Muchos años antes de que Luis Buñuel triunfara en los premios Oscar con la estatuilla a la mejor película de habla no inglesa por El discreto encanto de la burguesía (1972), el cineasta trabajó en Hollywood con la esperanza de encontrar una oportunidad para desarrollar su genio, pero todos sus intentos terminaron en fracasos absolutos y posteriormente el director trató de ocultar aquella etapa, una de las más difíciles de su vida. Aquel periodo se convirtió casi en un misterio y en una incógnita para quienes se acercaron a su figura, como es el caso del dramaturgo y guionista Esteve Soler, que gracias a una beca Leonardo de la Fundación BBVA intenta arrojar luz a los trabajos que ideó en aquella época y que nunca salieron adelante.
Las alcantarillas de Los Angeles da título a su proyecto y al guion que escribieron Luis Buñuel y Man Ray en 1944 (The sewers of LA, en su título original en inglés), una idea de la que ambos hablaron en sus respectivos textos biográficos y que nunca encontró apoyo en Hollywood, tal y como cuenta a Vozpópuli Esteve Soler.
Su misión ahora es seguir las pistas de lo que él considera el "santo grial" como excusa para descubrir la relación artística de estos dos genios en un momento complicado en sus trayectorias profesionales y en un contexto adverso. Por un lado, en Mi último suspiro, las memorias de Luis Buñuel, el director español da algunas claves de este proyecto y habla de su sinopsis y de cómo buscaron sin éxito financiación, mientras que Man Ray también hace referencia en sus escritos a los parecidos entre esta historia y otras películas de Buñuel.
"Las productoras norteamericanas estaban más concentradas en hacer dinero que en nada, era un proyecto lejano a sus parámetros artísticos", señala Soler
Aquel proyecto presentaba una historia "claramente underground", con una "finalidad artística" y "muy crítica con lo que es Hollywood", en la que se retrataba a "gente viviendo en el contexto de la fama pero en la pobreza", un relato que "va muy en contra de la imagen" que la meca del cine da de sí misma. "Las productoras norteamericanas estaban más concentradas en hacer dinero que en nada, era un proyecto lejano a sus parámetros artísticos", ha destacado Soler.
Tal y como cuenta, el germen de Las alcantarillas de Los Ángeles está en la imagen que Buñuel observó cuando paseaba por Los Ángeles y vio a una adolescente de 14 años viviendo en una especie de casa en un vertedero. Entonces, imaginó una historia de amor en un futuro distópico y en un "Los Ángeles extremo". Precisamente, Man Ray hace mención a las similitudes entre este espacio y el que más tarde Buñuel desarrolló en su Los olvidados (1950), película que "disparó de nuevo" al cineasta y que fue seleccionada en el Festival de Cannes.
Por ello, cuesta entender cómo estas dos personalidades no lograron sacar adelante un proyecto y es más increíble aún que nadie haya guardado una copia del guion o dosier de su trabajo conjunto. La "paradoja", en palabras de Soler, es que en 1973 Buñuel ganó el Oscar y fue también homenajeado por "los mejores directores del mundo", entre ellos John Ford, Billy Wilder o Alfred Hitchcock, 30 años después de que él estuviera en Los Ángeles sin trabajo y enfermo -con ciática y sordera-, de que Hollywood le ignorara por completo e incluso fuera perseguido por el FBI, cuando en la actualidad se le conoce como el "canon absoluto del cine español".
Se trata de una etapa que no ha sido "muy frecuentada por nadie", ya que Buñuel intentó siempre ocultarla, puesto que "no fue un periodo feliz en su vida" e incluso maquilló sucesos para que fueran olvidados
Lo cierto es que se trata de una etapa que no ha sido "muy frecuentada por nadie", ya que Buñuel intentó siempre ocultarla, puesto que "no fue un periodo feliz en su vida" e incluso maquilló sucesos para que fueran olvidados en su filmografía. En cualquier caso, Soler está convencido de que este trabajo habría sido "una película legendaria y maravillosa", aunque reconoce que puede que ni siquiera exista.
La inspiración de Buñuel y Man Ray
Para comprobarlo, viajará a Estados Unidos y buscará en los archivos físicos de las productoras en las que ambos trabajaron, entre ellas Metro Goldwyn Mayer y Warner Brothers, así como en archivos privados, y entrevistará a cualquier persona que pueda tener alguna referencia de lo que sucedió allí a mediados de los años 40.
La excusa y el objetivo de todo el periplo es, en última instancia, escribir un relato ficcional sobre lo que les ocurrió en Hollywood a Buñuel y Man Ray, con el fin de "desmitificar la voluntad de rodearse de genios o considerar que las cosas son o extraordinarias o terribles", ya que, tal y como la propia historia ha demostrado, cuando pasa el tiempo todo cambia. "Cuando se estrenó Vértigo fue considerada la peor película de Hitchcock y ahora, en cambio, es la mejor", pone como ejemplo Soler.
¿Qué ocurrirá si el guion aparece? "Lo primero, contaré al mundo que existe la prueba creativa de que Buñuel estuvo trabajando en Los Ángeles en una visión crítica y vanguardista al lado de Man Ray en un duelo creativo excepcional y, después, me nutriré creativamente, que es en el fondo el auténtico pretexto de todo: conseguir que la inspiración de estos dos faros llegue a un proyecto creativo posterior", concluye.