con las principales agendas políticas actuales. Al Papa le viene bien este acercamiento a la estética contemporánea, mientras que Maupal ha multiplicado su fama, que antes no era ninguna, de hecho hubo etapas en que tenía que completar su sueldo fregando platos en un restaurante.
En los últimos años, Maupal también ha colaborado con proyectos en las cárceles de Roma. Suele decir que trabajar con presos “aporta una riqueza inesperada” y que con esta experiencia ha conocido a personas que han alcanzado “la libertad interior, la libertad que da Dios”. También ha dibujado en las paredes un ojo gigante del poeta, cineasta y pensador Pier Paolo Pasolini, alguien a quien admira por su capacidad para profetizar lo que iba a ocurrir en Italia “con cuarenta años de antelación”. De ahí que destaque su mirada.
Plath
Me gusta lo que hace Maupal. Y me gusta como representa al Papa Francisco: cercano, bondadoso y siempre al servicio de los demás.