Si hay algo que al cine español se le da realmente bien en la taquilla es la comedia, un género capaz de arrasar en la venta de entradas, y ahora también de sumarse a las cientos de adaptaciones que se han realizado en Estados Unidos de ficciones europeas con Champions, el remake de Campeones, la exitosa comedia de Javier Fesser, que se estrena este viernes en las salas españolas.
El actor Woody Harrelson es el encargado de encarnar al personaje protagonista, ese entrenador de baloncesto en ligas menores al que daba vida Javier Gutiérrez en la versión original. Del mismo modo, se muestra en esta nueva película como un tipo poco empático e impulsivo que, tras ser despedido de su trabajo por recurrir a la violencia y de tener un accidente borracho, tiene que cumplir tres meses de servicios sociales como entrenador de un equipo de jugadores con discapacidad intelectual.
Para el estreno en España de Champions, la versión doblada que llegará a los cines españoles lo hará con las voces reales de algunos de los campeones de la primera entrega de la cinta española: Alberto Nieto, José de Luna, Gloria Ramos, Roberto Chinchilla, Stefan López, Fran Fuentes, Jesús Lago Solís y Sergio Olmos. No está mal el detalle, teniendo en cuenta que la cinta dirigida por Bobby Farrelly consigue cargarse el espíritu de la película de Fesser para contar la enésima historia romántica insustancial que el espectador ha visto cientos de veces.
Preguntado por Vozpópuli acerca de este "remake" durante la promoción de Campeones -la segunda parte-, el director de Campeones señaló que se trata de una "película excelente", aunque distinta a la original, no solo por contar también con personas con discapacidad intelectual que aportan su "mirada y personalidad", sino porque también "se centra más en la figura del entrenador y en su historia de amor", lo que deja al equipo de baloncesto "en un segundo plano".
Tal y como señaló, la condición que puso para este "remake" fue que se realizada "con personas con discapacidad intelectual y no con actores interpretando", con el fin de preservar el "espíritu" y la "sonrisa" de la original. Sin embargo, y a pesar de cumplir con esa premisa, el resultado de esta adaptación se aleja mucho del logro de Javier Fesser, y lo que en la película española resultaba tierno en esta ocasión tan solo es ñoño, sensiblero y empalagoso.
Champions, oportunidad perdida
Bobby Farrelly es un veterano en la comedia, responsable de algunos títulos clásicos de los 90 como Dos tontos muy tontos (1994), Algo pasa con Mary (1998) o Yo, yo mismo e Irene (2000). Sin embargo, con Champions parece rendirse a una historia de amor que centra toda la trama y que tiene más bien poco que aportar, la del personaje de Marcus (Harrelson) y Alex (Kaitlin Olson).
La relación de estos dos personajes desvía la atención del espectador y se convierte en una excusa más, como cualquier otra, para narrar de nuevo una relación sentimental sin interés que ya hemos visto tantas veces y que tanta veces hemos olvidado. La película empieza con un "chico se acuesta con chica", porque en tiempos de Tinder las películas románticas ya se pueden ahorrar ese primer paso, así que, eso sí, el espectador se perderá el cliché del encuentro, pero tendrá un buen puñado más de lugares comunes para degustar y ni una línea de guion que celebrar.
Los actores que encarnan a los jugadores del equipo son magnéticos, divertidos, carismáticos y entusiastas, y es una pena que no se les haya dejado más espacio para brillar
Como aquello no es Madrid, no es difícil encontrarse con un ex, y es lo que les ocurre a los protagonistas. Ella es hermana de uno de los chicos a los que entrena Marcus, así que la trama se dirige a lo inevitable y, entretanto, el espectador sonreirá de vez en cuando con el elenco de actores que forman el equipo de baloncesto que, eso sí, merecen más protagonismo del que tienen en esta historia de superación. Son magnéticos, divertidos, carismáticos y entusiastas, y es una pena que no se les haya dejado más espacio para brillar como lo hacen cuando tienen la oportunidad.
Eso sí, si de algo sirve este remake de Champions es para recordar, ahora que han pasado ya cinco años desde su estreno en 2018, que Javier Fesser es uno de los cineastas españoles con una de las miradas más universales, capaz de celebrar la vida con una perspectiva agridulce pero siempre optimista, alegre y sin artificios, algo tan difícil de reproducir.