Cultura

Cary Grant, el dios tacaño que conquistó Hollywood

En el titánico ejercicio de elegir al mejor actor o actriz de todos los tiempos, un nombre colma todas las quinielas: Cary Grant. El hombre que actuaba bien hasta de

En el titánico ejercicio de elegir al mejor actor o actriz de todos los tiempos, un nombre colma todas las quinielas: Cary Grant. El hombre que actuaba bien hasta de espaldas. Nacido en Bristol con el nombre de Archibald Alexander Leach, el intérprete británico dejó un legado eterno en el séptimo arte. Decenas de películas que todavía hoy se exhiben en las salas y se muestran en escuelas como un ejemplo de realeza fílmica.

Conocido, a parte de su elegancia y belleza, por ser un actor con muchísimos registros, Cary Grant pronto abrazó el drama como modo de vida para seguir adelante. De padre alcohólico y madre encerrada en un psiquiátrico, Archibald tampoco pudo conocer a su hermana mayor, pues esta falleció siendo un bebé varios años antes de nacer él.

Sin referentes claros y con una vida en constante tambaleo, Grant no consiguió nunca ser un gran estudiante. Dejó su educación después de ser expulsado a los 14 años del centro donde estudiaba. De niño a adolescente, Cary descubrió su verdadera vocación bien temprano. Ingresó en una compañía de Vodevil ambulante. Cantó e hizo acrobacias durante los años veinte hasta que Paramount se fijó en él y descubrió al que sería su buque insignia para siempre.

Pese a ser un actor capaz de abordar multitud de registros, sus primeros años en Hollywood vinieron dominados por su participación en 'screwball comedies', comedias ligeras pero con tono pícaro que pusieron las bases del humor en la gran pantalla que estaba por venir. 'La fiera de mi niña', 'Luna nueva', 'Vivir para gozar' o 'Historias de Filadelfia' hicieron reír a los americanos cuando más lo necesitaban, en los años posteriores a la Gran Depresión. Cary Grant al rescate.

La vida amorosa de Cary Grant

Casado cinco veces y padre de una sola hija, Jennifer, la vida sentimental de Cary Grant siempre ha presentado cierta controversia absurda. Galán en la pantalla y uno de los hombres que más y mejor han besado, se dijo de él que sus matrimonios eran una tapadera para no descubrir su homosexualidad. La realidad, vista en perspectiva años después, es que era un hombre que vivía su bisexualidad en la intimidad y con discreción.

Al margen de sus mujeres, siempre tuvo una relación muy especial con el actor Randolph Scott. Durante más de diez años compartieron mansión en Santa Mónica, lo que desató los rumores por todo Estados Unidos. Tuvo que ser la propia Paramount la que los 'invitó' a cesar esa convivencia diaria en la casa. Todo por la imagen, amigos.

El colectivo LGTBI le debe a Grant cambiar el horrible y homófobo término con el que se referían a los homosexuales en América. De 'fags' se pasó a usar la palabra 'gay', que en aquella época hacía referencia a una actitud alocada pero que dejaba entrever un cambio de paradigma en la sociedad estadounidense. Los que hayan visto 'La fiera de mi niña' entenderán la razón.

Con Hitchcock abrazó la eternidad

Alfred Hitchcock contó con el intérprete británico en cuatro películas, todas ellas de un nivel altísimo. Muy pocos finales en la historia del cine se acercan al brillante desenlace de 'Con la muerte en los talones', cinta de 1959 que encumbró para siempre la carrera de Cary Grant. 'Encadenados' es otra de las históricas interpretaciones de Grant. En este caso, contó con la 'ayuda' de la maravillosa Ingrid Bergman. 'Atrapa a un ladrón' es otra obra imprescindible de Hitchcock donde Cary Grant y Grace Kelly lo bordan. Por último, pero no menos importante, también fue el protagonista de 'Sospecha' en 1941.

Tacaño y a favor del LSD

Cary Grant fue, durante muchos años, el actor mejor pagado del mundo. Ni la enorme fortuna que poseía le quitó de seguir siendo, según los que le conocieron, un tacaño de cuidado. Su dura infancia le pasó factura hasta límites insospechados. Además, Grant siempre reconoció que consumía LSD, droga a la cual defendía con frecuencia.

Quién sabe si fueron las desgracias en sus años mozos las que le hicieron probar esta droga recomendada para tratar la depresión en un inicio. El caso es que él nunca lo escondió, dándolo a conocer de forma natural, algo que no iba en sintonía con el resto de estrellas de su época, las cuales escondían sus fetiches y 'vicios' al resto del mundo. Acabó siendo ilegalizada en 1966, año de su retiro.

Ningún Oscar y un trauma

No logró levantar la estatuilla a lo largo de su carrera, y sólo estuvo nominado, sin éxito, en dos ocasiones: por 'Serenata nostálgica' (1941) y 'Un corazón en peligro' (1944). Caprichos de una Academia que siempre ha pecado de falta de miras con los más grandes. Incompresible que un tipo como Cary Grant se fuese sin Oscar o leyendas como John Wayne y Humphrey Bogart solo ganaran uno. El cine y los espectadores sí los premiaron con su cariño.

Pese al éxito y la fama, Cary Grant luchó durante toda su vida contra el fantasma de su madre, a la cual su padre encerró en un psiquiátrico para librarse de ella. Tras conocer de boca de su padre, poco antes de morir este, que su madre vivía y donde estaba, Grant consiguió sacarla del centro, pero el deterioro mental sufrido en la institución era irreversible.

El actor falleció a los 82 años en Davenport el 29 de noviembre de 1986. Con él se fue un actor maravilloso y una persona con un pasado y una vida interior de estudio. Elegante, honesto, abierto a los nuevos tiempos y capaz de hacernos reír y llorar con solo parpadear. Un mito.

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